Por corta que sea la Legislatura, de pie iban a estar muy incómodos


Hoy en segunda vuelta el Congreso de los Diputados ha elegido a su Presidenta y al resto de la Mesa que la acompañará a lo largo de esta legislatura, vamos a cuidarla que, para llegar a la décimo tercera siempre estamos a tiempo  y con el fario que se le atribuye a la cifra, mejor esperar los cuatro años que debiera durar ésta.

Me gusta la persona en la que ha recaído un cargo de la responsabilidad que comporta la Presidencia de la Cámara Baja, que en ocasiones no se valora. La preparación política de Ana Pastor está fuera de toda duda, su capacidad personal lo mismo, ya fue vicepresidenta del Congreso por lo que conoce perfectamente la tarea; creo que hará honor a la responsabilidad a la que se enfrenta, con la objetividad que requiere el cargo.

Me alegro por la elección, después de sufrir la inoperancia absoluta de Patxi López durante el corto período que dirigió los debates en el Congreso, su parcialidad manifiesta y el romo sentido del humor que se empeñó en exhibir, se podría decir que cualquier cambio tenía que ser a mejor, el listón estaba a un nivel bajísimo, pero la figura de Ana Pastor, afortunadamente para todos, nada tiene que ver con la de Patxi López y al que no le guste que le eche azúcar.

El Partido Popular ha comenzado su camino hacia la renovación eliminando a Celia Villalobos de la Mesa, cuestión que sorprenderá a algunos, porque parecía que la malagueña tuviera más trienios que los bedeles del Congreso; pero Rajoy la ha mandado a la “dirección” del Grupo Popular en la Cámara, por lo que acompaño en el sentimiento al infeliz que se haga cargo de la dirección del Grupo, que Dª Celia siempre ha sido mujer de trato más bien difícil y con cierta facilidad para agarrarse con el primero que pase por sus cercanías.

No me gusta nada mi paisana Alicia Sánchez Camacho, Secretaria 1ª de la Mesa, a la que, seguramente por culpa mía, no le visto jamás el mérito que he de suponer tiene para disfrutar de los cargos que le van cayendo. En fin cosas internas de los partidos, de difícil explicación para los que, como es mi caso, no estamos en el ajo. Aunque pudiera ser que con el jaleo que se tuvo que montar con el relevo de Dª Celia, Mariano Rajoy pensara que el cupo de cambios estaba sobradamente cubierto.

De los demás si quieren que les diga la verdad, me tenían muy preocupados los naranjitos que han pillado cacho de rebote en esta votación. Todos sabemos que con los brillantes resultados electorales conseguidos por Albert Rivera, a Ciudadanos no le tocaba estar en la Mesa ni para sacarle brillo. 

Ahora gracias al pacto suscrito con Mariano Rajoy, Albert ha conseguido colocar a Ignacio Prendes de vicepresidente 1º y a Patricia Reyes en una secretaría, la cuarta me imagino. Quizás peque de ingenuo pero con la matraca que lleva dando el “nen” Albert sobre su negativa a hablar de sillones cuando pacta, que supongo debe responder a un trauma psicosexual de su adolescencia, me veía yo a Prendes y Reyes de pie toda la Legislatura, que igual se le ocurría al naranjito mayor del Reino que cargo sí, pero sillón no, lo que sería muy cruel hasta para el ínclito Ignacio Prendes, que siendo de UPyD de toda la vida, debe tener los callos muy sensibles.

Albert Rivera ha pactado con el PP la composición de la Mesa que hoy se ha constituido, a través de contactos telefónicos con el propio Mariano Rajoy. Si fuera verdad la mitad de las cosas de las que presume, hubiera pactado, en un alarde de amor por la responsabilidad política,la Presidencia del Congreso para Ana Pastor, para que no se la llevara la izquierda radical o la otra, si es que la hay, cuestión que dudo mucho y lo habría hecho sin contrapartida alguna.

Porque las cosas como son, de no tener una mala poltrona en la Mesa, ha conseguido una vicepresidencia y una secretaría con sus sillones y todo. Ha recibido un premio importante por su colaboración con el PP de Mariano Rajoy, así que responsabilidad y sentido de Estado todo el que quiera, pero cobrando al contado y así cualquiera. 

El “niño” Rivera no pudo permanecer en silencio, en cuantito tuvo el pacto cerrado se dedicó al postureo mediático, lo mejor que sabe hacer, presumiendo de los vetos que había impuesto, lo que demuestra su mala educación y una inoportunidad política reseñable.

Así van cayendo los mitos. Primero fueron los de Podemos, que en cuanto se acercaron a la Capua del poder, se asimilaron automáticamente a las prebendas, regalías y chollos varios de “la casta” y ahora, casi sin tiempo para reponernos del disgusto, son los virginales naranjitos los que  venden o alquilan su inmaculada voluntad, por decirlo en plan fino, por un par de poltronas.

Sic transit gloria mundi.

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