De fracaso en fracaso camino de la irrelevancia política
Creo que las todavía presentes
elecciones, que esto no se acaba hasta la investidura, han dejado un ejemplo
muy claro a los que empeñados en acabar con Rajoy se olvidaron de programas
electorales, pactos de gobierno viables, de la unidad de España y en definitiva
del interés general de los españoles y que inmersos en su afán se han ganado un
fracaso estrepitoso que no es otra cosa que una seria advertencia y aunque sé
que en esta vida nadie escarmienta en cabeza ajena, ahí están UPyD y VOX que
han entrado de lleno en la irrelevancia política y pudieran servir de ejemplo
para algunos.
Quién avisa no es traidor y hay
quien todavía no ha reconocido que el 26J recibió un correctivo terrible, me
refiero naturalmente a Pedro Sánchez, que a cuenta de que Unidos Podemos no ha
sido capaz de ganarle en otro fracaso sonado, parecía que hubiera ganado las
elecciones.
Ha conseguido empeorar su fracaso del 20D y los socialistas de
verdad tienen que estar atónitos tras sus declaraciones postelectorales, en las
que siguió galleando y jurando por sus muertos que iba a evitar el gobierno de
Rajoy, un señor que ha conseguido sacarle 52 escaños de ventaja en el Congreso
y en el Senado ha revalidado la mayoría absoluta con un resultado aún mejor.
No me parece que el PSOE tenga derecho
a evitar un acuerdo que nos dé a todos
los españoles un gobierno que tenga los suficientes apoyos como para gobernar
con garantías durante una legislatura. No se puede excusar con el programa,
porque cuando pactó con Ciudadanos se pasó por el mismísimo arco del triunfo de
su interés particular, el programa socialista. De hecho algunos compañeros del
mocete están por la labor de dejar
gobernar a Rajoy, porque por mucho que se empeñe Sánchez y su equipo, no hay
otra posibilidad que garantice un gobierno estable.
Antes de que cundiera tanta tontería, los políticos cuando les daban un revolcón, tiraban de manual y
salían a “dar la cara” con aspecto
compungido y decían a sus votantes aquello de “hemos recibido el mensaje”.
En estas elecciones el único que
ha ganado ha sido el PP, el resto han palmado, jamás se ha dado un resultado
tan clarificador como el de ayer y eso quiere decir que los votantes les han
negado sus votos. Así que lo que toca es hacerse con un ejemplar del “Manual
para derrotas electorales” salir con cara de pena, admitir que se han
equivocado y actuar en consecuencia.
No creo que suceda, ahí está
Hernando dando la cara, para que se la partan a él y no a los jefazos
diciendo "Ni vamos a apoyar a la
investidura, ni nos vamos a abstener" en una rueda de prensa que debiera
dar Pedrito Sánchez padre del desastre, que además no reconoce. Mala costumbre
lo de convertir los fracasos en victorias, porque eso lleva al PSOE de cabeza a
la irrelevancia política, qué es lo que decía a los podemitas Pablo Iglesias,
que mientras reconocía su particular derrota aprovechaba para advertir que el
triunfo estaba próximo y que llegaría más pronto que tarde.
En Ciudadanos le han visto las
orejitas al lobo y alguien ha buscado entre los trastos que se trajeron de
Cataluña y han encontrado un cornetín de los voluntarios catalanes que fueron a
Marruecos con el general Prim, con el que alguien se ha apresurado a tocar
“envainen” y ahí están los naranjitos envainándosela a toda máquina y
explicando que de veto a Rajoy nada de nada, aunque ahora parece que han vuelto
a recular en cuanto se han enterado de la postura socialista.
Un papel no demasiado digno, a pesar de ello en
Ciudadanos parece que gana puntos la postura de Javier Nart, que dio una
lección de responsabilidad política en la tertulia en la que participaba, que
convendría que muchos repasaran. Decía Nart que
el PP no le satisfacía nada (doy fe), pero que lo importante no era lo
que quisieran los partidos sino lo que necesitaban los españoles, es decir un
gobierno; por lo tanto por mucha
insatisfacción que le produjera, había que permitir que Rajoy formara gobierno
porque había ganado las elecciones y era
la única solución posible.
Así que cuidadín, cuidadín que se
empieza perdiendo votos con la excusa del miedo, la polarización, la ley electoral, las
tres décimas de Calasparra, la presión atmosférica o el Brexit y se termina de
hoz y coz en la puñetera irrelevancia política.
Tiempo para el sentido común, a
no ser que pretendan que Rajoy gane por mayoría absoluta y tengamos que ir a
otras elecciones. No vaya a ser que estos inútiles nos vayan a obligar a hacer
bueno aquello de “a la tercera va la vencida”…
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