A Pedro Sánchez lo que le molesta es la verdad
Decía en Onda Cero José Félix
Tezanos, Presidente del CIS - órgano público célebre por su excelente cocina,
que en demoscopia no sé cómo estará clasificado, pero como cocina,
figura en todos los medios de comunicación con cinco tenedores - que sostenía
en una entrevista con Carlos Alsina que "no hay malas preguntas, lo que
puede haber son malos resultados", lo que me parece una auténtica
barbaridad y además una mentira, porque Tezanos sabe mejor que nadie que en las
encuestas lo fundamental son las preguntas, otra cosa es que se puedan dirigir,
si el que las hace, sabe cómo hacer las preguntas adecuadas.
Veamos un ejemplo, en el último estudio demoscópico llevado a cabo por el
CIS con la finalidad de averiguar qué pensaban los españoles sobre la pandemia
y algún que otro asuntillo de menor cuantía, se hacía la siguiente pregunta:
"¿Cree usted que en estos momentos habría que prohibir la difusión
de bulos e informaciones engañosas y poco fundamentadas por las redes y los
medios de comunicación social, remitiendo toda la información sobre la pandemia
a fuentes oficiales, o cree que hay que mantener libertad total para la difusión
de noticias e informaciones?"
Parece un poco larga ¿verdad? y efectivamente lo es. Que le extraña la
longitud del texto, porque a usted siempre le han hecho preguntas claras,
concisas y concretas y yo le digo amigo mío que tiene usted más razón que un
santo. Si realmente lo que se pretende es averiguar qué piensa el
ciudadano entrevistado, lo suyo es no marearlo y ponerle las cosas sencillas.
Cuándo a usted le hagan una pregunta que le parezca larga, embarullada o
difícil de entender, no sea iluso, no vaya usted a pensar que la pregunta se ha
hecho así porque el experto se ha equivocado, porque los demoscópicos no se
equivocan. Si la pregunta le resulta demasiado extensa o confusa, oblígueles a que se la
repitan y esté usted muy atento porque en la segunda parte de la pregunta estará
la trampa. La primera parte tiene por finalidad fijar su atención en un tema
que en realidad poco tiene que ver con el sentido global de la pregunta y su
respuesta.
Veamos dónde está la trampa saducea en la pregunta que tan amablemente les
ha hecho Tezanos a los ciudadanos. La primera parte sería:
¿Cree usted que
en estos momentos habría que prohibir la difusión de bulos e informaciones
engañosas y poco fundamentadas por las redes y los medios de comunicación
social?
Eso es lo que usted va a retener mejor del conjunto de la pregunta.
Saben que usted va a pensar de manera automática que naturalmente está contra
los bulos y las informaciones engañosas. Pero mientras usted automáticamente
piensa eso y su atención está fijada en esa parte de la pregunta le cuelan lo
de "...remitiendo toda la información sobre la pandemia a fuentes
oficiales, o cree que hay que mantener libertad total para la difusión de
noticias e informaciones"
Y cuando le acaban de leer la pregunta está usted muy inclinado a contestar
que sí, porque usted es un ciudadano honesto al que le molestan mucho las
mentiras y contesta afirmativamente, pero realmente a lo que ha contestado es que está de acuerdo que en lo que se refiera a la pandemia
las únicas fuentes permitidas sean las oficiales y ha dicho que no en lo de mantener libertad
total para la difusión de noticias e informaciones, asunto con el que está totalmente de acuerdo. Le ha sucedido porque su capacidad de atención y análisis se ha
centrado de manera involuntaria en la primera parte de la pregunta.
No se extrañen, es el mismo fenómeno por el que usted se coloca ante una
estantería de un hipermercado o ante una librería y es incapaz de ver el producto o el libro que busca a pesar
de tenerlo ante sus narices. El exceso de información bloquea su cerebro,
con las cajas de galletas, con el libro y con la pregunta de Tezanos, que además tiene más
trampas que una película de chinos.
Porque si hablamos de la
pandemia, la mayoría de los españoles estamos convencidos que las fuentes
oficiales, en el mejor de los casos, no han dado una y en el peor han intentado
engañarnos como chinos. Y como dicen que para muestra bien vale un botón ahí
tiene ustedes a Fernando Simón que se dedicó desde el principio a anestesiar a
la opinión pública a base de mensajes tranquilizadores y a pesar de que ha
fallado más que una escopeta de feria, el gobierno le ha premiado concediendo
al órgano que preside la categoría de Dirección General, lo que añade lustre a
su currículo y pasta a su cartera.
A pesar de sus errores están los zurdos que los pinchan y no sangran, porque hay ciudadanos
que lo critican a pesar, dicen, del currículo que tiene, que nadie lo discute, pero
hablar de la sabiduría de Simón equivale a mi parecer, a mentar la soga en casa
del ahorcado y habrá que tener presente que el tener muchos títulos no garantiza la
sabiduría. Lo dice un viejo aforismo que reza, que lo que natura no da,
Salamanca non presta.
Eso suponiendo que el trabajo de
comunicación de D. Fernando Simón haya estado presidido por la honestidad que
me parece mucho suponer viendo los resultados, porque será que no sabe tanto
como presume o a lo peor es que los títulos se los dieron en una tómbola. No se
puede ser un ilustre sabio y a la vez, equivocarte constantemente en un tema de
tu especialidad.
Los sabios de verdad son gente humilde y cuando no saben algo, lo reconocen
y tal día hizo un año. Si Simón se equivocaba porque no sabía de lo que
hablaba, como poco habrá que culparlo de imprudencia temeraria, porque sus
mensajes convencieron a muchos a asistir a la manifestación del 8M, de la que
nos dicen otros sabios que de haberse evitado su celebración nos hubiéramos
ahorrado un 60% de los contagios que se produjeron en Madrid y hablo de
contagios y no de muertos, porque no he leído cuántas vidas se hubieran salvado, si la cifra de contagios hubiera sido un 60% más baja.
El problema radica en que el gobierno ha detectado que está perdiendo la
batalla de la comunicación, los hechos lo condenan y se ha puesto en marcha.
La tasa de muertos por millón de habitantes alcanza ya 460 fallecidos y nos
pone en cabeza de esta terrible estadística. Somos el país del mundo con más
muertos por millón de habitantes y ante ese dato poco valen las mentiras del
gobierno y por eso quieren que la información de la pandemia sólo la puedan dar
ellos y de ahí la pregunta del CIS que ha dado un resultado que apoyaría su
intento.
No han dicho una verdad desde que empezó esta tragedia y quieren
circunscribir la información sobre la epidemia a sus fuentes, han regado con
nuestro dinero a las televisiones amigas y anuncian mil millones para
publicidad en los medios, esa es la zanahoria. El despido de un periodista de
Público por publicar un artículo que no le ha gustado al líder, el cierre de
muchas páginas webs, el recorte de la libertad de expresión en las redes
sociales y las amenazas de Marlaska a cuenta de los bulos y los mensajes de
odio son el palo.
Si todas esa medidas no funcionan en el estadio de la amenaza, si no son capaces de amordazarnos, comenzarán a
rodar cabezas y entonces sólo valdrá su verdad.
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