Y ahora… ¡a trabajar!
Esto es exactamente lo que dijo
Rajoy a los populares que se reunieron en una sala del Congreso para celebrar
el “éxito” de la Investidura. Esperó un ratito por ver si se calmaban los
aplausos, como no fue así, alzó la mano, les dio las gracias a todos y tras ello cerró su
intervención con lo de “Y ahora… a trabajar”.
La verdad es que les espera a
ellos y a todos, una
legislatura que si bien se prevé breve, parece que será de las más movidas de
nuestra historia y que va a exigir un esfuerzo ímprobo al PP si pretende gobernar de
manera eficaz; porque lo que quedó claro como el cristal, es que para obtener
la ayuda parlamentaria que necesitarán, van a tener que sudar tinta china.
Nadie, ni siquiera Ciudadanos va
a dar nada sin oponer la resistencia más numantina y la más feroz exigencia de contrapartidas,
porque por mucho que se les llene la boca, por fin, hablando del interés
general, de España y los españoles, no se engañen, seguimos en campaña
electoral.
Nadie sabe si esto durará más allá de mayo de 2017, fecha en la que
reglamentariamente Mariano Rajoy podría disolver Cortes, tal como anunció el sábado, bien
que elípticamente y pudiera ser que tanto el PSOE como C,s, en lugar de trabajar para que la
legislatura tenga estabilidad y el Gobierno, junto con los partidos
constitucionalistas, puedan acometer las reformas que necesitamos como el aire
que respiramos, prefieran utilizar el Congreso, no para
legislar en nuestro favor, sino como caja de resonancia para ir preparando el camino
de las urnas, por si acaso.
El sábado, comprensiblemente,
todos dijeron lo que tenían que decir. Rajoy advirtió que no está dispuesto a
que el PSOE traslade el bloqueo que ha practicado contra su investidura a su
acción de gobierno; por su parte Hernando, tras la penosa experiencia que
sufrió días atras defendiendo la abstención, ayer ya pudo hacer lo que mejor, o quizás lo
único que sabe hacer y “amenazó” a Mariano Rajoy con los males del infierno
democrático y progresista si no se rinde con armas y bagajes ante las exigencias
de un PSOE, que está para que lo arrastren las mulillas, pero que intenta
gallear aunque no parece que tenga la fuerza ni la determinación para cargarse la
legislatura y que los de UP se beneficien de su trabajo.
Por su parte Albert Rivera, salió
a explicarnos que si él no existiera, esto sería como lo del valle de
lágrimas, pero en peor. A estos chicos, que tienen cosas buenas, les pierde ese
afán de protagonismo, que no se compadece con su peso electoral. Pero por mucho
que advierta o controle Rivera, los naranjitos estarán atentos a las voces de la
demoscopia, que son las que empujarán a Ciudadanos a hacer una cosa u otra.
En mi opinión, en cuanto pasen
estos primeros días y haya quién tenga tiempo para sentarse y reflexionar, el
PSOE se convencerá de algo que llevo tiempo explicando y que parece que ahora
empieza a abrirse camino en los medios y entre los políticos. Los socialistas necesitan tiempo para reorganizarse, si en Ferraz no apuestan por una catarsis de las de
verdad, van a volver a las andadas.
Necesitan tiempo para convocar su
Congreso, que por mucho que el alcalde de Jun se empeñe, será convocado sólo
cuando la Gestora y quiénes la impulsan estén seguros al 120% de ganarlo; pero
también necesitan tiempo para establecer un nuevo marco ideológico, que nutra
al PSOE de pensamiento político.
Esta crisis no se soluciona sacando de la manga
del abrigo de Iglesias (el fundador) un líder, porque el elegido si no cuenta
con una filosofía que emane de ese marco ideológico que reclamo, hará lo que
Sánchez y se lanzará al espacio sideral con otra parida parecida a la del “No,
en no” y para ese viaje no les hacen falta alforjas, que de eso parece que sí
se han enterado los socialistas. Y por fin, necesitan tiempo para llevar a cabo
una labor pedagógica entre su militancia que les permita justificar su
actuación.
La verdad que en estos días al
PSOE se las han puesto han puesto mejor que se las ponían a Fernando VII; entre Pablo
Iglesias, Rodea el Congreso y las intervenciones de Rufián y el de
Bildu, se lo han puesto a huevo. Tendrán trabajo para hacer llegar el mensaje a su indignada militancia,
pero lo tienen ahí, claro y contundente: “Estos que veis ahí,
insultando al socialismo y los socialistas son la gentuza con lo que quería
pactar el gobierno del Reino de España el ex secretario general Pedro Sánchez”.
Las fuerzas secesionistas y anti sistema se quitaron la careta
y dieron un espectáculo tal, que a fuer de consecuentes, el resto de partidos
han tenido que darse por aludidos y percibir que hay que unir esfuerzos contra
esta gente, a los que la democracia parlamentaria les importa un bledo, porque ellos
persiguen la destrucción del sistema y sanseacabó, que según ellos democracia
no hay más que una y es la suya, ya saben popular, transversal, participativa, asamblearia...
Así que el PSOE, en defensa
propia, debe procurar que la legislatura dure al menos hasta que estén preparados. Lo tienen relativamente
sencillo, ahí está el PNV que convenientemente tratado puede permitir que se
aprueben los Presupuestos, sin el que el PSOE tenga que retratarse y ya después
están los 150 puntos del pacto entre PP-C,s – exigencias les llaman los
naranjitos – de los que hay 100 que firmó en su momento el PSOE, por lo tanto
son asuntos que se pueden negociar sin rubor y si a los “sanchistas” les da por
abrir la boca, ahí tienen el pacto que firmaron Pedro y Albert, para darles con él
en la boca.
Así que a lo mejor resulta que
estando tan difícil la cuestión, las circunstancias permiten bandearse a los
tres partidos y sacar esto adelante,con serias dificultades pero sin que tengamos que vernos ante la
tesitura de volver a las urnas en junio. Claro que a lo peor, los demonios
internos del PSOE prevalecen y se dan el gustazo de torpedear la acción de
gobierno de Rajoy, lo que tampoco me iba a extrañar, ya se sabe que son como el
escorpión del cuento. Por si las moscas este domingo El País rompía
el fuego, advirtiendo que de fracasar la legislatura la responsabilidad sería…
de Rajoy, naturalmente.
Yo estoy con Mariano Rajoy,
aunque el mensaje lo haga extensivo a todos: Y ahora ¡a trabajar!... Y añado, a ser
posible en favor del interés general y de España.
Por pedir que no quede.
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