Está la peor izquierda de este
país revuelta e indignada, mientras la menos mala sigue en la UVI lamiéndose sus heridas. Los de la izquierda radical y los de la otra también, están moscas por dos
cuestiones que no les gustan nada: Por un lado la investidura de Rajoy y por
otra el triunfo de Trump, que les pone de los nervios, porque por mucho que se
llame “populista” a Donald Trump, nada tiene que ver éste, con los populistas
patrios.
Si no me creen, ahí les dejo unas fotografías de las manifestaciones “anti
Trump” que se han llevado a cabo en los Estados Unidos y verán que quien se
manifiesta contra el resultado de las urnas, quienes salen a la calle
intentando ganar en ellas lo que las urnas democráticamente les han negado, son
los perroflautas yanquis. Lo mismito que aquí intentaron hacer cuando Rajoy
iba a formar su primer gobierno y que por lo que dicen volverán a repetir.
No creo que nadie haya podido
olvidar, porque ocurrió hace dos días con pasado mañana, la “advertencia” o
amenaza de los podemitas que decían que iban a echarse a la calle por aquello
de expresar la “voluntad popular”, que ya se sabe que estos toletes sostienen
que la soberanía popular en España se encuentra
en la calle, en la algarada, en la manifestación y no en el Parlamento.
Ni siquiera se han tomado el trabajo de
intentar justificar su contradicción, puesto que si están en el Congreso es
porque la voluntad popular, la de verdad, la democrática, los ha puesto allí a
través de las urnas, ese instrumento por el que Rajoy se pudo
presentar a la Investidura, porque en las urnas, no en la calle, sacó más votos que Iglesias.
Ayer Monedero - ya saben aquel
podemita al que cazó Hacienda en un renuncio y tuvo que dejar la política
activa – que por lo visto sufre una suerte de síndrome de abstinencia por salir
en los medios, en una intervención mitinera reiteraba las amenazas ya
expresadas por la patulea podemita. Decía Monedero en un mitin, en el que
apoyaba al especulador Espinar, que Podemos se va a radicalizar y fulminaba a Errejón por tibio.
Hablando del triunfo de
Trump, al que calificó de fascista, afirmó que "Europa nos mira porque
somos la única fuerza capaz de frenar esa locura. Con Trump también nos van a
mirar desde otros sitios porque somos la fuerza que puede frenar este dolor”,
que es que tiene que estar Trump que no vive, ante las amenazas de Colau,
Montero y ahora Monedero. Y para que no quedara ninguna duda añadió que se han
dado cuenta que lo de estar en el parlamento no es tan bueno como creían, porque estar allí
quita tiempo para bajar a la calle. Yo creo que lo que les ha matado del Congreso es lo de tener que trabajar, que no todo va ser ir al banco a cobrar a final de mes.
Por eso afirmo que los radicales
sólo pueden caminar en una dirección, radicalizarse más aún. En cuanto en el
seno de una organización radical, surge alguien – en este caso Errejón – que pretende
llegar a acuerdos y evitar los excesos de la radicalidad, la organización lo
termina expulsando como un cuerpo extraño. Han ido a las elecciones, están
representados en el Congreso, ya no pueden manifestarse ante los leones
gritando “no nos representan”, pero no quieren o no saben hacer el trabajo parlamentario
y prefieren volver a la calle, de donde no debieran haber salido jamás.
Todo intento de intentar atraer a
las fuerzas radicales a terrenos en los que se puedan plasmar acuerdos o
encontrar soluciones, es inútil. Ahí están los de la CUP, a ver si por fin se
enteran los del PSOE que hablar con independentistas es inútil, que ya cansa
ese mantra de que hay que dialogar sobre Cataluña, porque los independentistas
no se van a bajar del burro, ni con esta Constitución ni con otra que reformara
la estructura política del estado y la convirtiera en un estado federal. A ver si se
entera todo el mundo, de una vez por todas, que los independentistas catalanes, no los catalanes, los
independentistas catalanes lo único que pretenden es ser distintos a todos los
demás, en el estado de las autonomías, en el federal o en el que quieran
ustedes inventar.
Decía que ahí están los del
sector más radical de la CUP, los que se apellidan “Poble Lliure”, en una clara
referencia a las simpatías que profesan por aquella organización terrorista “Terra
Lliure”, que reclaman sin tapujos "asumir de una vez por todas que será
necesaria una fase de confrontación" con el Estado para celebrar un
referéndum independentista en Cataluña y proclamar una república, además de
reclamar como propios de esa república catalana, los territorios de Baleares y
de Valencia.
Debiera tomar buena nota el PSOE que ha permitido a lo largo de estos últimos tiempos que parte de su militancia se radicalice, cuando esta situación se concreta ya no hay marcha atrás. Con los radicales no puede haber
acuerdo, ni pactos, ellos están por tomar al asalto el poder, mientras que unos
cuantos bobilines nos explican, que lo que hay hacer con ellos, es dialogar.
Se equivocan, no hay de qué y
tampoco hay con quién.
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