¡Cómo si los hubiera parido!
Ayer les explicaba lo que
significaba para Sánchez la frase esa de “no habrá otras elecciones” y las opiniones al respecto mis lectores zurdos, que a pesar de todo, me hacen el favor de su lectura no era demasiado entusiastas. Sus comentarios estaban entre imaginación desatada y mala leche congénita. Por mucho que moleste a algunos para analizar las intenciones de D. Pedro Sánchez no hace falta tener
una bola de cristal.
Si vamos a ser sinceros - gastar algo de sinceridad no perjudica, por el
contrario, dicen que ayuda a mantener el cutis fresco y joven - a D. Pedro se le ve venir de
lejos, porque si se trata del PP o de Mariano Rajoy, se le pone una cara que
delata unas intenciones que para sí quisieran los toros bravos de la ganadería
de Miura. No lo puede remediar, se le hincha una vena en la garganta de tal manera que
cualquier día le da un yuyu en una rueda de prensa.
Hablando de Pedro Sánchez, hoy leía lo que
contaban los medios sobre la desesperación de muchos barones del PSOE, a los que preocupan muchísimo las verdaderas intenciones del líder socialista, que parece está dispuesto a pasarse lo del Comité
Federal del sábado por el mismísimo arco del triunfo.
Preocupa y mucho, lo que D.
Pedro explicó con delectación a algunos selectos amigos el pasado viernes. El
socialista está esperando que Rajoy se dé un trompazo en el trámite de la investidura, como poco tan espectacular
como el suyo, en la que no piensa colaborar así
se caiga el mundo y su bloqueo obligue a unas nuevas elecciones,
porque está convencido, o al menos así lo afirma, que “No es seguro” que le
vaya mal al PSOE otra convocatoria electoral.
A alguno de ustedes le extrañará
una postura tan aberrante, pero está claro cuál es el motivo que tiene Sánchez
para alargar hasta el infinito los trámites para que finalmente se forme un gobierno e intentar bloquear cualquier posibilidad de acuerdo aunque eso nos mande a todos a celebrar - es un decir - otras elecciones.
Mientras haya unos comicios en el horizonte,
el congreso socialista que debería haberse celebrado en febrero, se postergará
sine die. Eso es lo que busca Sánchez, nada que ver con el interés de España o
sus ciudadanos, simplemente busca ganar tiempo para salvar la poltrona que por
ahora disfruta en Ferraz.
Discretamente propiciará un
acercamiento a Pablo Iglesias con el que ya están hablando de un pacto. Lo tienen difícil, porque las
encuestas advierten que, de celebrarse otra cita con las urnas, el PP obtendría
más de 155 diputados y el PSOE empeoraría sus resultados del 26J. Le
da igual, está inmerso en esa huida hacia delante con la que va a acabar con su
carrera política y dejará al PSOE como el gallo de Morón. Del interés
general no hablo, porque es asunto que a la vista está, no interesa lo más mínimo al líder
socialista.
Mientras tanto, Rivera y Rajoy se han
reunido. Albert ha dado una exhibición de centrismo equidistante y ha advertido
que no apoyará ni la investidura, ni el gobierno de Rajoy, pero actuará responsablemente, signifique eso lo que signifique y ha subrayado que ir a otras elecciones no es una
opción que contemple. Traducido del alto politiqués al román paladino: Ni sí, ni no, sino todo lo contrario. Prudencia, ya veremos cómo irán las cosas; no voy a tirarme al
pescuezo de Rajoy, porque como me ponga en plan verdugo y tengamos que ir a
otras elecciones lo voy a pagar muy caro.
Del que no hablé es de Iglesias,
porque si de lo que se trata es del interés de España, él está obligatoriamente excluido de
la conversación. Pero ha demostrado que es un imbécil cósmico llegando tarde a
la cita con Rajoy. Repite el numerito que le hizo a SM Felipe VI, al que
también hizo esperar; esa estupidez da clara medida de lo que cabe esperar del
pollo bolivariano.
Así que, aunque lo de Iglesias no
lo comenté, lo de Sánchez y Rivera estaba explicado en el blog desde ayer y es
que al final resulta que con tantas elecciones, los vamos a conocer como si los hubiéramos
parido.
Esperemos, la esperanza es lo último que se pierde, que alguien en el
PSOE sea capaz de parar a Sánchez.
Para mi todo esto pasa ya de castaño oscuro. Aqui nadie piensa en el bien de España, en sus problemas, en su equilibrio tan pobre que tiene, en el paro, en los pobres españolitos que estan en el paro, en el futuro de los jovenes, en el biensetar del pais en pocas palabras. Todo es ambicion y quere relucir mas que nadie, en la poltrona, en los buenos dineros que cobran y al pueblo soberano ¡ que le den ¡. Verguenza da la oposicion que tenemos y el grado de deficiencia mental que estan demostrando.
ResponderEliminarEsta claro porque en la segunda vuelta el pp obtuvo mas votos, no porque lo haya hecho bien sino porque los demas son tan malos que la opcion de "lo menos malo" esta clara. Y cuanto mas tiempo pasa mas se les ve el plumero a todos.
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