Comprendo a los profesionales,
es un recurso baratito, de mucho lucimiento y que además gusta a los
espectadores. Reconozco que he disfrutado con
algunos psicópatas de ficción que han aparecido en películas y series que me
han entretenido muchísimo. Pero lo que está bien en la gran
pantalla o en la tele, cambia mucho cuando sin saber cómo ni cuándo, el
psicópata irrumpe en tu vida y el peligro deja de ser producto de la ficción, para pasar a ser
una estremecedora parte de tu experiencia vital.
Hoy me ha dado por hablar
de psicópatas, ya saben los más fieles de mis lectores que soy un poco raro,
veamos pues cuáles son los síntomas que conforman el perfil de estos individuos tal y como
lo he encontrado en Google; que no siendo profesional, cuando no sé algo hago lo
que todo el mundo, acudo a la Wikipedia o consulto a San Google Bendito.
Dicen los que dicen saber de
estas cosas que el psicópata entre otros rasgos resulta impasible, muestra una llamativa frialdad ante los problemas ajenos. Acusa un déficit muy alto de empatía. Es un hábil manipulador,
posee normalmente encanto personal y es capaz de conseguir lo que quiera de los
demás.
Llámenme retorcido, pero esta
especie de definición me ha recordado de manera automática - ruego me
excusen los votantes socialistas y naturalmente los afiliados al PSOE que
todavía no se hayan dado de baja - decía que ha sido leer el conjunto de
síntomas, para que en mi mente surgiera la imagen de Pedro Sánchez, sentado hoy
en el Congreso de los Diputados con un aspecto de amulado (1) que quitaba el
sentido.
Siempre me ha repateado la
execrable conducta que observa nuestro presidente en el Congreso de los
Diputados que, cuando Pablo Casado le contesta, evita siquiera mirarlo a la cara. Hoy lo ha vuelto a hacer, un
titular de la prensa señalaba: "El presidente recibe
el mayor apoyo visto por un jefe de la oposición desde 1978 y, pese a ello, el
líder socialista no fue capaz de mirar a los ojos ni una vez a su rival y ahora
aliado", una buena muestra de impasibilidad y desprecio a los
sentimientos de los demás.
Y qué decir de su actitud con los
autónomos a los que fríamente ha sacrificado con un Decreto que perseguía conseguir que en esta crisis nadie se quedara atrás. Ha mandado a la ruina a más de 3.000.000 de españoles y le
ha dado exactamente igual. Ayer Pedro Sánchez comparecía para explicar a la Nación el Plan de Choque que había aprobado el Consejo de Ministros y aprovechó una y otra vez para explicarnos el descomunal esfuerzo que iba a hacer el Gobierno y no dijo aquello de que era la más
alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los
venideros, que decía D. Miguel de Cervantes de la batalla de Lepanto, porque
seguramente no conocía la frase, pero le faltó poco. Según Sánchez presentaba el plan más
ambicioso y enorme que cualquier gobierno hubiera llevado a cabo. Hoy los
expertos nos advertían que anduviéramos con cuidado que del dicho al hecho hay mucho trecho.
Lo dije ayer de manera distinta
pero lo dije. El Decreto sonaba muy bien en la tele, entendía que se vería peor en el BOE y
cuando se conociera la “letra pequeña” de su aplicación no lo iba a conocer ni
la madre que lo parió. Hoy los expertos, que también los hay fuera del ámbito gubernamental,
nos explicaban que lo que prometió Pedro Sánchez no es otra cosa que un timo como una catedral
de grande. Ya nos tienen acostumbrados los presidentes socialistas a promesas incumplidas, recuerden aquellos maravillosos 400.000 empleos que iba a conseguir
Felipe González o los brotes verdes de ZP, así que nada nuevo bajo el sol, un
presidente socialista en apuros, saliendo del embolado contando una milonga descomunal.
De los 200.000 millones de euros
que nos prometía Sánchez, 100.000 millones avalarán los préstamos
que conceda la banca, el gobierno no desembolsa ni un euro. A estos 100.000
millones hay que sumar 83.000 millones de euros, que aportará el sector privado.
Así que si no me fallan las cuentas de los 200.000 millones de euros prometidos llevamos ya 183.000 millones y el gobierno todavía
no ha aportado ni un solo euro. Nos quedan 17.000 millones, estas sí van a ser las
ayudas directas del Estado hacia la economía, naturalmente generarán más deuda pública que pagaremos con nuestros impuestos. Queda meridianamente clara la manipulación
de Pedro Sánchez.
Podría seguir, pero mejor citar a Rufián, su
socio de moción de censura y de la investidura, que para definir nuestra situación le decía "Tenemos al país en la UCI y el médico se acaba de enterar".
Sánchez había explicado una vez más su historia reiterando contumaz todas las mentiras que he
señalado y naturalmente no faltó lo de que el gobierno se ha limitado a seguir el consejo
de los “expertos”. Velázquez era el pintor de cámara de
Felipe IV, en aquellos tiempos los reyes tenían pintores de cámara, el gobierno de Sánchez no tiene pintores de cámara que se sepa, pero sin duda utilizan "expertos de cámara" que dicen lo que el
gobierno quiere que digan.
Como sea que hay más expertos que los que pagan los socialcomunistas del gobierno hoy leía unas declaraciones de Oriol Mitjá, prestigioso investigador
de la Fundación Lucha contra el Sida, especialista en epidemias. Decía el Doctor
Mitjá: “Ha habido falta de anticipación e incapacidad para hacer previsiones
y predicciones epidemiológicas de una epidemia evitable. El no evitarla ha
conllevado unas consecuencias en la salud pública y esa, en términos médicos,
es la definición de negligencia".
Vamos de cabeza al desastre y ese sí que va a ser la más
alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los
venideros y lo peor es que la oposición
juega obligada, no tiene más remedio que dar un cheque en blanco a Pedro Sánchez,
para que éste no dependa exclusivamente del apoyo de Podemos y esperar a que lleguen mejores
tiempos.
Hay que ser prudentes, porque el extraño poder que tiene Pablo Iglesias sobre Sánchez llega a niveles muy difíciles de
justificar. Hoy nos enteramos que Pedro Sánchez, sin explicarlo en su
intervención, ha aprovechado el Real Decreto dirigido a mitigar la crisis sanitaria y
económica para colar por la gatera a Pablo Iglesias en la Comisión Delegada del
CNI, ya está el lobo en el gallinero, miedo me da.
Por eso les digo que estamos
conviviendo con un psicópata, que para más INRI dirige nuestro destino y no es una película de miedo, lo estamos viviendo en vivo y en directo.
Puede que alguno
piense que está feo que haya llamado psicópata a Pedro Sánchez, personalmente creo que he estado hasta
contenido... Saben lo que les digo, que al que no le guste que le eche azúcar.
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