La hipocresía de Rivera y la retranca de Rajoy
Debo confesar que el título del
presente escrito no es absolutamente justo, si hablamos de hipocresía
deberíamos adjudicarle a Albert Rivera la parte que le toca, que es mucha, pero a la cofradía
farisaica deberían sumarse los de la Gestora del PSOE en los que tanta gente
confiaba y parece ser que se han limitado a liquidar a Pedro Sánchez más por un
asunto de control del poder en el partido, que por buscar una solución al
problema del bloqueo en el que nos encontramos y que no parece tenga visos de
encontrar otro remedio, que no sea acudir a otras elecciones.
Está claro que en Ciudadanos no
quieren ni oír hablar de elecciones, los resultados de las anteriores
demuestran a las claras que los votantes no están por la labor de votar a unos
individuos que llevan desde la campaña del 20D cambiando de opinión y mensaje,
cada vez que han considerado que ese cambio les podía beneficiar políticamente
hablando y encima presumiendo del sacrificio que les suponía decir digo, donde
habían dicho Diego.
Pincharon el 20D con 40
diputados, con el veto “modelo guadiana” a Rajoy que unos días era sí, otros no
y en algún momento ni lo uno ni lo otro. Se apuntaron entusiasmados al bloqueo
a la propuesta del PP de buscar un gobierno que agrupara a los partidos
constitucionalistas y firmaron el tan publicitado como fallido pacto con el
PSOE, para quedarse, castigados por tanta tontería en 32 escaños el 26J.
Tras el fracaso electoral
tuvieron que tragarse con papas lo de “Rajoy no” y pactaron con el PP, para
posteriormente, en el mismo acto de la investidura fallida advertir que el
pacto pasaba a mejor vida, que no tuvo el “nen Rivera” ni siquiera la
delicadeza de esperar a que se levantara la sesión y ahora tras todos esos números
de funambulismo político y contorsionismo "ideológico" y después de tragarse
todos los vetos y promesas habidas y por haber, parece que los votantes les han
tomado la matrícula a los naranjitos y las encuestas les anuncian otro revolcón, si hubiera otras elecciones, con 25
diputados a todo tirar.
Así que entiendo que C,s apoye la
idea de que el PSOE - otros del
sindicato de los que irían de cabeza al desastre en la cita cuasi navideña con
las urnas - se abstenga para conseguir la investidura de Rajoy. La dimisión de
Pedro Sánchez les había abierto una puerta a la esperanza, pero lo que son las
cosas, en el PP empezaron a explicar que con una investidura no se soluciona el
problema de los españoles. Todos los protagonistas de este enredo, Pedro
Sánchez, Rajoy, Rivera y hasta Susana Díaz nos han explicado hasta la
extenuación que España necesita un gobierno, lo que es cierto, pero hay que ir
con cuidado porque investir a un fulano para que sea presidente, si no cuenta
con los apoyos suficientes para gobernar, sólo sirve para que los hipócritas
cubran el expediente y esperen a mejores tiempos en junio de 2017.
Es por eso que Albert Rivera,
dice, apoyándose en una autoridad moral que desde luego no le reconocen los
votantes, que “cree que Rajoy no le puede poner condiciones al
PSOE”, una bonita afirmación, como todas las de Rivera. Bonitas en apariencia
pero absolutamente huera y presumiblemente falaz.
¿Es Rivera el hombre adecuado
para señalar la inconveniencia de poner o no poner condiciones al PSOE. Se le
ha olvidado por ventura el veto a Rajoy, su negativa siquiera a considerar la
posibilidad del “pacto constitucionalista” que el gallego ofreció al día
siguiente de las elecciones o todas las condiciones que puso Ciudadanos al
Partido Popular para firmar ese pacto que duró lo que dura un caramelo a la
puerta de un colegio?
Me parece de una hipocresía
galopante, aunque Rivera coincida con El País – lo que en materia de hipocresía
resulta natural- que de manera demencial entiende el deseo del PP de garantizar
la estabilidad de la legislatura, como un impresentable intento de primar
los intereses del partido por encima de los de España. Les acompaña en los
coros Javier Fernandez, el responsable de la gestora, que ayer advertía a Rajoy
de que “en ningún caso le van a proporcionar estabilidad”.
No sé cómo se pueda explicar a
los españoles que resulta pecaminoso buscar estabilidad para una legislatura
que nos permita seguir en la senda del crecimiento económico y en la creación
de empleo.
Supongo que los españoles saben
muy bien de qué van las cosas, estas maniobras buscan responsabilizar al PP si
hay que ir a otras elecciones. Se ponen el parche antes que la herida y
parafraseando a Ramón Serrano Suñer claman que ¡Rajoy es culpable! Total
para nada, porque Mariano Rajoy ha salido a los medios para explicar que no
piensa poner condiciones al PSOE y que ir a unas terceras elecciones es un
auténtico disparate. Así que muerto el perro se acabó la rabia y sobre todo el ruido;
desgraciadamente para ellos ya no podrán seguir explotando lo del
"chantaje" popular.
Claro que me parece que a la
afirmación de Rajoy le falta la palabra “previa”, es lógico suponer que no le
vaya a poner condiciones previas al PSOE, sobre todo porque sería muy difícil
hacerlo aunque quisiera, si ni los socialistas saben lo que van a hacer. De
todas maneras dijo “que él sigue ofreciendo en primer lugar un gobierno de
coalición” y recordó lo que dijo en el Congreso de los Diputados: ”Lo mejor es
un gobierno de coalición; si no quieren, vamos a pactar siete u ocho grandes
asuntos; y, si no, al menos déjennos gobernar".
Así que ahora quiénes deben mover
ficha son los del PSOE, que no lo tienen fácil, porque hablar, hablan mucho,
pero por ahora hacer, no han hecho gran cosa. Que convoquen a su Comité
Federal, consigan un acuerdo si son capaces de hacerlo, voten lo que
quieran y con ese recado vaya Fernández a ver a Mariano Rajoy y entonces comenzarán
las negociaciones.
Por ahora Mariano Rajoy les ha
tapado la boca y ha acabado con la campaña que pretendía culpabilizarlo de las
terceras elecciones. Habrá que ver si el PSOE y Albert
Rivera le dejan gobernar, que eso es lo importante y entonces ya veremos.
Para mi, luego de unos dias de tranquilidad en cuanto a la politica, creo que no hemos avanzado mucho, mas bien nada. Aqui se trata de charlar mucho y hacer muy poco intentando siempre que Rajoy sea el causante de todos los problemas. Esta vez les ha salido el tiro por la culata pues siempre he dicho que Rajoy, como buen gallego, tiene una retranca que para si quisiera mucha gente; asi que son los otros los que han de mover ficha. Me alegro mucho y lo esperaba.
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