Los 100 economistas de Sánchez
Los inventores de los 100 economistas de Sánchez |
El otro día leía un titular que
hablaba de los cien economistas del presidente y lo primero que hice fue
preguntarme para qué diablos quería Pedro Sánchez nada más y nada menos que
cien economistas. Para salir de dudas me leí el artículo y enseguida me di cuenta de que el titular respondía a una de las campañas de marketing de Iván Redondo,
porque en el cuerpo de la noticia se desmentía el contenido del titular,
costumbre que está muy de moda en las terminales mediáticas cercanas al
Gobierno.
Ni eran cien los elegidos, ni eran todos economistas, había más
expertos de otras disciplinas y al final nada quedaba demasiado claro, ni el número de
los elegidos, ni las especialidades, ni para qué los querían los social
comunistas, más allá de alimentar a su agit prop con una noticia nueva. Y es
que cien economistas son muchos economistas, sobre todo si nos acordamos de aquello que se
dice sobre ellos: Si preguntas a tres economistas por una misma cuestión,
obtendrás cinco respuestas distintas.
Parece que el motivo de Pedro
Sánchez para formar ese grupo de trabajo responde al deseo de que "imaginen" la España post-Covid
y elaboren un documento en tres meses que la describa. Personalmente me sucede
lo que a muchísimos ciudadanos, la economía me parece que no es una
ciencia y la verdad es que sus sacerdotes yerran más que aciertan, habrá quien
diga que no, pero quizás les sea útil, a los creyentes y a los agnósticos, el
dato que les ofrezco, que para estas cosas se inventó lo de Google.
De las ciento treinta y cuatro crisis
y recesiones en el mundo en desarrollo entre 1991 y 2001, el Fondo Monetario
Internacional sólo predijo quince, que desde luego es un dato algo
desalentador, porque me parece que hay que tener la fe del carbonero para aceptar
que un grupo de cien individuos, que seguro que profesan el sacerdocio de la
Economía, desde distintas confesiones y que tienen por definición una incapacidad
manifiesta para acertar en sus pronósticos, nos vayan a explicar cómo debemos
imaginar la España post Covid.
No sabemos quiénes nos van a
explicar cómo seremos, igual serán los economistas marxistas o quizás los
estructuralistas o por ventura los monetaristas o los keynesianos, así que me sentí aliviado porque no fueran cien los profetas que se
tenían que poner de acuerdo para contarnos su particular milonga y además porque la
medida de formar ese grupo, estaba claro que en realidad no iba más allá de
conseguir unas opiniones que favorecieran la maltrecha posición del gobierno
social comunista en relación con la economía, a la que prácticamente ha liquidado con el cerrojazo del confinamiento, que como no venga Europa a
hacernos el boca a boca, lo tenemos francamente negro.
Tenemos un problema y no podemos
siquiera llamar a Houston para que nos busquen una solución, quizás sí
podamos musitar algo a Bruselas, pero tendremos que esperar a la
decisión europea sobre el reparto de los fondos para aminorar el resultado de
la epidemia sobre las economías de los países miembros de la UE. Decía que tenemos
un problema, pero en realidad el que tiene el problema es Pedro Sánchez que es
el sujeto activo de la situación y nosotros somos los sumisos sujetos pasivos
del desaguisado y sus consecuencias.
Sánchez parece tener un problema
con el tamaño, no puede ser otra cosa la que le impulse a sobreactuar cada vez
que habla de la magnitud de las medidas que adopta, la crisis era la más
grande, el plan del gobierno para combatirla era inmenso,
nuestro confinamiento ha sido el más largo y el más duro de toda Europa, íbamos
a sufrir la ola más dura y debíamos prepararnos para una cuarentena larga y
dura; todo es lo más largo, lo más grande y lo más duro…seré muy raro, pero da
que pensar.
Como probablemente sufra de ese problema, ya que quería escuchar la
opinión de algún economista, alguien pensó que puestos a reunir adivinos, lo
mejor sería trabajar a lo grande y convocar a cien que es un número muy redondo
y que suena bonito y además así se garantizaban que no surgiera un informe
cuya univocidad contradijera las intenciones de Sánchez y le pusiera en un
compromiso.
Y que conste que la idea no es
mala, pero teniendo presente quién la publicita, llámenme desconfiado, pero no
soy capaz de pensar que se haya hecho con buena intención. Por otra parte debo
reconocer que no le tengo demasiada fe a los economistas. Decía un sabio que “la
economía es el estudio del dinero y de la razón por la cual éste es bueno” pero
el que eso dijo era un sabio pero de la comunicación cinematográfica, porque lo
dijo Woody Allen, pero lo mismo podría haberlo dicho cualquier economista de
pro.
De hecho y lo cuento para
tranquilidad de aquellos que compartan conmigo la desconfianza sobre la
sapiencia de los economistas, parece que ya algunos de los “sabios” convocados están
por confirmar que todo el asunto no es más que una operación de marketing de la
Moncloa. Iván Redondo ha ido formando unos grupos de trabajo para que se pongan
a parir informes a toda velocidad y cuando acaben, será él o su “Oficina de
Prospectiva y Estrategia” la que se encargue de redactar el documento final. Es
lo que parece que va a suceder si hacemos caso a las declaraciones de varios de
esos “sabios” que se quejan de que desde el gobierno se limitan a pedirles su
opinión sobre asuntos muy concretos.
Esta comisión de sabios, supongo
que tiene por finalidad la de crear una coartada para Pedro Sánchez y sus cuates, que a la hora de la verdad nos explicarán que ellos habrán hecho exactamente lo
que le dijeron los expertos, lo mismo que la comisión de “sabios” para el
Covid 19, que ustedes recordarán. Nadie puede creer que en un gobierno en el que
reina la enorme desconfianza que les produce lo privado frente a lo público,
se busque una solución que se deba a la sapiencia de gente que no tiene nada
que ver con la política ni el Gobierno.
Una operación de propaganda que pretendía
hacerle la competencia a la hoja de ruta para la reconstrucción de España que
está llevando a cabo la CEOE tras su cumbre, que fue el acto que puso nervioso a
este gobierno, empeñado en demostrar que sólo lo público es capaz de salvar a
España, lo que supone una estupidez demencial, nacida de la ideología de
izquierdas de Sánchez y los suyos.
Así que los que tuvieran puestas
sus esperanzas en los 100 de Pedro Sánchez, abandonen la idea porque de lo
dicho a lo que está sucediendo realmente, no es que haya un trecho es que hay
una diferencia abismal y los que, como yo, sufrían pensando en la incapacidad de los
economistas para trabajar a medio y largo plazo, pueden estar ustedes
tranquilos, sólo van a tener que soportar las ocurrencias de Sánchez e
Iglesias, lo que no es poco, pero tenemos lo que nos merecemos.
Esperemos que los gobiernos de
los estados miembros de la UE, que también tienen sus sabios, le pongan un
bocado de castigo al narciso socialista y a su colega el podemita y les aten
bien corto en todo lo que se refiera a las reformas estructurales que nos permitan
crear empleo y riqueza.
Al fin y al cabo Europa empieza
por E, como Esperanza. ¿Optimista? A la fuerza ahorcan, amigos míos.
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