Y esta segunda medida, para
variar, se tomó también tarde - hubiera debido adoptarse el mismo día que se
decretó el primer confinamiento- y ahora parece que se retira demasiado pronto.
Poco o nada sabemos del comportamiento y alcance real de la epidemia en nuestro
país, porque nuestro gobierno, todavía no está haciendo test masivos y sin testar masivamente a
la población, no hay manera de saber con exactitud a qué nos enfrentamos.
Las medidas se toman a ojo de buen cubero, con miedo, porque los expertos no saben exactamente que puede suceder y
por eso siempre se aplican demasiado tarde y en este caso en particular imprudentemente pronto, es por eso que no se obtienen los resultados deseados. Creo que la incorporación al
tajo de los trabajadores que entre ayer y hoy han vuelto a su puesto de trabajo va a
producir un repunte de infectados, lo mismo o algo parecido creen los expertos
del gobierno, aunque parece que la esperanza del Ejecutivo está puesta en que
el repunte sea pequeño y no tenga una incidencia demasiado elevada en el número
de fallecimientos.
Pablo Iglesias le comunicó vía
telefónica a Pedro Sánchez que los ministros de Podemos no asumirían los
muertos por la vuelta al trabajo. Cuando leí la frase entendí que los podemitas
asumían las muertes que se hubieran producido hasta el día de hoy, pero me
equivocaba esas no le preocupaban para nada. Iglesias no pensaba asumir las muertes porque ahora "no podremos escudarnos en los expertos" y lo decía porque la OMS había desaconsejado que los del
permiso retribuido recuperable volvieran a la tarea.
Repentinamente Pablo Iglesias, hace caso de lo que la OMS advierte, resulta curioso porque desde el mes de
enero hasta el 8M el gobierno social comunista ignoró infinidad de advertencias
y alertas de la OMS y también de las autoridades sanitarias de la UE y lo
hicieron con una tranquilidad de espíritu, con una frialdad, que pone los pelos
de punta; el día 8 tenían un compromiso con las feministas y a pesar de conocer la
existencia de una epidemia extremadamente peligrosa, con un altísimo nivel de
contagio, alentaron a la gente para que acudieran a la manifestación y sucedió lo que
tenía que suceder, la expansión incontrolada de los contagios y de las muertes.
Justificaron su actitud
explicando que ellos habían hecho lo que les habían dicho sus
"expertos", es decir se escudaron en la falible opinión de unos
presuntos científicos que nadie conocía, salvo al inefable Fernando Simón.
Ahora no pueden hacerlo porque el Comité de Sabios que han organizado, advertidos por lo sucedido se ha mostrado menos dúctil que los "expertos" del
mes de marzo y han expresado sus dudas sobre la bondad de la decisión.
Está claro que Pablo Iglesias
tiene una idea muy peculiar sobre que es un gobierno o probablemente piensa que existen dos gobiernos en Moncloa. Los acuerdos de Consejos
de Ministros se adoptan por mayoría, conjunta y solidariamente, por lo tanto cuando alguien no está dispuesto a
asumir una decisión adoptada por la mayoría del Consejo, sólo le queda dimitir
y a otra cosa mariposa. No se puede distinguir, como hace Iglesias, entre los muertos de la primera hornada y los de la segunda, no
cabe asumir la responsabilidad de lo que me parece bien y negarme a asumir la
que me molesta.
Iglesias ha dejado más que claro,
cristalino que este Gobierno se escudó en las opiniones de sus expertos para justificar la imprudencia temeraria que supuso permitir la manifestación del 8M y con esa coartada se sintieron a salvo e ignoraron las opiniones de la organizaciones internacionales de
salud, que decían justamente lo contrario que los científicos del gobierno
español propiciando así la muerte de miles de
españoles.
Un gobierno no debe escudarse bajo ningún concepto, por el contrario debe defender a los ciudadanos, hacer frente a sus problemas y
buscarles solución. Creo que la definición de Escudar que nos da el DRAE define muy bien cómo han usado la opinión de los expertos Dice así, Escudar: Valerse
de algún medio, favor y amparo para justificarse, salir del riesgo o evitar el peligro
de que está amenazada. Sánchez e Iglesias se escudaron en la opinión falaz
de sus expertos y mientras ellos disfrutaban de la protección de ese escudo,
dejaron indefensos a los ciudadanos a los que dicen defender.
Las consecuencias de la cobardía y de la inepcia del gobierno ahí están, 174.060 contagiados, 18.255 fallecidos, 67.504
recuperados, sin olvidar a los 26.672 profesionales de la salud infectados por
el Covid-19 desde que comenzara la pandemia en nuestro país.
Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y
sus respectivos ministros tendrán que hacer frente a sus responsabilidades más
pronto que tarde; el pueblo español no puede admitir que esto pase sin más.
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