Pedro Sánchez, de veraneante a bombero pirómano


No es que me vaya a extrañar a estas alturas que el PSOE ignore sus compromisos, lleva muchísimo tiempo haciéndolo y parece que le basta apelar a esa supuesta superioridad moral de la zurda patria y a la manipulación semántica del discurso, para salir con bien de casi cualquier apuro. 

Pero me van a permitir que por centrar el asunto, suponiendo que en España sea posible centrar algo que tenga que ver con la política, digo que me van a permitir que recuerde que desde el 27 J a los portavoces autorizados del PSOE les han salido callos en la lengua, hartos de repetir que no habría unas terceras elecciones.

Creo que es algo que nadie podrá discutir, esa afirmación nos ha perseguido a lo largo de todo este tiempo; sin embargo también estaremos todos de acuerdo que Pedro Sánchez se ha hartado de decir que no piensa apoyar la investidura de un gobierno, no de Rajoy, sino del PP, así se caiga el mundo, que a él eso no le interesa. 

Todos recordaremos, al menos los que tenemos interés en recordar, como afirmó tajante, que “eso” (se refería a la gobernabilidad de España) lo arreglaran las derechas y se fue de vacaciones a disfrutar del Mediterráneo durante prácticamente dos meses, que me parece son unas vacaciones exageradas, con la cantidad de problemas que sufrimos España, los españoles... y el PSOE.

Muchos recordarán asimismo como desde Ferraz se afirmaba hace bien poco, que a ellos les iba bien una nueva cita electoral, porque entendían que los resultados les iban a ser favorables. Pero llegó el momento en que se empezaron a concretar las posibilidades, las fechas y los detalles y ahí el PSOE se apresuró a intentar echar el freno de mano. 

A cuenta de lo que marca la Constitución y la propia Ley Electoral, resultaba que de fracasar la investidura de Rajoy y si hubiera que ir a una nueva cita con las urnas, la fecha iba a ser el 25 de diciembre de este año y eso a los socialistas les iba de fatal a muy mal, desde el punto de vista electoralista.

El PSOE no ha dudado lo más mínimo en instalarse en el “No, es no” y con él, bloquear cualquier tipo de solución a la gobernabilidad de España. Ítem más, ha advertido que no pensaba apoyar ningún presupuesto, ni lo del techo de gasto, etc., etc. Lo único que no les interesa es que las elecciones se celebren el 25 de diciembre, porque entre el cabreo ciudadano ante un nuevo fracaso que  consagraría la manifiesta falta de voluntad negociadora que mantiene el PSOE y que la ciudadanía tendería a “culpar” de las nuevas elecciones a los socialistas, el revolcón podía ser sideral.

Por eso inmediatamente Pedro Sánchez, el responsable de lo que está sucediendo - porque a pesar de lo que diga, él se niega a abstenerse por una cuestión personal, la de mantenerse como secretario general del PSOE - salió a los medios a decir que celebrar las elecciones el 25 de diciembre, demostraba la poca talla política de Rajoy, fum, fum, fum.

El PSOE mantiene que de acuerdo a sus estudios demoscópicos, la “firmeza de Sánchez” será recompensada, aunque desde Ferraz también se filtra que están empezando a notar el hartazgo ciudadano, en cristiano, que los números bajan. De perdidos al río, el PSOE decidió presentar una iniciativa en el Congreso para cambiar la Ley Electoral al objeto de evitar que las elecciones se celebraran el día de Navidad, pretendiendo con ello quitarse un problema grave de encima.

Con la iniciativa para cambiar la ley electoral y sus declaraciones pretendían paliar el embolado que les ocasionaba la fecha de esas elecciones, a las que nos han llevado ellos y nadie más. Pero como son más malos que carne de pescuezo y estas cosas hay que reflexionarlas y no lo hicieron, para variar metieron la pata.

El gobierno ya había pedido un informe para estudiar las posibilidades existentes de acortar los plazos y evitar las elecciones el día de Navidad. Ese informe señala que de modificar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, se podrían recortar hasta 24 días, pero hacerlo limitaría los plazos para presentar la documentación necesaria, las candidaturas, el voto por correo, los recursos, etc., etc, lo que en definitiva supondría un serio recorte de garantías.

Por eso, si fuera necesario, el Gobierno se inclina por lo que entiende una mejor solución, recortar la duración de la campaña electoral de 15 días a 8 con lo que las elecciones se celebrarían el 18 de diciembre. Ya ven, una solución buena, bonita y barata, pero claro el Gobierno ha pedido el informe a juristas expertos y la propuesta del PSOE igual  la parió César Luena y le ayudaron Patxi y Óscar López, y  así es que no hay color.

Ya ven cómo esta gente del PSOE no acierta jamás. Nos condenan a otras elecciones, pretenden descargar su responsabilidad en los demás y asustados por el mosqueo de la ciudadanía que ya se veía yendo a votar con la papeleta y la zambomba, presentan una iniciativa que el Gobierno ha dejado bien claro, recorta garantías.

En este incendio son los pirómanos, se presentan como los bomberos, pero las soluciones que aportan, añaden problemas a los ya existentes, son un auténtico desastre.

Espero que si tenemos que ir a votar, sea en la fecha que sea, se las hagamos pagar todas juntas.

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