Cuándo tus hijos pasen hambre ¿seguirás apoyando a los social comunistas?
Que Pedro Sánchez está dispuesto a sacrificar lo que haga
falta por seguir sentado en su poltrona, no es noticia. Ni siquiera es una
opinión, es un hecho incontrovertible, que nadie que tenga dos dedos de frente,
puede negar. Lo ha demostrado sin el menor empacho, ha mentido a sus votantes,
a la oposición, a sus socios, a sus adversarios, a Europa y a todo el que se le
ha puesto a tiro. Queda muy poca gente en España que pueda afirmar con razón,
que Pedro Sánchez no le ha mentido jamás.
No me vale que diga que a usted no le ha engañado, porque
lo tenía muy visto y jamás le ha creído. Eso significa que Pedro Sánchez no ha
conseguido venderle la moto, pero mentirle, claro que le ha mentido. Nos
hablaba a todos, especialmente a sus afiliados y votantes, cuando juraba por
sus siete padres, que jamás pactaría con Bildu o con Podemos. Nos mentía,
cuando decía que éramos el país de Europa que más test hacía, nos ha mentido a
todos los españoles a lo largo de la primera fase de la pandemia y nos sigue
mintiendo ahora, que se nos viene encima la segunda oleada. Miente siempre, miente
por sistema, miente hasta cuando no le hace falta; mentir forma parte de su
manera de ser y de hacer.
Tenemos un gobierno que
no dio una a derechas en la gestión de la pandemia del Covid-19, con un
presidente que justificaba el desastre escudándose en la opinión de los
expertos. Sostenía el narciso socialista que, todas y cada una de las decisiones
de su gobierno, estaban basadas en la opinión de aquel comité de expertos, cuya
composición se mantenía en secreto. Luego, lo que son las cosas, miembros del
gobierno reconocieron que el comité de expertos solo había existido en la
imaginación de Pedro Sánchez.
Una consecuencia de la mala gestión de la epidemia ha sido
la crisis económica que va a acabar con la clase media de este país y ya para
que les cuento si hablamos del “estado del bienestar” y eso tampoco es una
opinión. En Europa, gobiernos, ministros, políticos, científicos, expertos
universitarios, nos dicen unánimes que somos el país que peor ha gestionado las
dos crisis: La sanitaria y la económica. Desgraciadamente eso es así, pero
si uno atiende a las redes sociales, topas con ciudadanos que, impasible el
ademán, defienden la gestión del gobierno, que desde Europa se nos dice que ha
sido desoladora y que aquí la zurda ha decidido que eso no es verdad y aplaude
la acción del gobierno social comunista.
Si en Europa muchos países han sufrido rebrotes y han
conseguido que el contagio y la mortalidad sea menor que en España, si nuestros
contagios se producen a un ritmo mucho mayor que en Francia o Alemania, por muy
de izquierdas que alguien sea, debería darse cuenta de que algo estamos haciendo
mal.
Pero no es así, andamos cerca de los 4.000.000 de parados y
a la pijo progresía y a los votantes de la izquierda les parece normal. Es más,
si los escuchas lo que sucede se debe a la aplicación de la reforma laboral de
Rajoy, que, lo que son las cosas, es la única reforma estructural digna de tal
nombre que se ha llevado a cabo en España. ¿Mejorable? Naturalmente, pero la zurda
en lugar de estudiar el asunto y mejorar el texto, se dedica a intentar derogarla,
pese a que Europa ha advertido claramente a Sánchez que aleje sus manos de esa
norma.
Claro que la crisis económica ha afectado a todos los
países, pero nada comparado con el desastre ocasionado por la tardía reacción
del gobierno de Sánchez ante la epidemia, que ante su incapacidad para separar
a los enfermos, de los sanos, decidió tratarnos a todos como enfermos y nos encerró
en casa. Hay gente que todavía cree que
el mana de los ERTES va a durar hasta la consumación de los siglos. Fuentes
oficiosas han asegurado que el gobierno los mantendrá hasta que llegue la
vacuna; como si la voluntad del gobierno bastara para mantener la medida. ¿Con
qué dinero van a pagar esos subsidios?, si en junio ya nos hemos gastado más de
21.300 millones de euros, que es el dinero que Europa nos va a mandar, cuando
lo haga, para ayudar a pagar los gastos del desempleo y los ERTES.
¿Es que no hay nadie en la izquierda social que sepa que
vivimos de prestado y que esto pinta muy mal? Que el 80% del dinero de los
Presupuestos Generales del Estado, estará gastado antes de que se aprueben,
porque hay pagar los subsidios de desempleo, las pensiones, los intereses de la
deuda y el sueldo de los funcionarios y esas partidas son intocables.
Parece que no, en la izquierda no están dispuestos a aceptar
nada que venga de la derecha. La mayoría de los votantes de esta izquierda
-, cerril, violenta y guerra civilista - son del sindicato de los que prefieren
quedarse tuertos, siempre y cuando la derecha se quede ciega.
Se equivocaron en febrero y se están volviendo a equivocar, contumaces
en el error, viven de la propaganda. Estamos a la cola de Europa, la pandemia
se gestionó mejor en Grecia y en Portugal, países con una sanidad pública muy
deficiente, pero que supieron reaccionar a tiempo. Aquí nos vendieron el rollo
de la mejor sanidad pública del mundo y más de 50.000 muertos desmienten esa
excelencia, sin que nadie en esa izquierda social sea capaz de plantearse alguna
duda.
Los recortes de Rajoy, los de Aznar o los del Cid Campeador, son los
culpables de lo que sucedió; el hecho que la sanidad griega hubiera sufrido
unos recortes atroces y algo menos la portuguesa, desmienten el argumento, pero
aquí están los zurdos, listos para cerrar los ojos y aceptar lo que desde el
gobierno les digan.
El paro, el desempleo, la enfermedad, el hambre no distingue
de ideologías, murió gente que votó a la derecha y a la izquierda. Pero ni
siquiera ese argumento ha servido para que gente que cree que es progresista,
reflexione y se dé cuenta que nuestro futuro, si sigue en manos de esta gente. va al
desastre.
Por eso me pregunto, ¿hará falta que nuestros hijos pasen
hambre, para que se den cuenta que esto es una hecatombe producida por los
radicales de izquierdas, que están dispuestos a sacrificar lo que haga falta -
entre otras cosas el bienestar y la salud de los españoles - con tal de
conseguir ese cambio de régimen que persiguen?
Nada les va a detener, necesitan una sociedad dependiente, atemorizada
y hambrienta, que no sea capaz de pensar con claridad y hacer frente a esa
pandilla de demagogos que nos están llevando a la ruina, mientras ellos viven
como rajás.
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