Las cartas marcadas de Albert Rivera y Pedro Sánchez
Si les digo verdad, a estas
alturas ya sólo hay una cosa que me indigne y es que vamos de cabeza a unas
terceras elecciones, sean éstas en diciembre o a finales del segundo trimestre del año
2017 y parece que nadie se quiera dar por aludido.
No se engañen o háganlo si
les apetece, pero conste que los líderes políticos que tienen la solución en sus manos,
Albert Rivera y Pedro Sánchez, no buscan un gobierno que dé estabilidad a
España y que nos permita seguir en la vía dolorosa de la recuperación. Su único
objetivo es acabar con Rajoy y lo harán permitiendo la Investidura con su
abstención, pero sin pacto alguno; para que Mariano Rajoy sea
nombrado presidente de un gobierno que en absoluta soledad en el Congreso no podría gobernar, lo que obligaría a partir de mayo de 2017 a disolver Cortes, convocar nuevas elecciones y hacer frente, electoralmente hablando, al "fracaso" del PP.
Hacer eso será lícito, pero desde luego no es ético, porque se entiende
que tanto Rivera como Sánchez trabajan por favorecer el interés general de los
españoles y a la vista está que no es ese precisamente su objetivo. Pretenden
acabar con un adversario que los gana en las urnas mediante maniobras
torticeras y si para hacer eso hay que perjudicar las expectativas de España y
de los españoles, se hace y aquí paz y más allá gloria celestial.
El alma social demócrata de
Rivera encuentra mejor acomodo junto al PSOE, que junto al PP y fíjense ustedes
si estaré cansado, que lo único que pido es que lo que hagan, lo hagan de
frente, que nos lo expliquen con claridad a los ciudadanos. ¿Qué eso no puede
ser porque así no les votaría nadie? Pues ya ven ustedes que porvenir nos
espera con un “gobierno de perdedores” elegido por votantes “engañados”.
Nos estamos jugando los cuartos
con unos falsarios de mucho cuidado, ahí está el niño Rivera predicando que él no
puede pactar con Rajoy porque se debe a sus votantes. Qué alguien haga el
favor de explicarle que el 67,1% de ellos quieren que apoye con un sí a Rajoy,
que ya vale de dulces milongas regeneracionistas.
Albert Rivera no apoya a
Rajoy porque entiende que de hacerlo su figura perdería importancia en el escenario
político. Ese es su problema, lo de la corrupción se soluciona con un pacto
como el que firmó en Andalucía con el PSOE. Sólo sería perseguible la
corrupción que hubiese a partir de la fecha de la firma del acuerdo. No le
importa que haya corruptos, los tiene en su partido, no es ese el problema, el
problema está en la fecha: Si es antes de la del pacto o de la ficha de
afiliación, no hay problema, corrupto sí pero antes de…, que siempre ha habido
clases.
Y si hablamos de Sánchez, todos sabemos,
que
como pueda ignorará a su Comité Federal, convocará otra consulta a la militancia y pactará con Iglesias en un pacto de geometría variable que están construyendo, para
que Rivera pueda abstenerse, si un día tocara hacerlo, sin que esa túnica de
honradez centrista que viste se le caiga a pedazos, que ya saben ustedes lo
sensible que es Rivera para estas cosas de la honradez y la transparencia.
Desde el punto de vista ético, lo
que pretenden hacer es una marranada del tamaño de la catedral de Burgos, pero
no me importaría, si al menos nos lo explicaran a los ciudadanos. Todos sabemos
que si Rivera consiguió un acuerdo de gobierno de doscientos puntos con Pedro
Sánchez, puede encontrar otro de similar factura con el PP.
Sin embargo dice que no
estudiarán el documento recibido por ser demasiado generalista. Di mejor que no
quieres negociar, porque para llegar a un acuerdo, se parte de una base amplia
y poco a poco se van ajustando los puntos susceptibles de acuerdo.
Cada vez que abre la boca, se le nota al naranjito la satisfacción que
experimenta al sentirse decisivo en la tarea de propiciar el fracaso de Rajoy, aunque con
ello nos condene a todos a una situación mala de solemnidad.
Uno no quiere a Rajoy porque
sabe que sin él el PP sería más débil y quiere ser el líder del centro derecha
español, el otro quiere preservar su poltrona al precio que haga falta y los
dos nos están condenando a pagar las consecuencias.
En democracia las urnas están
para algo, bueno en España por lo visto no, quizás la solución sea que SM el Rey,
tras charlar con toda esta patulea y cuando hayan fumigado cuidadosamente su
despacho, convoque directamente las terceras elecciones y se acabaron las
milongas.
En el terreno electoral es dónde los políticos se ganan los puestos,
todo lo demás cosas de fulleros, tahúres y jugadores de ventaja con las cartas
marcadas.
Ésto que diré no sé si hacerlo pues parece una obviedad:
ResponderEliminarSí, tienen todos necesidad de 'pillar cacho'.
El PP precisa mantener posición dominante, que es de poder puro y duro.
El PSOE necesita urgentemente financiación para sustentar la enorme masa de 'paniaguados' que han hecho del 'pesoeismo' su único y exclusivo horizonte personal y profesional. Y empezando
De C's, que es el campeón de la transparencia, no sabemos nada. Ni cómo andan sus números, ni si están verdes o rojos ni, sobre todo, como se financian. Es tan obsceno como su contradicción contínua...