A Pablo Iglesias lo han tranquilizado y se le ha soltado la lengua
Parece que a Pablo Iglesias se le ha pasado el ataque de
pánico que la situación jurídica de su partido y la suya en particular, lo tenía en ignorado pasajero, mudo y con muchísimas ganas de hacerse olvidar. El
caso Dina y las denuncias del ex abogado de Unidas Podemos lo habían colocado
en una situación muy incómoda y seguramente alguien le aconsejaría que
procurara volar por debajo del radar de la prensa y la opinión pública; pero
lleva unos días en que parece que se le ha pasado el susto, está muy animado y
con ganas de hablar y plantar cara a cualquiera que se le ponga por delante.
Llámenme mal pensado, pero la milagrosa locuacidad del
podemita, me hace pensar en que alguien
ha hablado con Dolores Delgado, la Fiscal General del Estado, y con esa charla ha
conseguido, que si alguna vez Delgado hubiera cumplido con su deber de
independencia – de lo que siempre he dudado – esta vez probablemente haya
olvidado lo que dice la ley que le obliga a promover la acción
de la Justicia “en defensa de la legalidad, de los derechos de los
ciudadanos y del interés público tutelado por la Ley, de oficio o a petición de
los interesados, así como velar por la independencia de los Tribunales y
procurar ante éstos la satisfacción del interés social”.
Supongo que la aleve (1)
influencia de Dolores Delgado tendrá algo que ver con la decisión de la
Fiscalía de Madrid, que acaba de solicitar que la investigación contra Podemos, que
se está llevando a cabo en el juzgado de instrucción nº 42 de la capital, se
limite al contrato suscrito por UP y la consultora Neurona.
Una noticia convenientemente jaleada por la prensa amiga,
que anunciaba la limitación solicitada por el fiscal como si de un triunfo se
tratara, aunque bien pudiera haberse titulado la noticia, como lo ha hecho algún
otro medio, menos proclive a dorarle la píldora a los social comunistas: “La
Fiscalía pide que se investigue a Podemos por sus contratos con Neurona”, que
me parece una noticia relevante y que debiera preocupar a los responsables del
partido podemita. Sin olvidar que queda pendiente conocer la opinión del instructor
sobre, entre otros asuntos, la supuesta licitación irregular de obras, o la adjudicación “a
dedo” de las obras de su sede en la calle Francisco Villaespesa de Madrid.
Pero ya digo, la noticia de la petición del fiscal coincide
en lo temporal, con la súbita aparición de Pablo Iglesias en los medios de
comunicación. Parece que ha vuelto de su retiro con mucho mono de micrófono y - sin que nadie le preguntara nada sobre el tema de la investigación judicial, hay que ver lo
delicados que son en la SER cuando quieren - hoy se ha soltado el pelo. Ha
empezado afirmando que el rey emérito ha huido de España, lo que no es cierto y
además ha redondeado el cuento afirmando que D. Juan Carlos estaba siendo
investigado por delitos gravísimos.
Quizás este yo muy despistado, pero no sé qué exista investigación
alguna contra Juan Carlos, en ningún tribunal, porque lo de ser investigado, no
lo decide ningún político, quién debe dar la consideración de investigado es un
juez. Ahora bien, lo que sí tengo claro es que en cuanto empezaron a torcerse sus
designios en el caso Dina, Podemos, orquestó de inmediato la campaña contra
Juan Carlos, para que le sirviera de cortina de humo que ocultara la sospechosa
conducta que observó Pablo Iglesias con la dichosa tarjeta de memoria del móvil
de una antigua asesora, a la que generosamente ha puesto a su disposición
una suerte de periódico digital.
En la SER ha procurado nadar y guardar la ropa. Por un lado
ha señalado que los Presupuestos se aprobarán con la mayoría que le dio la
investidura a Pedro Sánchez, ha señalado una vez más que no es posible conseguir
dar estabilidad a la legislatura, sin contar con el bloque que los apoyó en su
día. Para seguir guardando la ropa, afirmó que acuerdos tan importantes no se pueden
tomar con el apoyo de partidos que gobiernan con el apoyo de la ultraderecha,
refiriéndose a Ciudadanos, aunque supongo que para evitar que le acusen de propiciar
el veto a los naranjitos, haya concedido la posibilidad de algún acuerdo puntual.
Y digo lo de nadar y guardar la ropa, porque ha estado
continuamente dando una de cal y otra de arena. Ha comentado que tuvo una
bronca de las de alivio con Sánchez, que incluso este se disculpó por no haberle avisado de lo del rey
emérito, para inmediatamente advertir que esa actitud engrandece al presidente.
Por descontado no quiso hablar de la fusión de Caixa Bank y Bankia, ni del caso
Dina, ni del jaleo de las obras de la sede. Solo le interesaba quedar bien y
volver a poner de relieve esa supuesta huida de Juan Carlos.
¿Nada nuevo bajo el sol? Quizás hoy me he levantado
optimista y sea por eso por lo que pienso que aunque la actuación de la fiscalía
tranquilice a Iglesias, sería bueno recordar aquello de que tanto va el cántaro
a la fuente que al final se rompe. Para salir del presente problema, Iglesias,
necesita de la ayuda de Pedro Sánchez, lo que quiere decir que está
perdiendo gran capacidad de maniobra dentro del propio gobierno. Está
claro que le ha visto las orejitas al lobo, esta vez no le ha bastado ir
a la Sexta a explicarse, se ha tenido que ocultar y guardar silencio, de esta
igual se libra, pero vendrán más y él lo sabe.
Veremos si a la segunda se libra, espero que no.
Me van a perdonar pero me salió lo de “aleve” sin pensarlo,
quise cambiarlo porque un término que se utiliza muy poco. Al final decidí
dejarlo tal y como me había salido del teclado y por si a algún lector no le
suena el término, aquí dejo su significado. Ustedes sabrán perdonar.
(1 (1) Aleve: 1. adj. alevoso. U. t. c. s.
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