Iglesias no quiere a Calviño en la presidencia del Eurogrupo
Desde hace unos días la figura de
Nadia Calviño ha estado muy presente en los medios de comunicación, la coloca
en el candelero su candidatura a presidir el Eurogrupo, un organismo informal
que sin embargo tiene una importancia destacadísima en el desarrollo de las
medidas económicas que toma la Unión Europea. El día 9 de julio sabremos por
fin si la española es elegida presidenta o si, por el contrario, le gana la
partida el irlandés Paschal Donohoe que por ahora compite muy duramente con
ella.
En el blog he explicado que en mi opinión, el
que Calviño fuera elegida presidenta era una decisión muy importante y positiva
para España, su presencia garantizaría el control sobre las partidas
económicas, sean transferencias o préstamos que se hicieran a nuestro país
desde Europa. El principal escollo para su elección es la oposición que le hacen
los países que conocíamos como “los frugales”, es decir Austria, Holanda, Suecia
y Dinamarca, un grupo que nació de una alianza que se había producido en el año 2018 y que dio
en llamarse la Nueva Liga Hanseática, que agrupaba también a Finlandia, Estonia,
Letonia y Lituania, aunque no a Austria. Pero tanto los Hanseáticos, como "los frugales" nacen del enfrentamiento norte-sur que lleva produciéndose hace tiempo en la Unión Europea y que a
cuenta de la presente crisis se está agravando mucho más.
Dije en su momento y sigo
manteniéndolo que Nadia Calviño podría ser un auténtico seguro de vida para
nuestra economía, Calviño ha sido siempre amiga de la ortodoxia económica y en
ese sentido habla el mismo idioma que habla Bruselas y desde la presidencia iba a vigilar para que el dinero europeo que llegara a España se invirtiera en crear empleo y por lo
tanto riqueza.
Sin embargo algunos de mis lectores, a los que agradezco desde
aquí su lectura, su interés y sus opiniones, disentían y la mayoría
argumentaban que al fin y a la postre Nadia Calviño era miembro del gobierno de
Pedro Sánchez y por lo tanto responsable solidaria de todos los disparates que
los social comunistas están llevando a cabo con nuestra economía.
Lo que es cierto, efectivamente
Calviño es vicepresidenta económica del gobierno de Sánchez, pero habrá que
recordar que en el momento en que el PSOE firmó el pacto con Bildu y Unidas
Podemos que pretendía derogar en su totalidad la reforma laboral, puso pie en
pared y afirmó públicamente que ella no podría estar en un gobierno que
derogara la reforma laboral de Rajoy. Por otra parte es público y notorio el mal rollo
existente entre ella y los miembros podemitas del Gobierno.
Pero ahora que estamos ya en
vísperas de ver en que queda la carrera de Calviño hacia la presidencia del
Eurogrupo, sucede una cosa muy curiosa que creo va a tener la eficacia del
bálsamo de Fierabrás para eliminar muchísimas de esas desconfianzas que su
pertenencia al Gobierno crean entre mis lectores.
Resulta que Pablo Iglesias no
quiere hacer campaña a favor de ella y eso, amigos míos, es un dato que creo
que demuestra sin lugar a duda que Nadia Calviño llevaría a cabo una política
económica de la que Iglesias y su gente abominan. Ya saben
ustedes que los enemigos de mis enemigos son mis amigos y creo que el dicho es de
aplicación a esta situación y que la negativa de Iglesias convencerá a muchos de los dubitativos.
Si Pablo Iglesias está en contra
de Nadia Calviño, no diré que me voy a apuntar al club de fans de la
vicepresidenta, pero desde luego sí que me sentiré muy aliviado viéndola
presidir el grupo que va a ordenar el dinero europeo que se utilice en España
para intentar sacarnos de la ruina a la que nos han llevado los social
comunistas. Por otra parte, el hecho de que obligatoriamente tenga que seguir
siendo miembro del gobierno, me garantiza que a la hora de crear los Presupuestos
Generales del Estado, me voy a encontrar con un instrumento económico técnico, austero y eficaz que
ajustará ingresos y gastos sin las “fantasías contables” a las que es tan
aficionado Pedro Sánchez.
Resulta llamativo que un Gobierno
que a través de su portavoz, se quejaba hace tres días de la falta de lealtad
de la oposición, se encuentre con una
situación que a mí se me antoja escandalosa. Ciudadanos ya ha declarado que apoya sin fisuras el
nombramiento de Calviño y lo considera una buena noticia para España y el
conjunto de Europa, El PP no se ha quedado atrás, ha apoyado la candidatura en el Senado y los
eurodiputados populares están haciendo el trabajo de zapa correspondiente,
hasta VOX ha celebrado la designación. Suponemos que el PSOE estará haciendo lo
mismo, pero resulta que a una parte de ese gobierno de coalición, los
podemitas, no les gusta nada de nada la candidatura propuesta por Pedro Sánchez y no parece que estén dispuestos a apoyarla.
Desde la cúpula del PSOE ya se
está criticando esa falta de apoyo, nadie de Unidas Podemos ha apoyado
la designación y estamos hablando de un partido que gobierna en coalición con
el PSOE, no de una organización política que apoya al gobierno en el Congreso
de los Diputados.
Le están haciendo un flaco favor a Sánchez y a Calviño,
porque es tradicional que el gobierno que propone una candidatura la apoye sin
el menor resquicio y con el mayor entusiasmo. Desde el rincón podemita se ha
lanzado un argumento que los define, han dicho que no les gusta apoyar a la
vicepresidenta para liderar el Eurogrupo “por el mero hecho de ser española”.
Así que insisto, creo que si el enemigo
declarado de la candidatura de Nadia Calviño es Pablo Iglesias y por el
contrario Ciudadanos, PP y VOX, apoyan la designación, me parece que puede ser
cierto lo que siempre he sostenido, que la economía española, tal y como están
las cosas, no puede estar en mejores manos y que si alcanza la presidencia del
Eurogrupo, el dinero que llegue de Europa será utilizado como debe ser.
Lo he dicho antes, el enemigo de
mis enemigos es mi amigo. De todas maneras el tiempo dirá lo que tenga que
decir.
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