A la busca de una epifanía y del tiempo que no tenemos

Los lectores que tienen la paciencia de seguirme ya saben que soy algo raro, pero no tanto como para suponer que con el calor que sufrimos, un servidor pueda estar pensando en Melchor, Gaspar, Baltasar y la mágica noche del 6 de enero. Lo que sucede es que epifanía significa manifestación, aparición o revelación tal como nos explica el DRAE y en ese concepto aparece  en el título, bueno si soy sincero también porque en los próximos días saldrá a la palestra política D. Felipe VI Rey de España y lo de la epifanía y los Reyes de Oriente, cuadraba.

Tras el mercadeo con el que se consiguió cerrar el primer problema de la presente legislatura, me refiero a lo de la elección de la Presidenta del Congreso y cargos anejos, resulta imperativo que ante la ronda de consultas que va a poner en marcha SM Felipe VI, nuestros líderes políticos hagan un esfuerzo por tener una, aunque sea modestísima, epifanía que les permita recobrar algo del sentido común que se les supone atesoran y que a través de ese hallazgo, sean capaces de entender que España necesita urgentemente un gobierno estable, que dé tranquilidad a la UE y a los inversores, por encima de cualquier interés partidista.

Tiene el Rey ante sí una tarea difícil, me consta que D. Felipe nada tiene que ver  con los tres Magos de Oriente, pero confío en que posea la habilidad suficiente para manejar a la hasta ahora irreductible manada de políticos en pleno celo electoral y los convierta en un grupo de dirigentes civilizados, preocupados por el bien común y dispuestos a sacrificar lo que haga falta para conseguir el único gobierno posible, en condiciones de ser capaz de afrontar lo que se nos viene encima que va a ser  asunto duro y difícil de sobrellevar.

Conozco gente que en tono jocoso se declara encantado con el tiempo que sin un Ejecutivo dedicado a sus tareas, nos hemos tenido que conformar con un gobierno en funciones. Gente encantadora, pero absolutamente desinformada que dice que sin gobierno los números de la creación de empleo y del crecimiento económico seguían siendo positivos y ante ese fenómeno, entiende que lo bueno es que nadie gobierne. Parafraseando la frase ¡es la economía, estúpido!”, me permitirán que diga ¡es la inercia…!

No vayan a creer que ese cuento “del todo va bien, qué bueno que el gobierno está en funciones”, no ha sido convenientemente lanzado por los partidos políticos a los que el interés general les resulta algo absolutamente ajeno a su funcionamiento. Hay gente que conoce perfectamente el fenómeno de la inercia; la economía tarda muchísimo en ponerse en marcha y tarda también lo suyo en frenar del todo. Hay gentes jugando a cuanto peor, mejor y es por eso les interesa alargar este interregno al límite, porque al PP le votan los españoles, por las cifras positivas y están esperando a que lleguen las negativas.

La UE, asombrada ante el espectáculo dado por el PSOE que se declara incapaz de pactar con el PP en un momento crucial como éste, algo que no entiende Europa, porque en los países de nuestro entorno han gobernado juntos social demócratas y conservadores y les ha funcionado muy bien, no ha querido ser demasiado explícita, pero les aseguro que están observando con microscopio todo lo que está pasando y tienen muy pensado lo que van a hacer, si al final esto se tuerce.

No es admisible que un partido como Ciudadanos, entienda que ejerce un papel responsable, ofreciendo su abstención como toda colaboración  y explicando con una naturalidad pasmosa que lo del techo de gasto y los presupuestos ya los discutirán una vez que en España nos administre un gobierno, incapaz con 137 diputados de imponer nada a la oposición; la negociación y el pacto antes de la investidura, ese debe ser el compromiso.

Por otra parte Pedro Sánchez sigue empeñado en alargar hasta septiembre la segunda votación de investidura, lisa y llanamente porque le conviene a su particular problema con su Comité Federal. 

Dura tarea la del Rey, que tendrá que sortear muchos obstáculos para que se pueda investir a un gobierno que cuente con el apoyo de al menos 170 diputados. Y así, sí se puede gobernar en minoría, lucir la cintura política y demostrar la capacidad de diálogo…de todos. No se puede utilizar como rehenes a los españoles y  pretender dirigir un país con 32 o 85 escaños, porque se arriesgan a que el Rey tire por la calle de en medio y convoque nuevas elecciones y ahí iba a ser el llanto y crujir de dientes.

Han tenido mucho tiempo, es ahora, no mañana, cuando deben explicarnos de manera definitiva que van a hacer, no pueden perder más tiempo, porque tiempo es precisamente lo que no tenemos.

Comentarios

  1. Ardua tarea le espera otra vez a S.M. D. Felipe, éstos no cambian de postura y luego dicen ellos mismos -el pueblo nos ha elegido par que nos pongamos de acuerdo-
    difícil, difícil lo vemos

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