La Unión Europea se lo pone difícil a Sánchez e Iglesias


El pasado viernes los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE no llegaron a un acuerdo sobre el plan para la recuperación económica tras la crisis sanitaria; un fracaso para Pedro Sánchez y sus cuates que tenían la esperanza de que Europa aceptara un plan que facilitara a España 140.000 millones de euros de los que la mayor parte fueran “transferencias”, es decir que les salieran gratis y que no les exigieran unas condiciones demasiadas estrictas. 

Pese a la existencia de una voluntad política de llegar a un acuerdo, que decía la Presidenta de la Comisión Europea, éste no cristalizó porque los países duros del norte, “los frugales”, Suecia, Dinamarca, Austria y Holanda, no quieren financiar medidas económicas populistas teñidas de ideología, en eso está también de acuerdo el PPE que afirma que “hay evitar que el dinero se use para financiar proyectos ideológicos” en una clarísima alusión a Podemos.

En realidad lo de la voluntad política para llegar a un acuerdo, lo único que significa es que todos los estados miembros están de acuerdo en que hay que financiar una serie de medidas que les ayuden a recuperarse de la crisis económica producida por el coronavirus, el desacuerdo se produce en cómo se va a repartir el fondo de rescate y que garantías se van a exigir para que el dinero que se invierta se utilice para llevar a cabo las reformas estructurales necesarias para impulsar la economía europea.

El fracaso del viernes anticipa la lucha abierta que enfrentará a los países del norte contra los del sur, mientras Alemania intenta templar gaitas porque al fin y a la postre su principal mercado es la UE y debe protegerlo para que no se produzcan tensiones que pongan en riesgo su continuidad. 

El falaz argumento que usan los italianos y Pedro Sánchez de que, como hemos sido los países que más han sufrido el embate de la epidemia, somos los que debemos recibir una mayor ayuda y en mejores condiciones que los demás, no sirve en Europa, allí se ha analizado objetivamente la gestión de la epidemia tanto en Italia como en España y desgraciadamente la opinión pública y los gobiernos coinciden en que los culpables de lo que ha sucedido son los respectivos gobiernos, que no supieron estar a la altura de las circunstancias.

Así que el Gobierno lo tiene difícil porque no parece que Europa vaya a picar, desde hace tiempo tienen fichado a Pablo Iglesias, que pecó de imprudente en alguna de sus declaraciones a la prensa internacional y los países del norte no lo quieren en el Gobierno y por mucho que pese Merkel en Europa, como la cosa se ponga medio mal podemos asistir a una crisis en el seno de la propia Unión. 

Lo de la “solidaridad” con los países del Sur, tiene hasta las narices al Norte, porque saben que el dinero que está gastando el BCE en comprar deuda española no se utiliza para llevar a cabo las imprescindibles reformas estructurales que modernicen nuestra economía y la hagan viable sino que se utiliza en medidas populistas que pretenden crear una sociedad subvencionada y dependiente del estado y no están dispuestos a regalar dinero a quién no sabe administrarlo.

De Nadia Calviño y su candidatura para presidir el Eurogrupo nada se sabe y faltan muy pocos días para que se lleve a cabo la votación que decida quién va a presidirlo. Una pena porque la Unión Europea veía con buenos ojos a Calviño, que tiene un acreditado currículo como funcionaria europea y su presidencia daría un plus de confianza a la UE sobre el control del gasto en España y garantizaría unos Presupuestos Generales ajustados a nuestra realidad y técnicamente correctos.

En el próximo mes de julio se llevará a cabo otra reunión, esta vez presencial, y ahí es donde Sánchez se la va a jugar, porque Europa quiere cerrar lo del Fondo de Recuperación cuanto antes, veremos quien impone sus ideas en esa reunión, pero no parece que Merkel tenga suficiente poder como para que “los frugales” rebajen sus expectativas.

Porque a la mala gestión de la crisis sanitaria, al disparate que supuso confinar a toda la población ante la expansión descontrolada de la epidemia, que dio un golpe mortal a la economía nacional; a las medidas populistas del escudo social que todos saben que son pan para hoy y hambre para mañana, a la ineptitud demostrada en lo económico, lo financiero y lo laboral, a todo eso hay que añadir la debilidad  parlamentaria de nuestro gobierno que a cada día que pasa le queda menos espacio para aplicar la geometría variable que lleva ejerciendo irresponsablemente y que nadie sabe hasta donde lo ve a llevar.

Está claro que el pacto con Ciudadanos le viene muy bien a Pedro Sánchez para presumir de una transversalidad que le permitiría ganar puntos en Europa, pero no sé yo si será capaz de convencer a ERC y a Cs para que juntos formen parte de ese pacto transversal que parece que es lo que pretende el narciso socialista. El tiempo juega en su contra porque ERC le va a obligar a hacer frente a una serie de asuntos muy difíciles de manejar, por ejemplo ahí están  los independentistas esperando los indultos prometidos a su gente, que no llegan. Por otro lado el pacto con Bildu, le pone difícil las cosas con el PNV y con Bruselas que no quiere que se lleve a cabo la derogación de la Reforma Laboral de Rajoy.

Por ahora Pedro Sánchez está dedicado a lo que le gusta, se dio un hartazgo de autobombo en la televisión y se dedica a marear la perdiz, pero son muchas perdices a las que marear y aunque haya mandado emisarios para que hablen con Casado, no creo que nadie piense que el PP va a apoyar unos presupuestos que no respondan a los criterios de ortodoxia que exige Bruselas. Por otra parte lo de la Comisión de Investigación sobre el GAL ha sido una puñalada trapera a su autoridad en ese gobierno de coalición que, a cada día que pasa, resulta más podemita en sus modos y maneras.

Va a sobrevivir al verano como buenamente pueda, pero cuando llegue septiembre, no será todo maravilloso como decía la canción, por el contrario se le van a amontonar los problemas. Veremos que hace Europa, que si aprueba los 140.000 millones que nos corresponderían en el reparto de los fondos del Plan de Recuperación, exigirá que al menos 105.000 millones estén sujetos a la aprobación de las reformas estructurales que nos exija Bruselas y que garanticen la inversión en nuestra economía.

Así que con Europa va a sudar tinta china y sobre los Presupuestos no sé yo si le alcanzará lo de la geometría variable, aunque tal y como se le están poniendo las cosas, creo que le iría mejor algo de “magia potagia”.

Eso suponiendo que no suframos un rebrote del coronavirus, que me van a perdonar ustedes, pero me parece que es mucho suponer.



Comentarios

  1. SEría un suicidio para la UE el "regalar" 140.000 mill/€ a España , que se los fundiria en las "gilipolleces" de este gobierno amariconado.

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