Muchos esperan a las elecciones gallegas y vascas… Veamos


Muy mal tienen que estar las cosas para el PSOE cuando Antonio Hernando, portavoz del grupo parlamentario socialista en el  Congreso, tiene que salir a los medios suplicando que alguien les crea. Decía el socialista refiriéndose a la posibilidad de que Pedro Sánchez gobernara con el apoyo de los independentistas: "Eso no lo vamos a hacer, que nadie tenga la menor duda. Lo pudimos hacer en el pasado y no lo hicimos. Dennos un poco de credibilidad".

Miente en la primera y muy probablemente también en la segunda de las negaciones con las que se explica. Miente cuando afirma que "lo pudieron hacer en el pasado", puesto que lo impidieron las líneas rojas antitéticas marcadas por Ciudadanos y Podemos y la de su propio partido a cuenta de los independentistas, quizás Hernando haya olvidado que Iglesias y los suyos votaron que no. Y muy probablemente mienta también cuando dice que no gobernarían con los independentistas, porque como Pedro Sánchez fuera capaz de meterle las cabras en el corral a ese famosísimo Comité Federal que tiene el PSOE, que por ahora brilla por permanecer mudo y pusilánime mientras Sánchez hace lo que le da la real gana, lo del gobierno Frankenstein estaba hecho.

Aunque estos días se haya hablado algo menos, recordarán ustedes la importancia que se daba a las elecciones gallegas y vascas, cuyo resultado, decían muchos, podría ayudar al desbloqueo de la situación. Parece que se esperaba una derrota del PP en Galicia, lo que le permitiría a Sánchez pactar con los secesionistas de En Mareas y el  BNG y ya de paso, puestos a pedir, pretendían obtener en las elecciones vascas un resultado que convirtiera al PSOE en el socio necesario para que el PNV mantuviera a su lendakari.

Ya saben ustedes lo de la canción de Carlos Puebla que decía algo así “…y en eso llegó Fidel, Se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó a parar…”. No es que haya aparecido Fidel que ya no está para estos trotes ni para ninguno si tengo que decir verdad; pero apareció la encuesta preelectoral del CIS y mandó a callar a los socialistas a los que el estudio  demoscópico devuelve a la realidad. No es que en Ferraz no manejaran unos datos muy parecidos, pero mientras que la previsión del revolcón electoral no era pública, les permitía seguir engañando a la gente.

Dice el CIS que en Galicia, Feijoo mantiene su mayoría absoluta, con una estimación que oscila entre 40 y 41 escaños, el PSG (16 escaños)  y las Mareas con un resultado entre 15 y 17 escaños andarían medio empatados y los del BNG, se llevarían un revolcón histórico consiguiendo sólo 2 escaños.  Los de Ciudadanos, que ya habían ofrecido un pacto a Feijoo, sin siquiera saber cómo iban a ir las cosas, conseguirían un resultado entre uno o ninguno. 

Así que por resumir, parece que verdes las han segado los socialistas y el resto de la zurda radical e independentista,  lo que no es raro si consideramos que estamos hablando de Galicia. Mal para Sánchez, muy mal para el “No, es no” y desastroso para ese oscuro proyecto que está manejando en el secreto más absoluto.

En el País Vasco el PSE se lleva un revolcón del quince y empata con el PP a ochos escaños, el PNV que obtendría entre 27-28 diputados, necesitaría de los votos de uno de los dos partidos nacionales y la abstención del otro para mantener una mayoría que le permitiera gobernar, mientras que Bildu y podemitas se situarían en un empate a 16 diputados con los que no pueden impedir que gobierne el PNV si pacta con el PSOE y el PP. Los socialistas que pierden la mitad de sus diputados, tendrán que esperar la decisión de Urkullu para saber cómo se va a resolver una situación que en nada les favorece, toda vez que los 8 diputados del PP pueden ser necesarios para el PNV. De Ciudadanos poco que decir, no se espera alcance ni un solo diputado.

Así que el PSOE no puede gobernar en Galicia con las Mareas y el BNG y no es decisivo en el País Vasco. Por mucho que retuerzan la realidad, me parece que los resultados obtenidos por los socialistas constituyen una guantazo en toda la boca para el funesto proyecto que dirige Pedro Sánchez. Poco apoyo, por no decir ninguno, a la postura de “firmeza” de la que decía iba a sacar réditos electorales.

¿El problema? Muy sencillo, visto lo visto poco o nada pueden esperar, ni Ciudadanos ni el PSOE, del resultado de unas terceras elecciones, por tanto quizás entiendan que les favorecería desbloquear la situación. ¿Qué por qué incluyo a Ciudadanos en la triste ecuación? Pues porque su líder se encargó de advertir que la vida útil de su pacto con el PP terminaba a la finalización de la Investidura y ahora no sé muy bien dónde están, políticamente hablando.

Pero si no aceptan firmar una serie de acuerdos, antes de la siguiente Investidura, que garanticen la viabilidad del gobierno del PP y lo hagan tanto Ciudadanos como el PSOE, más nos vale a todos ir a unas nuevas elecciones.

De nada sirve posponer la cita electoral seis meses, hay que ir a unas elecciones, que las urnas hablen y se respete su resultado y si por casualidad Ciudadanos y PSOE cosechan resultados peores que en las del 26J, que se pongan a disposición del PP y callen, no para siempre, pero sí al menos hasta dentro de tres o cuatro años.

Parafraseando a la Internacional, esta gente va de derrota en derrota hasta el desastre final y todavía pretenden gobernar.

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