Teatro y del malo desde Ferraz
Estamos pasando un auténtico
calvario, el fracaso en la investidura de Rajoy, “gracias” al bloqueo de Pedro
Sánchez, parece que certifica que tendremos que ir a unas terceras elecciones. Va a ser eso o en el peor de los casos que en el último momento el PSOE decida
rajarse y busque un procedimiento para que Mariano Rajoy sea investido, pero
sin firmar los pactos que el popular ha
pedido para aceptar formar un gobierno con 137 diputados.
Sería una auténtica locura intentar gobernar sin que existieran
pactos firmados que garantizaran la viabilidad de una serie de temas de Estado, fundamentales para el desarrollo de una acción de gobierno que permitiera el
crecimiento económico y la creación de empleo.
De aceptar
Mariano Rajoy gobernar sin esos compromisos previos, permitiría gobernar a la oposición, no lo digo yo, lo dijo
Albert Rivera y lo han dicho los nacionalistas en varias ocasiones, podrían
permitirse el lujo de “gobernar” sin tener la responsabilidad que entraña la
tarea de gobierno y ello les permitiría derogar todo lo que les saliera del
alma y aprobar las medidas económicas y fiscales que romperían nuestros
compromisos con la UE.
Ante esa posibilidad creo que vamos
de cabeza a unas elecciones o lo que sería mucho peor, a un gobierno Frankenstein
presidido por Pedro Sánchez y apoyado por 44 partidos de la izquierda radical y los
secesionistas. Todo un panorama, aunque haya mucha gente de buena fe, que piensa que eso no
será posible porque lo impediría el Comité Federal del PSOE, al que
curiosamente mucho votante del centro derecha español profesa una fe, que me
río yo de la del carbonero del dicho.
Si buscamos alguna cuestión
positiva, personalmente me inclino por agradecer el silencio casi absoluto de
la cúpula de Ciudadanos, que están que no viven, pensando en la que les puede
caer, si de verdad hay que ir a elecciones. Entre lo que les vaticinan
las encuestas (una pérdida del 25% de sus votantes) la experiencia
dolorosamente adquirida el 20D y sobre todo el 26J, fecha en la que pagaron muy
caro aquel pacto del postureo con Sánchez, lo cierto es que están que les
pinchan y no sangran.
Han acertado a decir que ellos no
van a debatir sobre otras elecciones e incluso evitarán mencionar siquiera la
posibilidad de que se produzcan, para demostrar que son los únicos que han
intentado de verdad formar gobierno y que los malos serán en todo caso los del
PSOE y el PP, es decir sus socios en los
pactos esos que firman los naranjitos, que tienen un gafe descomunal.
Mientras tanto Alberto Garzón se
ha entrevistado personalmente con Pedro Sánchez al que ha comunicado que los de la Federación estarían
dispuestos a pactar un programa de
gobierno progresista que contara con la abstención de Ciudadanos. Garzón, que ya se ve ministro de Economía, explicó que no habrá más
vetos, IU entiende que el "diálogo sincero y honesto" es la
"mejor herramienta" para salir de una situación "absurda" y afirmó estar en contra del "teatro
político" y el "paripé en el que incurren determinadas fuerzas, que
se muestran incapaces de entender que la situación ha cambiado”.
Claro y nos lo cuenta después de
asistir a una reunión que forma parte de la ronda de consultas que Pedro
Sánchez ha decidido organizar por su cuenta, no se sabe bien con qué fin,
porque él mismo dijo y lo reitera su correveidile Antonio Hernando, que Sánchez
no se postula para nada, ni está
pensando en un Gobierno, ni en nada por el estilo, simplemente está observando como está el escenario político, tras la investidura fallida.
A mi esa afirmación, llámenme
raro, sí me parece teatro y además del malo. Que Pedro Sánchez se erija en el
Cid Campeador del desbloqueo, cuando no ha llegado jamás ni
siquiera a Babieca y perdonen ustedes la comparación tan odiosa para el pobre
animal -me refiero al caballo, naturalmente- cuando siendo el padre del bloqueo y poseyendo la llave para
evitarlo se ha dado el regalado gusto de mantenerlo, me parece una burla odiosa para la verdad y el sentido
común.
El panorama es casi desesperado,
insisto, lo único bueno es que la cúpula de Ciudadanos silente intenta hacerse olvidar, pero ni siquiera eso puede consolarme. Resulta que ahora estamos
en las blancas manos de Alberto Garzón, ya saben el tipo que alegremente se cargó
a IU, que por lo visto es el cerebro del cotarro, muñidor de pactos y
componendas y el embajador de los podemitas ante la corte de Pedro Sánchez. Eso
sí que es para ponerle los pelos de punta al más bragado.
Háganme caso, pónganle una vela a
la Virgen de su pueblo para que vayamos a unas elecciones, sería lo menos malo, que nos podría suceder
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