El viacrucis de Pedro Sánchez
El PSOE ha decidido ocultar su triste
realidad tras un impostado entusiasmo de los ministros social comunistas el
pasado martes y de los diputados socialistas hoy miércoles. A falta de mejor remedio
han acudido a los aplausos de su gente para afectar un fervor que lance un
mensaje positivo a la opinión pública que oculte la derrota que Pedro Sánchez
ha sufrido en Europa.
A nadie se le escapa que la
posición española fue defendida por los líderes del eje francoalemán que todavía
domina Ángela Merkel, con esos apoyos, de centro derecha Macron y
conservadora Merkel, fue con los que contó Pedro Sánchez, que vio como los
socialdemócratas suecos, daneses y finlandeses se perfilaban como sus más
acerbos enemigos.
De hecho el pasado domingo por la
noche, en una cena oficial, tuvo que soportar una bronca que le organizó Sanna
Martín, la Primera Ministra finlandesa, socialista como Sánchez, que harta de escuchar
cómo se quejaba éste de la postura de los “frugales” sobre la distribución del
Fondo Europeo, se le enfrentó y le espetó “En esta mesa están sentados
distintos gobiernos que han movido sus posiciones para buscar un acuerdo. Hemos
pasado de 0 a 350.000 millones de euros (en ayudas a fondo perdido). ¿Y qué has
hecho tú? Nosotros nos hemos movido. Ahora es tu turno”.
Parece que a la
finlandesa, que desde luego no tiene pelos en la lengua, no le gustó nada el estilo de nuestro presidente, al que
además le echó en cara el que no hubiera negociado nada, supongo que las
intervenciones de los aliados del eje franco alemán que defendían la postura
española le parecían insuficientes.
Así que lo cierto es que si Pedro
Sánchez debe dar las gracias a alguien, por mucho que quiera ocultarlo, lo
tendrá que hacer a los conservadores del Partido Popular Europeo, manejados por
Merkel, que junto con Emmanuel Macron fueron los que defendieron el fuerte español a lo
largo de la negociación. Por mucho que pretenda ocultarse bajo
la falsa figura de un triunfador, capaz de trabajar hasta la extenuación, sabe que poco
a poco la verdad se abrirá paso y la
opinión pública conocerá el triste papel que ha representado en la Cumbre.
Todavía nadie del PSOE ha
comentado que Pedro Sánchez firmó un documento que priva al campo español,
nada más y nada menos que 5.000 millones de euros que ya no recibirán del PAC. Se
le debe haber olvidado comentarlo porque debe estar muy ocupado acusando a
Casado de su “inexistente” ayuda en la Cumbre, cuando sabe que el líder popular
habló con Ángela Merkel para que ésta se constituyera en la principal
defensora de la causa española.
De ahí los aplausos de ayer
en el Congreso de los Diputados, aunque poco le van a durar, porque
cualquiera que analice lo sucedido entiende que Pedro Sánchez ha aceptado que
sea Bruselas la que gobierne nuestra política económica. El narciso socialista
ha convertido a España en una nación tutelada de facto por la UE, por poco que le guste deberá
aceptar lo que decidan los tecnócratas del Consejo y de la Comisión en Bruselas
y lo ha hecho porque era eso o aceptar la quiebra del país, quiebra que por
cierto ha sido él quien la ha propiciado.
Pero mientras entraba en el Salón
de Plenos del Congreso, como si fuera uno de aquellos generales romanos que
entraban en triunfo en Roma y que llevaban un esclavo que les recordaba que
sólo eran un hombre - una escena a la que sólo le faltó Simancas murmurando el latinajo aquel de ¡Respice post te. Hominem te esse
memento! y Adriana Lastra, llevando una corona de laurel - mientras eso
sucedía y los socialistas aplaudían entusiasmados, en Europa manifestaban su
inquietud porque el brote de casos de coronavirus en España es el peor de toda
la Unión Europea y si eso no se remedia, de nada nos va a valer ni la Cumbre, ni el
Fondo, ni nada de nada porque todo el mundo sabe, incluido el narciso
socialista, que no aguantaríamos una segunda oleada.
Así que en el mismo momento en
que se le recibía como un héroe, comenzaba su particular viacrucis. En cuanto desaparezca
el humo mediático de las celebraciones, comenzará su andadura por esa Vía Dolorosa
que le espera, cargado con la cruz de la tutela de Bruselas y no creo que vaya a ser capaz de encontrar a un cirineo que le ayude. En el Congreso de los Diputados, empezó a verle las orejitas
al lobo, el gobierno social comunista perdía por vez primera una
votación en el Congreso, nada más y nada menos que las políticas sociales del
Gobierno para la Reconstrucción eran rechazadas y otra se salvaba, la propuesta que
contemplaba las medidas sobre Sanidad y Unión Europea, porque el PP decidió
apoyarle tras que el PSOE negociara hasta el último momento con los populares.
Tengo lectores que me acusan de
que cargo siempre las tintas, que lo veo todo negro, quizás sea porque la
situación se presenta realmente tan negra como una noche de luna nueva. Hoy El País,
la biblia socialdemócrata, se descolgaba con un artículo de fondo que ponía los
pelos de punta. Bastaba leer el título “Cómo ser feliz con menos” para temerse
lo peor, desde luego el texto no deja lugar a dudas.
El País nos advierte con claridad meridiana que pintan bastos, que la cosa va a ir muy mal. Decía el artículo que "Cuando uno necesita aprender a vivir con menos,
debe centrarse en lo inmaterial"; queda bien claro que desde la biblia
socialista nos están preparando a todos para la llegada de una debacle, de
todas maneras intentan ofrecernos consuelo, porque así como quién no quiere la cosa
añaden “Cualquier crisis también puede ser una oportunidad si cambiamos nuestra
manera de contemplarla”, no es que hayan estado demasiado ingeniosos, pero no
se les podrá acusar de ocultar la verdad. Se nos viene encima una crisis
descomunal y viene de la mano de Sánchez y su gobierno.
Hoy comenzaba el viacrucis de Pedro
Sánchez, parece ser que por desgracia, a nosotros también nos va a tocar sufrir el nuestro.
Creo que ya lo puse ayer en twitter. Celebrar con esos aplausos el "triunfo" en la UE es como irse a un furciclub y volver diciendo que ha ligado.
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