Hay que tener fe en la Justicia, los del “procés” vuelven a la cárcel
Parece que podemos tener fe en la
Justicia, lo digo porque hace unos días escribía sobre las excarcelaciones de
los presos independentistas y de la reacción de la Sala Segunda del Tribunal
Supremo, que fue la que los condenó, que advertía que la última palabra sobre
la pena la tenían ellos y no los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria y apercibían a las Juntas de Tratamiento Penitenciario para que bajo ningún concepto se consideraran una suerte de última instancia con capacidad para reinterpretar el
contenido de una sentencia firme.
Me pareció una noticia excelente,
que si digo la verdad, fue acogida por muchos de mis lectores con una dosis de
escepticismo que me sorprendió, porque al fin y al cabo lo que yo comentaba en mi
artículo, no eran las declaraciones de unos políticos sino el contenido de un
auto redactado por una Sala del Tribunal Supremo, pero aunque lo ignorara
resulta que entre los que me hacen el honor de su lectura existía un grupo muy
importante que son devotos de Tomás, aquél apóstol que negaba la resurrección de
Cristo y que afirmaba que hasta que no metiera sus dedos en las heridas de Jesús, no aceptaría su resurrección.
Me llegaron muchísimos
comentarios advirtiéndome que la noticia era un camelo y que de la Justicia no
había que fiarse, al final tuve la sensación de que muchos creían que yo era un
iluso, con mucha fe, pero poco conocimiento. Debo confesar que tantos comentarios en ese sentido me crearon una
sensación extraña, porque al final uno piensa, coño si tantos te están
diciendo que estás comulgando con ruedas de molino, igual es que tienen razón y
esto acabará en nada. Volví a leer la información que tenía sobre el asunto y no
vi motivo para pensar en que me hubiera engañado, pero créanme si les digo que tampoco es que estuviera demasiado convencido.
Pues bien, tengo la inmensa
satisfacción de anunciarles que el 28 de julio de 2020 he podido leer que el Juzgado de Vigilancia
Penitenciaria nº 5 de Cataluña ha suspendido el tercer grado a Oriol Junqueras,
Raül Romeva, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart y Joaquim Forn y eso en lenguaje
llano y castellano significa que esos individuos tienen que volver de inmediato
a la cárcel. La misma suerte correrán dentro de unos días Jordi Turull, Josep Rull y Dolors Bassa, cuando el fiscal presente
el recurso contra el tercer grado que les concedieron y quedará en libertad Carme Forcadell que fue la primera que accedió a un
estado de semilibertad a cuenta de la torticera aplicación del artículo 100.2
del Reglamento Penitenciario y ahora, por depender de otro magistrado, será la
última en coger el caminito que la llevara otra vez a la cárcel.
Estoy muy satisfecho porque a
pesar de estar a punto de pasarme al bando de los de Tomás el apóstol
incrédulo, he podido constatar que hoy por hoy podemos confiar en que la
Justicia no se deja avasallar por las tensiones políticas y actúa como debe.
Como ya se pueden imaginar los independentistas han puesto el grito en el
cielo, así que supongo que veremos más manifestaciones con antorchas, espero
que también con mascarillas, frente a las cárceles catalanas clamando contra la
justicia española, que como española también les alcanza, Por mucho
que les incomode son españoles con los mismos derechos y con las mismas
obligaciones que el resto de los ciudadanos de este país.
Oriol Junqueras, el orondo líder
de ERC se ha puesto como lo haría una pantera hidrófoba con un toque de victimismo
a lo Conde de Montecristo, ya se sabe que a los independentistas lo del victimismo les encanta. No sé si el de ERC es un cínico o ha llegado al extremo que
cree firmemente las milongas que ellos mismos inventan. Decía el barrigudo
Oriol cuanto conoció que la Fiscalía había presentado recurso contra la
concesión del tercer grado que “El tercer grado no es ni impunidad ni
libertad. Es un derecho penitenciario que tienen todos los presos, menos
nosotros. No son justos ni hacen justicia, aplican venganza”.
Vayamos por partes como
aconsejaba aquel británico tan famoso. Efectivamente todos los presos tienen
derecho al tercer grado, pero también es muy cierto que para acceder a esa
situación hay que cumplir con una serie de condiciones que los del “procés” no
satisfacen ni de lejos. La pena tiene un carácter punitivo, también es el
procedimiento por el que se resarce a la sociedad por el “mal causado” y conviene no olvidar que de acuerdo con nuestra legislación tiene la inexcusable finalidad de rehabilitar al penado y para
llevar a cabo esa tarea, fundamental en nuestro ordenamiento, resulta obligado
que sea sometido a un tratamiento penitenciario y para que eso pueda llevarse a cabo, hasta el más tonto se dará cuenta de que el
delincuente tendrá que estar en la cárcel y no en su casa, por eso los cambios
de grado se hacen considerando, entre otros aspectos, el nivel de cumplimiento
de la pena.
Y en el caso de los secesionistas
resulta que Junqueras, que para botón de muestra puede valer, ha sido condenado
creo que a trece años de prisión y no ha cumplido ni una cuarta parte de la
pena. Hay que ser un cínico infame para asegurar que el Estado busca la
venganza con ellos que, burlando los reglamentos en manos de funcionarios independentistas, han estado más tiempo en casa que en la cárcel y llevan desde el primer día
abusando de su condición, porque están convencidos que ellos están por encima de
la ley y esto no se puede aceptar. Lo que se me hace difícil de comprender como
es que el trato de favor recibido por esta pandilla no haya sido respondido por el resto de los presos, que digo yo se habrán sentido tratados injustamente.
Creo que la Fiscalía debería
actuar de oficio y abrir una investigación sobre las decisiones que han tomado
Juntas de Tratamiento, Juzgados de Vigilancia, Conselleria de Justicia y
Directores de establecimientos penitenciarios por si hubieran tomado decisiones
que pudieran estar incursas en el reproche penal, porque esta gentuza que sí
politiza a la justicia debe pagar por lo que ha hecho.
Una buena noticia que me da
confianza en la independencia de la Justicia, ya sé que habrá habido otros
casos que claman al cielo, pero por largo que sea el camino éste comienza con
un primer paso. Las decisiones sobre los presos del procés son buenas por dos
motivos, se hace cumplir la ley, esa ley ante la que todos debemos ser iguales
y le crea un problema del quince a Pedro Sánchez con ERC y el resto de
secesionistas, vamos a ver cómo le aplica la geometría variable a Oriol
Junqueras, no creo que le sirvan sus conocimientos sobre la geometría euclídea,
teniendo presente el barrigón de Junqueras lo suyo será que le aplique la esférica
y si se lo pone difícil el independentista, que lo hará, mejor que vaya dándole un buen
repaso a la trigonometría esférica, que igual le puede ayudar.
Ojalá la actuación de la Justicia
en lo de Junqueras y su gente, sea un anticipo de lo que vaya a suceder con los asuntos
que tiene pendientes Pablo Iglesias.
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