El último que apague la luz
Si por casualidad prefieren ustedes escuchar el texto del post de hoy en lugar de leerlo, lo pueden hacer en el enlace que pongo a su disposición. Ya me dirán lo que les parece y les ruego que perdonen los errores.
Parece que lo de “cierre la
puerta al salir”, la infecta chulería del vicepresidente podemita, no era otra
cosa que la guinda del pastel de su intervención en la Comisión de
Reconstrucción, en la que culpó de la epidemia al Partido Popular y afirmó que
a VOX le gustaría dar un golpe de Estado pero que los de Abascal no tenían lo que hay que tener, para hacerlo.
Una afirmación que concuerda con otras mensajes
muy parecidos que han lanzado los comunistas del Gobierno, que hace unos días
acusaban al PP de propiciar una “insubordinación” de la Guardia Civil o lo
último de Irene Montero que en RTVE afirmaba, con una pulsera con la bandera
republicana en la muñeca, que Vox y el PP alentaban a la Guardia Civil a la
"sublevación, a la rebelión" y por si no había quedado claro, reiteraba
contumaz que “la derecha lleva semanas llamando a la insubordinación del
Ejército".
La univocidad del mensaje y su expresión
en las mismas fechas, delatan una campaña organizada por parte de Unidas
Podemos cuyos líderes comienzan a estar preocupados por los ataques recibidos
por su organización, que ellos entienden pretenden abrir una grieta entre los
núcleos socialista y podemita del Gobierno.
No son unos socios cómodos, saben,
porque lo sabe todo el mundo que la presencia de Pablo Iglesias y sus mariachis
en el Gobierno, hace que Europa apriete a Pedro Sánchez cuando éste solicita
ayudas. Europa no quiere a los podemitas en el gobierno y el Partido Popular
procura que se sepa, de hecho Cayetana Álvarez de Toledo lo dijo en el Congreso
de los Diputados el día que le recordó a Iglesias su ascendencia, antes de
hacerlo ya le había dicho que “la prima de riesgo de la deuda española se llama
Pablo Iglesias Turrión”.
El PP explica y está muy
bien que lo haga, que el tan traído y llevado escudo social que pretende
construir el gobierno social comunista no es otra cosa que una apuesta por
acrecentar el gasto público pretendiendo que haya más Estado y que lo pague
Europa, que naturalmente no está por la labor, porque el problema no está en el dinero que
haga falta, sino en cómo se lo quiera gastar Pedro Sánchez, que sigue en las
manos de Iglesias.
El verdadero peligro de este
gobierno, lo protagoniza Unidas Podemos que poco a poco ha ido imponiendo su
programa electoral al del PSOE. Realmente Pedro Sánchez es una marioneta en
manos del podemita que es quién mueve los hilos del Gobierno y de su
presidente. Están decididos a acabar con
el régimen del 78 y aprovechando el Estado de Alarma han comenzado su
demolición con la complicidad socialista.
El gobierno ha utilizado los
poderes especiales que le confiere el Estado de Alarma para abordar temas que
nada tenían que ver con la crisis sanitaria. De hecho los podemitas tienen
claro que van a intentar un golpe de estado desde el Gobierno y como tampoco es
que eso se pueda ocultar demasiado, han adoptado el viejo recurso que afirma
que la mejor defensa es el ataque y están acusando a la derecha de estar
impulsando soterradamente un golpe de Estado, con apoyo de la Guardia Civil y
del Ejército, a los que acusan de insubordinación y de ser alentados a la
sublevación y a la rebelión por el PP y Vox.
Palabras muy gruesas en boca de ministros
o vicepresidentes del gobierno de España, está claro que las acusaciones contra
la Guardia Civil no tienen otra finalidad que la de intentar justificar la purga
bolivariana que Marlaska está llevando a cabo contra la Benemérita. Los
social comunistas entienden que dominan a la Policía Nacional, que ha sufrido la
infiltración ideológica de los inspectores ascendidos a puestos de comisarios,
por su afinidad con la izquierda y ahora se han puesto en marcha para intentar hacer
lo mismo con la Benemérita.
Dominan a la mayoría de los
medios de comunicación y están atacando a la Corona, resulta inadmisible que una
ministra del Gobierno del Reino de España comparezca en RTVE, con una pulsera con la bandera republicana, no hay excusa ni pretexto, es
inadmisible. Como lo fueron las críticas a la Corona de Pablo Iglesias en una
rueda de prensa en la que comparecía como vicepresidente del gobierno. Como
ciudadanos pueden opinar lo que quieran, pero como miembros del Gobierno le
deben respeto y lealtad a la Corona.
Poco a poco, van socavando la
autoridad moral de la Institución, como lo están haciendo con los Cuerpos y Fuerzas
de Seguridad del Estado y cuando la GC y la PN estén listos de papeles, comenzarán
con el Ejército. Ítem más, el espectáculo que se está dando en la Comisión de
Reconstrucción dice bien a las claras que la Comisión no pretende reconstruir
nada, que su única finalidad es destruir a la nación española y al régimen del
78.
Mientras tanto, otro punto importante
para destruir nuestro sistema está funcionando a todo trapo, cada día hay más
ciudadanos dependientes del Estado y ese es un camino insostenible. Los
podemitas hablan en la prensa internacional de que como el gasto aumenta hay
que aumentar los impuestos, pero ni socialistas ni podemitas hablan de los
necesarios recortes que paralelamente hay que llevar a cabo en el gasto
público.
No hay dinero para pagar los ERTES, lo dijo la ministra de Trabajo,
pero sí hay mil millones para pagar la propaganda del gobierno en los medios.
Hay dinero para seguir alimentando a las ONG,s que se dedican a la política
feminista o a luchar contra la violencia de género, pero no hay dinero para
evitar que casi un millón de empresas estén al borde del concurso de
acreedores.
Se impulsa la dependencia del Estado a cuenta de la pobreza originada a los ciudadanos por las decisiones del
gobierno, se multiplican los ataques a la Corona, se asegura el silencio de los
medios de comunicación, se convierte al Parlamento en un circo infame, se
amordaza a los críticos en redes sociales y medios de comunicación y se cesa
fulminantemente a todos aquellos que se niegan a obedecer ciegamente al Gobierno.
En la Comisión de Reconstrucción se habla de golpes de Estado y se insulta a
los partidos de la oposición. Todo vale para llevarnos a la ruina y que así se
puedan crear las condiciones objetivas que impulsen una “revuelta popular”. Lo
advertía Pablo Iglesias en el 2013, “¿Cuándo los comunistas han tenido éxito?
En los momentos de excepcionalidad, en momentos de crisis”. Pues ante eso nos
encontramos.
Así que si el centro, la derecha
y los de la “extrema necesidad” no buscan consensos entre sí y los apoyos de las fuerzas
vivas de la Nación y de Europa, vamos sin remedio de cabeza a la ruina y al
colapso de nuestra democracia parlamentaria.
Entonces será el momento que
alguien tenga que decirles a los españoles que el último que quede, antes de irse definitivamente, cierre la
puerta y apague la luz.
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