En este mundo traidor de los
medios de comunicación y digo lo de traidor con total intención y convencimiento, tenemos la desgracia de que si leemos en un medio una noticia o ni siquiera eso,
porque últimamente hemos vivido de las filtraciones, que como sabrán todos
ustedes son siempre interesadas, digo que uno lee la misma noticia en dos
medios distintos y resulta que te la explican de manera absolutamente
distinta.
Hasta el sábado todo giraba en
torno a la Investidura y las listas - quinielas les llamaban algunos - de quiénes
entre los socialistas iban a romper con la disciplina de voto. Yo apostaba, no
sé si aquí por 18 noes procedentes de gentes del PSOE.
Claro que para acertar me faltaron a lista, la huida de Pedro Sánchez, que se
guardó como de mingitarse en la cama de votar no y las sorprendentes – al menos
para mí – abstenciones de César Luena y Patxi López, que las vestirán como
quieran, pero que suenan a solemne bajada de pantalones o lo que sería peor, meneo de cola
por ver de buscar un buen puesto.
Fue terminar la investidura y los
medios comenzaron a cascar sobre los “ministrables". En cuanto Mariano Rajoy
advirtió que la noticia sería para este próximo jueves, no faltó quién sesudo e
indignado se quejara del "injustificable" retraso en la toma de decisiones tan
trascendentales, aunque tampoco creo que fuera para tanto, si tenemos presente
que hemos estado esperando el santo advenimiento más de 300 días. Entiendo,
aunque no comparta la idea, que el sentido común cotiza a la baja, pero cuando
a todo el mundo le entraron las prisas, irremediablemente me acordé de aquello
de “Vísteme despacio, que llevo prisa”.
Ayer por la mañana leía en El
Confidencial que: “Rajoy descoloca al PP y hace creer en una gran
reestructuración de Gobierno” y en el subtítulo señalaba la inquietud que ello
producía entre los populares. Como tengo la costumbre, a veces buena, a veces
mala y casi siempre insoportable de leerme diez diarios al día, al ratito de
leer el artículo de El Confidencial, tuve la oportunidad de leer en El País, el siguiente titular: “Presión interna a Rajoy para forzar un relevo
generacional del Gobierno”, que como pueden ustedes comprobar habla de la misma
noticia que publicaba El Confidencial, pero al revés, cosas de la bendita línea
editorial, seguramente...
No será yo quien me ponga serio y
me líe a explicar la clara y perceptible diferencia que debería existir en los
medios de comunicación entre noticia y “opinión publicada”, pero ya que todo el
mundo se siente con plena libertad de echar su particular cuarto al palo que
más le conviene, me van a permitir ustedes, que modestamente les explique lo
que pienso al respecto. He estado a punto de escribir “mi análisis” en lugar de
“lo que pienso” lo que me dice bien a las claras que todo se pega menos la
hermosura.
Hace ya unos días leía que
Mariano Rajoy quería “ministros que supieran negociar”, lo que me pareció
lógico, rozando con lo obvio, sobre todo si tenemos presente la legislatura que se les viene
encima, unos días más tarde se nos explicaba ¡benditas filtraciones! que Rajoy
no iba a tocar su actual gabinete, en todo caso cubrir las bajas y … algún
retoque.
Me pareció una mala noticia, porque de ser cierta la filtración, que
siendo interesadas todas, las hay ciertas y otras que no, lo que decía la
decisión de Rajoy es que pensaba hacer a una faena de aliño para salir del
paso y esperar con estos ministros a mayo del 2017, fecha en la que disolvería
Cortes y convocaría nuevas elecciones. No es un análisis, perdón, una idea muy
sesuda, pero aplicando el sentido común, es lo que modestamente me parecía.
Con el retraso y el anuncio de
que se esperan cambios, llega para mí lo que me parece una buena noticia, Rajoy parece retoma la
idea de los ministros dispuestos a negociar lo que haya que negociar, salvo las
líneas rojas, quizás siendo del PP igual son azules, que estableció en el
Congreso el sábado pasado y con esta decisión anuncia a propios y extraños que
está dispuesto a pelear por conseguir una legislatura lo más larga posible.
Igual tiene noticia de que la izquierda
constitucionalista le ha visto las orejitas al lobo, sobre todos los actuales
inquilinos de Ferraz aunque lo sean a título transitorio, porque tras la
entrevista de Pedro Sánchez, ya saben lo que les espera si no deciden de una
vez por todas poner al PSOE en su lugar, el centro izquierda y le explican a la militancia lo
que se están jugando y con lo que no se puede jugar, como es, por ejemplo, la
unidad de España, se dedican a recomponer su partido y cooperar en la acción
del gobierno.
Y el PNV, que es de derechas de toda la vida y acaba de ganar
unas elecciones en el País Vasco, a lo mejor se ha dado cuenta que éste es el
momento de ir a por Podemos, que les incomoda en su territorio y arrima el
hombro en lo de los Presupuestos.
O no, que diría uno que yo me sé.
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