Son unos inútiles y se ríen de la ley y de los españoles
No me cabe en la cabeza que
todavía haya gente que defienda al gobierno de Pedro Sánchez, está claro que lo
de la epidemia no es una cuestión sencilla de resolver, pero desde el mes de enero, Pedro Sánchez y sus mariachis podemitas no han dado una y si han acertado
alguna vez será por lo de la excepción que confirma la regla. Lo dije el otro
día y me reitero, al narciso socialista le tocó jugar una partida muy difícil,
pero de ahí al papelón que ha llevado a cabo hasta la fecha va un mundo.
No se pueden hacer
peor las cosas, resultan inaceptables todas y cada una de las rectificaciones
que han tenido que tomar, avergüenza su incapacidad para comprar el material
sanitario, que demuestra irrefutablemente que no saben lo que se llevan entre
manos. Han decidido afrontar la desescalada sin tener la información precisa,
no han terminado el estudio de la seroprevalencia que es una
herramienta imprescindible para adoptar las medidas del desconfinamiento con rigor mientras siguen a lo suyo poniéndonos en peligro a todos.
Lo de que la composición del
comité que decide el cambio de fases deba ser secreta para evitarles tensiones
indebidas a sus componentes, es otra
estupidez de las muchísimas que por desgracia han adornado el discurso de
Fernando Simón y además contradice lo que dispone la Ley General de Salud
Pública que en su artículo 11 dice que "será pública la composición de los
comités o grupos que evalúen acciones o realicen recomendaciones de salud
pública... salvo las limitaciones previstas por la normativa vigente".
Les da lo mismo, ahí tienen ustedes a María Jesús Montero que cuando la
prensa le pregunta por el nombre de los expertos contesta que el gobierno
"ha elegido un mecanismo de cogobernanza para establecer criterios",
como si eso tuviera algo que ver con la pregunta. Podría la ministra respetar un poco más el trabajo de los periodistas y éstos defender la dignidad de su profesión de una manera más activa.
Pánico me da el secretismo,
porque seguro que todo este lío oculta la inanidad de los 11 sabios, que seguro
van a ser una serie de profesionales relacionados de una manera u otra con el
PSOE y UP pero que muy probablemente poco o nada sepan de epidemias. Me indigna
la facilidad con la que este gobierno y sus ministros se saltan la ley a la
torera, bastante tienen con el exceso con el que se producen con los poderes
especiales que les concede la Constitución a cuenta del Estado de Alarma de
los que hacen uso y abuso, porque se entiende que esos poderes especiales sólo
deben usarlos en cuestiones que tengan que ver con la epidemia y los han
aprovechado, por poner un ejemplo, para reformar la Educación, cargarse los
colegios de Educación Especial o modificar el estatuto del CNI para poder meter
a Pablo Iglesias por la gatera en el Servicio de Inteligencia.
Y ahora nos explican que el
Estado de Alarma debe continuar prorrogándose sine die hasta que "los
ciudadanos puedan moverse con normalidad", cuando ha quedado bien claro
que para gobernar la desescalada bastan y sobran una serie de normas que en su
momento utilizaron y les permitieron confinar a los habitantes de un barrio de
Haro o a la población de Igualada y para eso no hizo falta el Estado de Alarma. Hay una serie de leyes que permiten al gobierno controlar las fases de la
desescalada, por mucho que mientan intentando defender lo indefendible.
Se ríen de la ley y de los
españoles pero además son unos inútiles de tomo y lomo lo que sería muy malo, o unos sinvergüenzas de mucho cuidado lo que sería peor. Resulta que
España se queda fuera del reparto que va a hacer la UE de 1.500.000
mascarillas, porque este país, es decir el gobierno de Pedro Sánchez, no solicitó
al ejecutivo comunitario participar en la compra conjunta para hacer frente a
esta crisis sanitaria sin precedentes. No han sido capaces de acudir con éxito
a los mercados, han comprado mascarillas caducadas y otras que no servían, a precios desorbitados y
cuando la CE les asegura una compra de calidad garantizada a buen precio,
Pedro Sánchez sorprendentemente decide no participar, insisto o son unos inútiles o tras este
renuncio se oculta algo muy feo.
Pero eso no es todo, el gobierno autorizó
la exportación de material sanitario de protección a Cuba y otros cinco países,
mientras en nuestro país los trabajadores sanitarios sufrían el
desabastecimiento, supongo que además lo haríamos a precio de amigo o a lo peor
gratis. Más de trece operaciones con destino a Cuba, Guinea, Perú, Gibraltar, Argelia
y Marruecos contemplan a Pedro Sánchez, que debería ser más prudente porque
parece que últimamente compramos muy caro y vendemos muy barato y la
solidaridad internacional no lo tapa todo.
La opacidad con la que se ha
producido este gobierno en la compra de material sanitario es uno de los motivos por los
que pretenden que el Estado de Alarma dure hasta el día del juicio final por la tarde, porque
una vez que éste acabe, deberán responder de esa operaciones opacas que
escandalizarían hasta a un contrabandista de Ronda de los del siglo XIX. Ese desprecio por la transparencia con la que se debe tratar el gasto del dinero público me parece un desprecio absoluto hacia los españoles, porque al fin y
al cabo el despilfarro se está haciendo con nuestro dinero y los precios de
compra parecen muy difíciles de justificar y si hablamos de los beneficiados por los contratos, para qué les cuento, tienen unos perfiles que resultan impresentables.
Son unos inútiles como la copa de un pino, ahí está lo de
las mascarillas para demostrarlo y se ríen de nosotros al derecho y al revés.
Espero que en la próxima petición de prórroga, que parece Arrimadas está
dispuesta a conceder, esto se acabe de una vez.
Somos un país de pandereta en
manos de una pandilla de irresponsables, esto no puede durar mucho más.
En este enlace tienen el audio del blog de hoy. Pasen y escuchen.
Audio del blog
https://youtu.be/cTT5QOxx1w0
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarNos abocan a algo más grave. No pararan hasta que corra sangre.
Buenos días Conchi, es un riesgo que perece estén buscando que ocurra. No se puede gobernar contra más de la mitad del país.
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