El PP aprovecha la evanescencia de los votantes de C,s.
Parece que las cosas han quedado
meridianamente claras Ciudadanos y PP se van a enfrentar por los
votos de los indecisos. Los peperos tienen claro que necesitan llegar al 31% de los votos
emitidos para asegurar en algunas provincias ese último escaño , que se ha convertido en el objetivo de todos, socialistas, peperos, bolivarianos y naranjitos.
Los “restos”, esos pocos votos que dan el último diputado de una
circunscripción, son muy importantes y
del estudio interno del PP se desprende que hay provincias en las que deben pelear muy duramente para recuperar votos a Ciudadanos.
Por poner un ejemplo, en las pasadas elecciones en
Burgos el PP sacó dos escaños, el PSOE uno y Podemos otro, mientras
que Ciudadanos que había conseguido más de 30.000 votos, muchos de ellos del PP, no logró
representante, esa es una situación que no quieren que se repita en el Partido Popular. En Génova tienen señaladas las circunscripciones en las que
pueden mejorar ostensiblemente y dicen tener localizadas una serie de
circunscripciones en las que con una subida de 700 votos asegurarían llevarse ese último diputado a las filas peperas.
Ciudadanos se enfrenta a un problema de muy difícil solución. El 20D, los votantes naranjitos fueron los que
tenían su voto menos decidido de antemano y los que dudaron en mayor medida. Por
grande que sea el encanto personal de Rivera, los votantes de C,s no lo tuvieron demasiado
claro. Sólo la mitad de ellos afirman
haber votado plenamente convencidos, el 37% votaron con dudas y el 12% reconoce
haber elegido a Ciudadanos como mal menor.
Sumen a ello el que, un 14% de sus votantes afirma
que de haber conocido el resultado, su voto habría sido distinto. Así que alrededor de la mitad de los votantes naranjas tuvieron dudas sobre la oportunidad de su voto, a lo que hay que añadir que su
procedencia es diversa, lo que hace muy difícil emitir mensajes que sean bien
acogidos por el conjunto de sus votantes, de los 3,5 millones de ciudadanos que les
votaron, el 58% provenía del PP, el 18% del PSOE y el 17%
de UPyD.
Creo que en el título los he
definido acertadamente como evanescentes. Vinieron como la primavera de D.
Antonio y de la misma manera que llegaron, se pueden ir. Hablaba antes del
encanto personal de Albert Rivera y hay que decir, porque es cierto, que de ese
encanto personal se derivó en gran parte el éxito, insuficiente, pero éxito al
fin y al cabo de Ciudadanos el 20D.
Aunque llega un momento que el encanto
personal no es suficiente y hay que reconocer que Albert Rivera lo tiene difícil.
Cuando afirma que está dispuesto a pactar con el PP o el PSOE, lanza piedras
contra su tejado, pretende situarse en la comodidad del centrismo, pero realmente
lo que hace es devolver votantes a sus respectivos lugares de origen. Vuelven
al PP, los que todavía no se han recuperado de la experiencia que supone votar
a un partido de centro para que éste pacte con el PSOE y vuelven al PSOE
aquellos que anatemizan de manera automática cualquier acuerdo con el PP.
Rivera parece no haber comprendido del todo que en política centrismo no es lo mismo que equidistancia; le acusan de no saber lanzar un
programa que entusiasme, parece que ha empezado a hacerlo pero lo ha hecho mal. Han anunciado que su programa “no cambiaba nada” lo que es falso, renuncia a
simplificar en dos tramos (18% y el 7%) el IVA, una de sus medidas estrellas en
la campaña pasada, deja lo de la rebaja del IRPF para el 2018, que es como
decir cuando buenamente se pueda y sube el Impuesto de Sociedades; le echa la culpa de las subidas al “agujero
que deja Rajoy” que hay que recordar estaba el 20D cuando Rivera juraba por sus muertos
que iba a bajar el IRPF, el IVA y el Impuesto de Sociedades, pero en eso es igual que el PSOE, la culpa de su contradicción siempre es de los demás.
Resumiendo, el PP va a por los
votos que le quitó C,s en la pasada campaña, de los que ha recuperado ya un
buen número de ellos y tiene señaladas las circunscripciones en las que tendrán que
pelear de manera especial por los “restos”. Aspiran a alcanzar un 31% con el
que según sus números conseguirían 10 diputados más que el 20D. Ciudadanos no ha abierto la boca
para definir sus objetivos electorales, parece que van a tener algún
diputado menos que el 20D aunque consigan finalmente algunos votos más.
Veremos.
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