Cuando comenzó la terrible
amenaza que supone la epidemia del coronavirus, Pedro Sánchez que de tonto no
tiene un pelo, le vio inmediatamente las orejitas al lobo y decidió dimitir de
sus obligaciones tornándose invisible para la opinión pública y los medios
de comunicación. Si del coronavirus se trataba Pedro Sánchez no estaba…ni se le
esperaba. Las circunstancias le han obligado a volver y lo hizo acudiendo a una
sesión de la comisión de seguimiento de la epidemia, no dio explicación alguna sobre
su ausencia pero pidió “unidad, serenidad y estabilidad" para poder
combatir al virus.
No es que no sean necesarias esas
condiciones, pero me parece mal que tras acreditar una cobardía moral difícil
de aceptar, se ponga en plan victimista y pida algo con lo que ha contado este gobierno desde el minuto uno de la epidemia. Las Comunidades Autónomas
se han comportado ejemplarmente, lo dice el ministro de Sanidad y la única
brecha a la unidad en la lucha contra el virus, se ha producido en su propio
gobierno, cuando la ministra podemita de Trabajo se permitió el lujo, con el
conocimiento y la bendición de Pablo Iglesias, de presentar un manual de
actuación para las empresas que tuvieran problemas con el coronavirus, sin
consultar a nadie.
Incluso ha contado con la lealtad
de la oposición, que ha permanecido en silencio, al objeto de que el gobierno
tuviera las manos libres para llevar a cabo su tarea. Y supongo que a los del
Partido Popular les tiene que haber costado, porque tampoco hace tanto tiempo
desde que el propio Pedro Sánchez “el desaparecido” se cebara en el Congreso de
los Diputados contra el gobierno de Rajoy a cuenta de la crisis del Ébola, una
crisis que se resolvió con cuatro infectados, dos muertos y un perro sacrificado,
una crisis que no admite comparación con lo que nos está sucediendo ahora. Así
que a Pablo Casado hay que reconocerle la lealtad y también la generosidad.
Dicen los medios más afines a la
causa socialista que Pedro Sánchez ha vuelto a la primera línea; aceptémoslo y veamos los resultados. Por una parte hemos pasado de una situación de contención
a otra de…contención reforzada, que ya me contarán ustedes de qué nos sirve
realmente la utilización torticera de la semántica para hacer frente a nuestro
pavoroso problema. Claro que Sánchez también anunció que tiene previsto un plan
de choque para minimizar los efectos de la epidemia sobre la economía. ¿Para
cuándo? Pues no lo dijo, ni tampoco fue capaz de adelantar alguna de las
medidas de ese supuesto plan que llevan preparando, Sánchez dixit, dos semanas.
Nos enfrentamos a dos problemas
muy graves, por un lado la epidemia que crece de manera incontenible y por otro
la colosal falta de responsabilidad que demuestran los supuestos responsables
de dirigirnos en esa difícil lucha que nos toca afrontar.
Comentaba ayer que éramos
víctimas de la incapacidad de este gobierno para hacer frente a una crisis
complicada, que para ser controlada necesita de medidas concretas y
contundentes y en lugar de eso únicamente recibimos discursos buenistas vacíos
de contenido y falsamente tranquilizadores y se utilizan una serie de medidas a
las que les falta la oportunidad de su aplicación en el tiempo y la
contundencia necesaria como para hacer realmente frente a la epidemia.
Sufrimos una crisis de salud
pública y también una crisis de irresponsabilidad política que está infectando a
la clase política gobernante a todos los niveles. Hemos estado sin Presidente –
si ha vuelto a primera línea, será porque ha estado como poco en retaguardia - y
su responsabilidad recayó en Carmen Calvo y Salvador Illa quiénes a su
vez trasladaron la responsabilidad de la lucha contra el coronavirus a las
Comunidades Autónomas.
Hasta ahora el modelo había
funcionado, lo ha dicho el ministro del ramo, incluso hay gente muy satisfecha de que la epidemia se trate en
España de diecisiete maneras distintas. Pero el número de infectados sigue
creciendo, en algunos territorios de una manera descomunal y hay que adoptar
las medidas que se deberían haber adoptado hace dos semanas. Porque las medidas
preventivas hay que aplicarlas antes de, no durante ni después. Decía que ha
llegado el momento de aplicar el sentido común y las medidas no van a ser
cómodas, van a tener consecuencias económicas muy negativas y no van a gustar a muchísima gente y en este mismo momento el modelo
buenista de que estas cosas las llevaran los responsables autonómicos comienza
a resquebrajarse.
Los políticos autonómicos que
también tienen su corazoncito y sus miedos como todo hijo de vecino no quieren
ser los responsables directos de suspender festividades muy importantes para la
economía local, saben que esas medidas,
necesarias, pero impopulares, van a tener un coste político que no quieren
aceptar. Así que la responsabilidad que no aceptó Pedro Sánchez y que llegó a
las manos de Calvo e Illa y que, como la mala moneda que de mano en mano va y
ninguno se la queda, siguió camino hasta las Comunidades Autónomas, parece que ahora emprende el
camino de vuelta.
Dicen los barones socialistas,
los de los otros partidos piensan lo mismo pero no se han quejado todavía al
Gobierno, que estas medidas debe tomarlas el gobierno de la nación que para eso está
y para que conste abundan en su posición y advierten que las cuestión de las
cuarentenas, el aislamiento de barrios y poblaciones o las medidas de control
del tráfico aéreo y su suspensión son asunto que compete al gobierno de Pedro
Sánchez y supongo que piensan que ya está bien de hacerles el trabajo a los de
Moncloa, que con los votos no se juega y hay cosas que es mejor que las hagan
gentes que estén lejos del territorio afectado.
Y esto es lo que hay, estamos en
manos de una punta de cobardes que no se han atrevido a tomar las medidas que
la situación demandaba. No hay que ser epidemiólogo ni médico para saber lo que
se nos viene encima, no hay que hacer ningún estudio, no hace falta hacer
proyecciones estadísticas, basta mirar a Italia hoy, para saber lo que nos puede pasar en dos o tres semanas.
De corazón, ojalá me equivoque.
NOTA: Éste escrito se publica también en el digital El Diestro. Aquí les dejo el enlace a ese medio, que merece la pena leer.
https://www.eldiestro.es/
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