Pablo Iglesias en el país de las maravillas
"...De modo que ella, sentada con los ojos cerrados, casi se creía en el
país de las maravillas, aunque sabía que sólo tenía que abrirlos para que todo
se transformara en obtusa realidad..."
(De Alicia en el país de las maravillas)
Me parece que eso es lo que precisamente le
sucede a Pablo Iglesias con los millones venezolanos; le basta
abrir los ojos para percibir lo difícil que tiene desvincular la pasta
que llegó a CEPS de Venezuela, de la financiación de Podemos que
lleva ya unos cuantos encontronazos con la Justicia.
Por desgracia los
ciudadanos españoles ya entendemos algo de blanqueo de dinero y en cuanto a un
partido se le acusa de andar liando su contabilidad y en la ecuación aparece
una Fundación, no hay nadie que no sepa, que a la larga o a la corta, la
financiación de ese partido acabará en los tribunales.
Pero no voy a entrar en eso,
Iglesias, que de esto sabe un rato se defiende hablando de la financiación de
Podemos, preferiría que explicara cómo puede ser que la Fundación CEPS, que
según la definían ellos era una organización política española, no adscrita a
ningún partido, de ideología anticapitalista recibiera 7.000.000 de euros tal
y como está acreditado documentalmente y en su contabilidad solo aparecieran
declarados 3,7 millones.
Porque al dinero declarado se le
puede seguir la pista, pero de los 3,3 millones que no se declararon, nada
sabemos. Hay una íntima relación entre CEPS y Podemos, por allí andaban, dirigían y gobernaban Pablo
Iglesias, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Sergio Pascual y Luis Alegre… hasta doce dirigentes de la Fundación dieron el salto a la política con Podemos. Con el dinero del que nadie sabe nada, podrían
haber financiado un partido político,
irse de vacaciones, comprarse una dacha o cualquier otra
cosa.
Naturalmente que nadie puede
probar, al menos por ahora, que el dinero desaparecido sirviera para financiar la creación de Podemos, pero evadir del
control de la Agencia Tributaria 3,3 millones de euros, que no figuran en la
contabilidad oficial de CEPS, supone un presunto delito contra la Hacienda
Pública. Pecaré de optimista pero espero que un día de estos, la UDEF o la UCO, paren un momento de lanzar informes sobre
el PP y nos cuenten algo de este asunto que apesta.
La oposición venezolana afirma
que “El Gobierno venezolano debe explicar cómo una fundación extranjera y el
partido Podemos recibieron millones de euros entre el año 2002 y 2015, por
supuestas asesorías a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro”, por
cierto hablan y afirman tenerlo acreditado, de 14 millones de euros y no de 7.
De
hecho La Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por la oposición, informó que citará a diputados de Podemos para que
suministren información sobre supuestas cantidades económicas que recibieron del
Gobierno de Venezuela.
Y hasta aquí hemos llegado,
porque D. Pablo Iglesias se ha puesto digno y ha dicho que él en estas cosas de
dinero venezolano es músico y se acuesta a las ocho, que cuando lo denuncian declara
ante los tribunales españoles, pero que no se le ha perdido nada en Venezuela.
Por lo visto en este mundo maravilloso en el que habita, del dinero que le llegó de Caracas no siente que
tenga responsabilidad alguna.
Me parece que un político que
afirma ser transparente, si lo del dinero recibido parece que no está claro, debiera acudir ante la Comisión de Investigación que organiza un Parlamento en
el uso de sus atribuciones para averiguar cuánto dinero le mandaron Maduro y Chávez
a Iglesias y sobre todo porqué se lo mandaron. Si nada tiene que ocultar, debería
coger un avión de inmediato y darse un garbeo por esa Venezuela de la que tanto se ha
beneficiado.
Cosa distinta es que no le
interese ir y se quede en España donde se siente protegido o porque piense tal y como se puede leer en Alicia en el país de las maravillas, escondido tras las murallas del mundo irreal que se ha construido: “No tiene utilidad volver al ayer, porque entonces
era una persona distinta” y con ello pretenda excusarse. Dicen que lo están investigando, a
ver si de paso los investigadores le echan un ojo al CELAG (Centro Estratégico Latinoamericano
de Geopolítica) heredero de la Fundación CEPS que dirigido por un viejo
conocido de la Fundación, Alfredo Mansilla Heredia, sigue trabajando para los
bolivarianos.
Que investiguen a CEPS, Podemos y al CELAG, que seguro encuentran algún tesoro perdido o escondido, vaya uno a saber.
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