Francamente no me quedan ganas de
comentar las reacciones al fallecimiento de Rita Barberá, cualquier persona
normal que lea los periódicos, vea la tele y cuya opinión no esté infectada de
algún sectarismo partidista, sabe perfectamente lo que sucedió. Clama al cielo
la impúdica exhibición de hipocresía llevada a cabo por los supuestos amigos, enemigos y medios de
comunicación, a cuenta de lo sucedido y creo que lo mejor, lo más sano, es
pasar página, aunque desgraciadamente no creo que hayamos aprendido demasiado de la terrible experiencia.
Así que no creo que sea necesario
comentar nada más. El que ha querido saber, sabe, el que ha querido entender ha
entendido y con eso es con lo que hay que conformarse; al resto, a aquellos más
ocupados en salvar su cara que en sentir el fallecimiento, a los que siguen
empeñados en el insulto y la befa, si les soy sincero, que los vayan peinando y
allá ellos con su desgracia y su conciencia, suponiendo que la tengan.
Así que me toca volver a hablar
de un asunto que me preocupa muchísimo y que debería preocuparnos a todos los
españoles, me refiero a la situación actual del PSOE que si hace un mes estaba
mal, me parece que hoy está mucho peor y no parece que lo que vaya a venir
resulte más favorable. Si alguno se pregunta cuál es la causa de mi
preocupación, la explicaré, porque afortunadamente para mis lectores, la
explicación es muy corta. Estoy preocupado por la deriva del partido socialista,
porque la estabilidad política de España, necesita un partido socialdemócrata
con un proyecto nacional y ese papel que hasta hace unos años lo representaba
el PSOE, ya no hay quien pueda representarlo.
Desde que Zapatero empezó con la
radicalización del PSOE y sus coqueteos con los nacionalismos y la manipulación
semántica utilizada para hablar de la unidad de España, desde aquellos viejos
tiempos de lo de “El concepto de nación es discutible y discutido” o lo de “Aprobaré
aquello que salga del Parlamento catalán”, pasando por el federalismo
socialista de Maragall, ya saben el asimétrico, el modelo que garantizaría
constitucionalmente que unos ciudadanos españoles tendrían más derechos que
otros, en función del lugar en el que vivieran, las cosas han ido de mal en
peor.
Huérfanos en Ferraz de un
proyecto nacional que apoyado en un programa socialdemócrata ofreciera un
mensaje aceptable para todos los españoles, el PSOE ha abandonado el lugar que
ocupaba en el arco parlamentario, el centro izquierda e intenta por todos los
medios ocupar los espacios en los que están ya situados de forma natural Podemos o los nacionalistas. Parece que no haya nadie
en el PSOE capaz de explicarles a los genios de la Gestora y antes de ellos a
los sanchistas que hay una cuestión que imposibilita ese deseo.
Se trata de la impenetrabilidad, la
propiedad de los cuerpos que impide que uno de ellos ocupe el lugar de otro en el
espacio. Creo que tras leer la definición hasta para César Luena u Óscar López
debiera resultar sencillo, concluir que ningún cuerpo puede ocupar al mismo
tiempo el lugar que ocupa otro.
El PSOE en ese intento por ocupar
unos lugares en los que ya están instalados otros cuerpos políticos, se ve
obligado, para intentarlo con alguna posibilidad de éxito, a ser más
izquierdista que los de Podemos, más nacionalista que los nacionalistas y lo
que es aún peor, más nacionalista que los independentistas. Y en ese trabajo
imposible están, aplaudiendo el pacto del PSE, porque no se atreven a
desautorizarlo y creo que conviene recordar que en ese acuerdo tan “dentro de
la legalidad” se aprueba la realización de un referéndum para que la ciudadanía
vasca apruebe el Estatuto resultante y
por tanto o es ilegal o, si se pide permiso al Estado para llevarlo a cabo, ya
se sabe que no se va a realizar.
Por mucho que se maquille la
realidad, estamos viendo con sorpresa y asco unos y otros alborozados, como se
aprueba por la vía del trágala que la Mendía le presentó a la Gestora, aquel “proyecto
del cambio” que propugnaba Pedro Sánchez y que le costó la cabeza. Lo que
certifica, que la caída del ex secretario general se debió a luchas intestinas por
el poder en Ferraz y no a asuntos tan “triviales” como lo del derecho a decidir
o la proclamación de España como una nación de naciones, que al fin y a la
postre los chicos de Javier Fernández se
han tragado la propuesta de Idoia Mendía, con el cebo, anzuelo, sedal y plomada incluidos.
Deberían ir pensando en una
cuestión que resulta preocupante, en la naturaleza existe algo que se llama
horror vacui. La naturaleza abomina de los vacíos, cuando uno se crea la
naturaleza lo ocupa automáticamente y eso le pudiera suceder al PSOE, con ese centro
izquierda que ahora queda vacío en su flanco izquierdo.
Ojo que en esto de la
política, parece que no, pero para este tipo de maniobras, hasta el más tonto
hace relojes de palo… y le funcionan.
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