Pedro Sánchez descubre su secreto en Europa: La escucha activa
Los ministros enfervorizados aplauden a Sánchez por su actuación en Bruselas |
Pedro Sánchez a la vuelta de la
cumbre europea, en la que ha sudado tinta china y se le ha visto bastante
ignorado, con lo que eso supone para su particular idiosincrasia, ha decidido
que a pesar de lo que mucha gente ha visto, porque esto no es una cuestión de
fe - simplemente se trata de observar y aceptar la realidad - que si ha habido un
vencedor ha sido él, que con su intervención dio estabilidad a la Cumbre.
Nadie en este mundo salvo alguien
con un ego tan sobredimensionado como el de Sánchez, es capaz de decir eso y en
el mismo acto definir su actitud en la cumbre con una frase que, lo que son las
cosas, sí retrata su triste papel en la reunión. Afirma que se dedicó a la “escucha
activa”, así que de protagonista nada de nada, lo dice él, oyente distinguido y pare usted de contar. Supongo que esa actitud tan distinta a la que normalmente adopta, vendría impuesta por Merkel y Macron que se han visto en la difícil tarea de servirle
de parapeto, para evitar que los Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Austria y
Finlandia se lo comieran por los pies y para ello le exigieron que adoptara un perfil bajo.
Si algo ha quedado claro en la
Cumbre es que nadie o casi nadie se fía del gobierno de España. Si por algo se
ha definido el acuerdo adoptado es por la creación de una serie de
procedimientos de control que intentan que no se repita la experiencia griega,
cuando tras recibir los helenos la ayuda europea, se gastaron la pasta en
políticas populistas y en otras cositas y liaron la mundial. Europa aprendió de
aquella y como ahora España está peor que Grecia en su momento y
saben lo que vale la palabra de Sánchez, han instrumentado una serie de
mecanismos, de esos de los que no habla o lo hace de pasada la prensa afín a los social comunistas,
para controlar a nuestro gobierno y evitar que el dinero europeo termine vaya
uno a saber, como sucedió con el que se pulieron los zurdos griegos.
Hay que tener un papo descomunal
para que alguien que comenzó este asunto “exigiendo” la mutualización de la
ayuda europea, que debería ser en su totalidad a fondo perdido y que termina
viendo como lo que se ha mutualizado ha sido el control de las ayudas - porque
ya no es el Consejo o la Comisión de la UE, quién pueda frenarlas, es que ahora
cualquier estado miembro puede frenar el flujo del dinero y pedir aclaraciones
si entiende que algún socio no está cumpliendo con las condiciones acordadas - sostenga
muy serio que está de acuerdo con el acuerdo en un 95%.
Creo que el acuerdo de la UE se
parece mucho a una enmienda prácticamente a la totalidad del programa económico y
fiscal de este gobierno. Europa disiente totalmente con el contenido del pacto de gobierno entre PSOE y Podemos y les obliga, por ejemplo, a profundizar en la Reforma
Laboral de Rajoy, si eso no es una bofetada como una casa, que baje Dios y lo
vea. Así que Pablo Iglesias podrá cacarear – lo siento pero el papel de gallo
en el Consejo de Ministros ya está adjudicado – todo lo que quiera, pero se va a
comer con papas el pacto que firmó con Bildu y el PSOE.
Hoy leía un titular que me parece decía “Por patriotismo, Viva Holanda”, no comparto la idea, aunque sí
estaría dispuesto a firmar uno que dijera “Muchas gracias Holanda”,
aunque tenga bien claro que el Primer Ministro holandés, que no estaba inmerso en
la escucha activa como Sánchez, sino que defendía los intereses de los Países
Bajos y no pretendía hacer ningún favor a España, logró con la ayuda de los “frugales” que se controlara el uso del dinero europeo y eso nos va a ayudar muchísimo.
Pero además de agradecer las
ayudas tangenciales que se nos han hecho, no hay que distraerse y estar ojo avizor para que las
reformas del gobierno se produzcan en la Administración, empezando por recortar
el número de ministros y reduciendo el gasto corriente que no podemos soportar.
Atentos a la jugada, porque en cuanto nos despistemos, los social comunistas le
echarán la culpa a Europa y recortarán en las pensiones, los sueldos de los
funcionarios, Sanidad y Educación y para soportar el gasto nos subirán los
impuestos, que eso ya lo hemos vivido.
En este mundo todos sabemos que las
subidas de impuestos frenan la economía, reducen la demanda y consecuentemente
hacen subir las cifras del paro, lo saben todos los firmantes del acuerdo menos
Pedro Sánchez, que estaría pensando en sus cosas y a lo peor es que no se ha
enterado muy bien de lo que ha firmado, que eso de la escucha activa debió exigirle mucha concentración.
Es muy cierto que le han prometido que le darán
140.000 millones de euros, pero sólo 72.000 son a fondo perdido y aquella
condicionalidad con la que estaba totalmente en desacuerdo hace un mes, no ha
desaparecido, sino por el contrario ha crecido y se ha hecho mucho más rígida y
exigente aunque Sánchez presuma de que ha evitado el derecho a veto.
Puede cantar misa, se lo han
dejado bien claro, aquellos países que soliciten la ayuda, estarán obligados a establecer
unos planes que se ajusten al milímetro a las recomendaciones de reforma de la
Comisión Europea y deberán ser aprobados en Bruselas. Si no lo hacen o una
vez que estén aprobados, se permiten "las alegrías" que siempre nos hemos
permitido por aquí con el dinero procedente de Europa, perderán los fondos.
Y se van a tragar con papas a los
“hombres de negro” los tecnócratas que nos mandará la Comisión Europea para que
como “árbitros imparciales” supervisen las cuentas públicas y determinen si los
fondos europeos se están aplicando conforme a los planes acordados en la
Cumbre. Así que en cuanto se acaben los aplausos y los vítores a nuestro
excelso líder por el maravilloso papel que ha protagonizado en la Cumbre, que
si uno escucha a algún tertuliano de fuste, suerte han tenido en Bruselas en
que Sánchez tuviera tiempo de acercarse hasta allí para poner orden y
estabilidad, cuando ese entusiasmo desaparezca, lo van a pasar muy mal.
Van a sufrir mucho, tienen que
empezar por profundizar en la flexibilización del mercado de trabajo, construir unos Presupuestos Generales que respondan a la
ortodoxia económica tal y como la entiende la UE y andar con mucho cuidado con la disciplina fiscal.
¿Qué cómo puede estar satisfecho
al 95% con todo lo se le viene encima? Muy sencillo, por el mismo motivo por el
que hoy el Consejo de Ministros le aplaudía fervorosamente, porque son incapaces
de aceptar la realidad. Parafraseando una frase muy conocida, antes muerto que haber sido vencido.
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