Henning Mankell, un maestro de la novela negra nórdica
Henning Mankell |
He pensado que igual
era buena idea publicar en el blog una nota sobre Mankell - que falleció en Gotemburgo en el año 2015 - y su obra, porque
entiendo que sería interesante recordar al autor y a su personaje, el inspector
Wallander, para aquellos de los lectores que lo conozcan y sobre todo para aquellos aficionados al género negro que no hayan tenido la oportunidad de conocer su obra.
Y aquí me tienen en ese empeño, veamos que les cuento de
Mankell en general y de “El cortafuegos” en particular. Los comienzos de
Henning Mankell, que nació en Estocolmo en el año 1948, estuvieron ligados al teatro, ámbito en el
que comenzó a trabajar a finales de los años sesenta destacando como dramaturgo
y director. Años después, en 1972, Mankell viajó a África, él mismo reconoce
que desde el momento en que llegó a tierras africanas se sintió como en casa.
Fue allí donde intensificó su trabajo como autor teatral y como director de
compañías especialmente en Mozambique, donde se convirtió en el director del
Teatro Avenida de Maputo, una labor que desarrolló durante muchos años. Autor de más de veinte novelas, Mankell dio vida al detective Kurt
Wallander y a sus especiales circunstancias en 1991, convirtiéndose con ese personaje en un
autor de culto con un gran éxito en ventas.
Esas novelas protagonizadas por el inspector Kurt Wallander lo
convirtieron en un escritor de fama mundial, traducidas a treinta y siete
idiomas, aclamadas por el público lector y adaptadas al cine y la televisión. Tusquets
Editores publicó la serie completa, compuesta por los nueve títulos siguientes:
Asesinos sin rostro, Los perros de Riga, La leona blanca, El hombre sonriente,
La falsa pista, La quinta mujer, Pisando los talones, Cortafuegos y La
pirámide. A ellas les siguen El retorno del profesor de baile, protagonizada
por el agente de policía Stefan Lindman, y Antes de que hiele, donde Linda
Wallander, hija de Kurt Wallander, se las verá con un fenómeno preocupante,
frecuente en nuestros días: el del fanatismo religioso llevado hasta sus
últimas consecuencias.
Mankell fue ganando más y más adeptos con cada uno de los
episodios de esta saga, una saga tan extraña como su protagonista y los
paisajes que lo rodean. Antes de Wallander era difícil imaginar que la
tranquila y moderna Suecia se pudiera convertir en escenario perfecto de
crímenes e historias de misterio. Pero así ha sido. Y la calmada ciudad de
Ystad ha quedado ya incluida para siempre en el mapa literario de los crímenes
resueltos.
Unas novelas atípicas para nosotros por los personajes, el
paisaje, el clima, sobre todo el clima, en fin por el entorno y los personajes
que al menos a mí siempre me resultaron exóticos, aunque emplear este adjetivo
hablando de escandinavos, más concretamente de suecos, me parezca algo raro;
pero en definitiva unas buenísimas novelas dentro del género de novela negra.
En “El cortafuegos” encontramos al inspector Kurt
Wallander, solitario como es costumbre, con ese peculiar problema que le causa
la incomunicación, o mejor dicho su problema de incomunicación con el resto de
las personas que lo rodean. Una especie de pudor que utiliza como coraza para
evitar que nadie entre en la verdadera intimidad de su vida.
Kurt Wallander se enfrenta a un misterio complicado, en el que se unen la muerte presuntamente natural de un individuo, con el asesinato de un taxista por dos chicas jóvenes, la muerte de una de ellas y una serie de misterios que poco a poco se nos irán desvelando a través de las páginas de esta novela. El policía se va a enfrentar a un misterio que tiene mucho que ver con la tecnología informática lo que añade dificultades a su investigación, ya que nuestro amigo Wallander es un absoluto neófito en lo que hace referencia al mundo de los ordenadores y de internet.
Paralelamente a los problemas profesionales y de salud, en esta novela acaban de diagnosticarle diabetes, nuestro
protagonista se debe enfrentar a sus problemas personales. Una sensación angustiosa de
soledad que no puede romper le hace atravesar una época en la que se plantea abandonar la policía. Las carencias afectivas lo hunden en un estado
pesimista al que no ayuda nada las dificultades de la investigación y a las que
se une la sospecha que le persigue y atormenta, la presunta traición
dentro del equipo policial que le ayuda en las investigaciones.
Una buena novela policiaca que recomiendo desde aquí. A los
que conocen a Henning Mankell y a Kurt Wallander no habrá que animarlos
demasiado, pero a los que no conozcan ninguna obra de este autor los animo a
leerla, porque la verdad es que como novela negra no les va a defraudar, es más, probablemente se animen a leer la serie completa.
Que conste no es un mal consejo. Aquí les dejo hasta el lunes si Dios quiere, cuídense.
Un abrazo.
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