¿Entre col y col lechuga? No: Entre coz y coz, amenaza
Dos equipos que deben entenderse |
Ya saben ustedes que a cuenta de
la costumbre campesina de intercalar cultivos distintos en las huertas, nació el
dicho de “Entre col y col, lechuga” que venía a significar que después de algo
bueno, llega irremediablemente lo malo o lo menos bueno. Conocemos también, porque lo hemos sufrido, el amor que siente el PSOE por retorcer la semántica para justificar lo
injustificable, así que siguiendo su ejemplo creo que podremos transformar el
dicho, que quedaría “Entre
coz y coz, amenaza” que es el procedimiento de comunicación elegido para asuntos que tengan que ver con el PP por los interinos de Ferraz,
para justificar la abstención en la Investidura ante su militancia.
No es que me vaya a escandalizar,
pero de todas maneras llama la atención el tiempo y la mala baba o mala leche,
como ustedes prefieran, que lleva gastado el PSOE con este gobierno que todavía
no ha dado ni los buenos días, al que ya amenazaba Hernando (PSOE) en su
intervención en la segunda vuelta de la Investidura, advirtiendo al gobierno no
nato, que se amarraran los machos porque
no le iban a conceder ni un minuto de gracia, antes de ir a por ellos.
Eso, como digo, antes del parto,
después para que les cuento. El PSOE al completo, desde la Gestora hasta El País,
le dan leña al nuevo gobierno de Rajoy por continuista, falta de aptitud para
el diálogo; ser débil, marianista, ¡político! etc., etc.
Mario Jiménez,
portavoz de la Gestora del PSOE afirmaba que el hecho de mantener a Montoro en
Hacienda, Íñigo Méndez en Educación y Fátima Báñez en Empleo, demuestra a las
claras que Mariano Rajoy no está dispuesto a facilitar el diálogo con el PSOE y
después de la coz, la amenaza: “"Rajoy no se ha enterado de nada y se
terminará enterando a partir del próximo lunes". No falla, primero la crítica
adusta, esquinada, áspera y después la amenaza.
Resultaría grotesco, si no fuera porque estamos tratando asuntos de vital importancia, que el portavoz de la gestora de un partido que lleva casi un año montado en el eslogan del “No, es no” como único argumento de su pensamiento político, negándose contumazmente a negociar con el PP y que además se está rompiendo ante su incapacidad para crear acuerdos con su militancia, aparato, grupo parlamentario y Gestora - en la que ahora andan a palos a cuenta de la fecha del Congreso, basta oír como largan Francesc Antich y Paco Ocón, miembros de la Gestora, que acusan a Javier Fernández de decidir por su cuenta el calendario orgánico y filtrarlo a la prensa - como digo, que el portavoz de la gestora acuse al PP de no querer dialogar, mueve a irrisión. Los que se han negado a negociar una y otra vez, diecisiete veces según sus propias cuentas, esa gente cerril y recalcitrante predican ahora la bondad taumatúrgica del diálogo a los ministros del PP; cuando ellos, insisto, no son capaces de dialogar ni entre ellos.
Resultaría grotesco, si no fuera porque estamos tratando asuntos de vital importancia, que el portavoz de la gestora de un partido que lleva casi un año montado en el eslogan del “No, es no” como único argumento de su pensamiento político, negándose contumazmente a negociar con el PP y que además se está rompiendo ante su incapacidad para crear acuerdos con su militancia, aparato, grupo parlamentario y Gestora - en la que ahora andan a palos a cuenta de la fecha del Congreso, basta oír como largan Francesc Antich y Paco Ocón, miembros de la Gestora, que acusan a Javier Fernández de decidir por su cuenta el calendario orgánico y filtrarlo a la prensa - como digo, que el portavoz de la gestora acuse al PP de no querer dialogar, mueve a irrisión. Los que se han negado a negociar una y otra vez, diecisiete veces según sus propias cuentas, esa gente cerril y recalcitrante predican ahora la bondad taumatúrgica del diálogo a los ministros del PP; cuando ellos, insisto, no son capaces de dialogar ni entre ellos.
Decía yo el 22 de diciembre de
2011 a cuenta del nombramiento del primer gobierno de Mariano Rajoy: “…Claro que, como ya he dicho antes, me
sobran algunos nombres y me faltan otros, pero les voy a contar un secreto, en
cuanto escuché a Marcelino Iglesias portavoz del PSOE y me enteré que a los de
Ferraz les parecía muy mal el gobierno, por una serie de motivos infantiles que
expuso Iglesias en un tono inseguro y titubeante que daba grima, se despejaron todas mis dudas. Si al PSOE le
parece mal el gobierno de Rajoy, es que el gobierno es bueno. Eso garantizado…”
Pues ahora digo lo mismo, cambiando eso sí a Marcelino Iglesias –nada que ver
con el coletas – por Mario Jiménez y me queda que ni pintado.
Al gobierno de Rajoy le han dado
leña o le han puesto tacha por muchísimas razones, la más socorrida es su supuesta incapacidad para la negociación y eso lo dicen unos tipos que han tenido que
dinamitar su organización por no ser capaces de ponerse de acuerdo y que si se tropezaran
con un diálogo en el plato, no sabrían si se come con cuchara o tenedor; pero
hay dos críticas que llaman la atención, la primera es que el gobierno es muy “marianista”.
No es nada nuevo, lo mismo dijeron del que se formó en el 2011.
Decía yo entonces, ante la
bobada: “… ¿Qué el gobierno resulta muy
marianista?, eso he podido ya leer y escuchar, pues no creo que resulte nada
raro, lo que sería noticia es que fuera muy “felipista”. Me parece muy natural
que Rajoy escoja gente de su absoluta confianza para llevar a cabo la difícil
tarea que les espera…” Ahora digo lo mismo cambiando lo de “felipista”
por “sanchista”.
Y lo que ya me parece de nota
alta es lo de acusar al gobierno de “político”, fue leerlo y se me vino a la
cabeza aquella charla que mantuvo Francisco Franco con un ministro del Movimiento
que se le quejaba de los ministros del Opus; le dijo el gallego “Haga como yo,
no se meta en política”, así que por lo visto los críticos que acusan de
demasiado político al gobierno, beben directamente de la metodología de
Francisco Franco, hay cosas que sorprenden… y claman al cielo.
El País cierra su artículo editorial
del viernes con esta fúnebre frase: “Las grandes reformas que requiere España tendrán
que seguir esperando” Y yo añado que eso será así, si el PSOE en el uso de su
reconocida incapacidad para el diálogo, los acuerdos y la negociación - ahí
está la Gestora en Ferraz para demostrarlo - se niega a colaborar.
En fin, lo de siempre, la culpa
la va a tener Rajoy aunque quién se niegue al diálogo sea ese PSOE, que se
abstuvo en la Investidura, no por sentido de Estado, sino por salvar sus pobres
muebles y evitar unas terceras elecciones en las que los de UP los iban a
liquidar. Veremos si a pesar de su reconocida incapacidad para la negociación, demuestran
que tienen instinto de supervivencia como organización y colaboran con el PP,
aunque sólo sea para ganar el tiempo que necesitan para intentar recomponerse
como partido.
Y todo esto… antes del primer
Consejo de Ministros.
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