Calumnia que algo queda
Pretendía no hablar del tema
porque me parece que es un asunto repugnante, no por la grabación que presuntamente
recoge lo que hablaron el ministro del Interior y Daniel de Alfonso, Director de
la Oficina Antifraude de Cataluña, que es ilegal, tampoco por el contenido, que
no será tan grave cuando nadie ha
presentado denuncia o querella sino por su lanzamiento a cinco días de las elecciones, utilizando como altavoz un medio tan
exquisitamente neutral como Público, con la única finalidad de intentar
perjudicar al Partido Popular, organizando el mayor
ruido posible con un asunto que se produjo en el año 2014 y como todavía no se
han inventado las grabaciones retroactivas, desde ese año hasta la fecha se ha guardado en un cajón, porque no le encontraron utilidad alguna ni siquiera en
las elecciones pasadas.
Si hubiera responsabilidad penal, desde el día en que se grabaron hace dos años hubiéramos asistido a la presentación de las querellas
correspondientes, con el consiguiente coro de “demócratas progresistas”
rasgándose las vestiduras. Como no hay nada penalmente reprochable, se utiliza
a los medios de comunicación para que intervengan torticeramente en el devenir
de las elecciones. Parece que las previsiones favorecen al PP y eso la zurda no
lo puede permitir.
A partir del 26J no volveremos a
oír hablar del asunto, pero hoy estaba viendo la tele y he visto la
intervención de D. Daniel de Alfonso en el Parlamento de Cataluña y francamente
no me he podido resistir a escribir esto. Tengo la mala costumbre de decir lo
que pienso, recuerdo perfectamente cuando hace unos años comencé con el presente
blog, mi mujer me decía que en lugar de Al sol de Fuerteventura, debería llamar
al blog “Haciendo amigos” a la vez que me pedía prudencia.
Decir lo que uno piensa y hacerlo
con total libertad supone un auténtico lujo en esta sociedad que hemos construido. Sé que me
muevo en un ámbito modesto, pero tengo el placer de sentarme al ordenador y
teclear mi opinión, acertada, equivocada, subjetiva, objetiva, racional,
irracional, intolerante, irrelevante, pastelera, lo que ustedes quieran pero
siempre expresada desde mi libérrima voluntad.
Hablar con libertad crea
problemas, unos menores, otros regulares y algunos mayores, pero cuando
tropiezo con alguno de ellos recuerdo lo que decía mi ilustre tocayo D. Miguel
sobre la libertad: “.La libertad, Sancho,
es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella
no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por
la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el
contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
Y hoy he visto actuar con una
libertad de espíritu envidiable a Daniel de Alfonso en el Parlamento de
Cataluña, con una convicción y un valor personal que, tras aguantar el calvario
de las dos elecciones consecutivas, me ha reconciliado con el género humano,
que por boca de D. Daniel me ha demostrado que existe gente que no se arruga ante
la miseria moral de nuestros políticos y les ha cantado la gallina con una
gallardía que hacía tiempo no veía.
Les ha explicado bien clarito que
su lealtad está con el cargo y ha denunciado que la maniobra responde a una
operación política para someterlo, por ser una figura “incomodísima”, y para
conseguir un organismo “dócil y acobardado”. Ha afirmado contundente "Aquí
hay una clara manipulación electoral. Quieren apartar a un director molesto y
además sacar beneficios de cara al 26J” para seguir advirtiendo "No me
utilicen como cabeza de turco en una campaña electoral, porque eso canta”.
No va a dimitir y si le
destituyen, recurrirá la decisión por la
vía judicial porque no hay base legal para cesarlo. Ha explicado que puso su
cargo a disposición de los seis dirigentes de la Oficina Antifraude, que en
votación secreta le han pedido por unanimidad que continúe en el puesto.
Y puestos a lavarles la cara a
los parlamentarios catalanes ha dicho dos frases que me han encantado: "Nadie
va a torcer la libertad de este director; ni el ministro, ni el presidente ni
su majestad el Rey, por mucha mierda que me lancen” y para terminar permítanme
otra de las perlas de D. Daniel “Soy un
instrumento que ustedes de forma voluntaria o no, están utilizando para
cargarse la democracia con la excusa de ser demócratas".
Hoy en el Parlament, Daniel no estuvo
en el foso de los leones como algunos pretendían. Plantó cara a los políticos y
los dejó como mucho, en gatitos mosqueados.
Tenía que decirlo, aquí queda.
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