Hay que ver cómo es esta vida de
dura y sorprendente, ayer hablaba yo de un trasvase de cargos públicos de los
naranjitos hacia una nueva organización política llamada Unión de Ciudadanos
Independientes (UCIN), cuestión preocupante porque los trasvases
políticos los carga el diablo y normalmente no se sabe bien cómo ni
en qué momento exacto comienzan, pero muchos, entre los que se encuentra el
naranjito mayor del Reino, sí sabemos cómo terminan y la cúpula de Ciudadanos
empieza a pensar que los ha mirado un tuerto. Aunque haya algunos que suponen
que el mal fario que desprende Pedro Sánchez les ha tocado a cuenta de aquel
maldito pacto. Del cambio lo llamaba el nen Albert; del postureo lo llamaba yo
y todos aquellos votantes naranjitos que en junio abandonaron los cálidos
colores de Rivera y votaron al PP.
Aunque yo creo que teniendo en
cuenta lo modernos, educados y finos que son en Ciudadanos, lo que les sucede es
que el karma los está castigando. A los naranjitos les pueden pasar muchas
cosas, pero son demasiado distinguidos como para que les alcance una cosa tan
vulgar como el mal fario, así que será el karma el que se las está cobrando y sea una cosa u otra, ya iba siendo hora.
Porque por mucho que se revuelvan
los innumerables portavoces de C,s, tendrán que aceptar que su líder Albert
Rivera, ese chico tan joven, bien presentado y educado, fue el que mató…
políticamente a Rita Barberá, con lo de que si el PP quería gobernar,
tendría que hacerla dimitir. Lo dijo en la tele y eso queda
archivado para desesperación de los que trabajan en la imagen de Ciudadanos,
así que no es raro que tras los últimos acontecimientos se haya presentado el
karma, con la puntualidad que lo hace en otro ámbito el cobrador del
frac, a cobrarle las cuentas pendientes a Rivera.
Ya le advirtieron los augures que
se anduviera con cuidado cuando Carolina Punset se hartó de aguantar tonterías
de los dirigentes de Ciudadanos a los que acusó formalmente de “suavizar” su discurso contra el nacionalismo
y dimitió de su ejecutiva. Albert Rivera continuó con ese discurso que tan pocos éxitos electorales le ha proporcionado y no corrigió un sorprendente bandazo
hacia lo que en Ciudadanos ahora llaman el “nacionalismo moderado", lo que es una
falacia porque los que conocemos a los nacionalistas sabemos que no existe un
nacionalismo moderado, sólo existe un nacionalismo que conforme a sus necesidades
tácticas o estratégicas modula su
mensaje, pero al final todos son igual de malos.
Lo sorprendente es que los que dicen
combatirlos, se están empezando a rajar de manera escandalosa; en ese sentido
las declaraciones de Inés Arrimadas, líder de C,s en Cataluña, afirmando que
participaría en un referéndum independentista si éste era legal, son para nota
alta y dan muy mala espina.
Rivera parece estar convencido
que esa actitud que exhiben él y los suyos de intransigencia, cual si fueran
los savonarolas de la transparencia y de la honestidad les proporciona votos, lo
que resulta dudoso. Hay mucha gente que está harta de tanto niño pitongo dando
lecciones todo el puñetero día y si de
transparencia hablamos, resulta que Albert se enfrenta a acusaciones muy
concretas por parte de los componentes de una corriente de pensamiento
naranjito que se conocen como TranC´sparencia, que acusan de falta de transparencia y de democracia
interna a la organización de Ciudadanos. Y los “tranC´sparentes”
son más de 400 militantes de Ciudadanos, no gente que se haya ido del partido, perfectamente organizados que hartos de que se
ignoren sus llamamientos para que Rivera cumpla con los estatutos del partido,
pretenden llegar a la IV Asamblea con capacidad para imponer algunas de sus tesis.
Al final todo se paga y aquí está
el karma reclamando su libra de carne naranjita. Queda muy bonito lo de llamar
a los acuerdos que conforman el pacto con el PP, exigencias, pero una vez que
lo repites tres o cuatro veces, la gente se empieza a mosquear hartos de unas
posturas más propias del repelente niño Vicente y de resentidos socialdemócratas procedentes de UPyD y del PSOE, que de
políticos que realmente trabajan por el interés general. Porque resulta
estomagante escuchar una y otra vez lo de la lucha contra la corrupción, que
realmente parece que la honradez y la honestidad la hayan inventado los
naranjitos.
Sobre honestidad habría mucho que
discutir, desde el continuado cambio de “chaqueta ideológica” que han llevado a
cabo conforme les ha ido conviniendo, por poner un ejemplo. Todos recordamos que
los naranjitos nacieron postulándose como centro izquierda, porque en ese
momento les interesaba al objeto de recabar votantes y así se llevaron en
Cataluña tanto voto socialista de los que horrorizados ante la deriva
independentista del PSOE les votaron. Luego vino lo de ser de centro, porque convenía
para las elecciones generales y ahora parece que están en el centro derecha - que no lo digo yo, que también - lo denuncia Carolina Punset, europarlamentaria naranjita y hasta hace cuatro
días miembro de la ejecutiva de Ciudadanos, así que de honestidad van justitos
y pare usted de contar.
Si de transparencia y democracia
interna hablamos, basta escuchar, no a disidentes, sino a los de
TransC´sparencia, militantes de Ciudadanos,
que denuncian la falta de democracia interna y el exceso de política “digital”
en la designación de cargos orgánicos y las listas electorales, así como las
dificultades que coloca el aparato del partido a quiénes quisieran presentarse
como candidato a la IV Asamblea de Ciudadanos contra la candidatura de Rivera. Traducido, exactamente igual
que en el resto de los partidos.
Así que si les acaban de abandonar más de cien cargos públicos caminito de UCIN, chaquetean cosa mala con la
ideología, modulan el mensaje sobre el independentismo catalán – lo que en
Ciudadanos es una absoluta blasfemia, ya que nacieron para luchar contra el nacionalismo
y los sectarismos - y no respetan la democracia interna, no parecen
precisamente un buen modelo a seguir. Por desgracia para ellos y para nosotros se parecen mucho al resto de
partidos.
¡Oiga pero son honrados! Pues sí,
no seré yo como ellos que no respetan la presunción de inocencia, pero también
podría decir que ser “honrado” cuando no se gobierna resulta relativamente
sencillo. No vaya a ser que el día que gobiernen éstos, comencemos a
encontrarnos con investigados (imputados) naranjas de toda laya y condición.
Al final, el que se pasa el día
dando lecciones a todo el mundo está hecho del mismo barro que los demás, así que
ojo con el karma que anda suelto, como bien saben Albert Rivera y sus chicos, otros con el PSOE que no parece se puedan permitir el lujo de ir a otras elecciones en mayo del próximo año.
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