Negra con jota...de Aragón
Sé que el título es algo enrevesado, no lo he calificado de abstruso, un palabro que se utiliza poco, por no terminar de liarla, así que voy a dejarlo en enrevesado y les explico el motivo que me ha llevado a
titular el presente escrito de esa manera tan rara.
Desde hace tiempo una idea me rondaba la cabeza, como saben
publico en este blog entradas que tienen que ver con el género negro y he
escrito sobre unos autores que me parecía valía la pena recomendar.
Todos ellos, hombres, mujeres, griegos, suecos, italianos, españoles… autores
reconocidos, maestros del género negro, pero, y llegamos a esa idea que zumbaba
en mi cerebro desde hace tiempo, además de esos autores que han conseguido el
éxito literario, el reconocimiento prácticamente unánime de los lectores, el decidido
apoyo de las empresas editoriales más importantes, que han disfrutado de unas promociones fantásticas y el aplauso de la crítica,
además de estos escritores, pilares de la novela negra, existen autores dedicados al
género, que estando en posesión de una técnica más que aceptable, de un ingenio
que les permite crear tramas originales y parir con dolor, personajes muy
ajustados, sea por la razón que sea, todavía no han llegado a esa privilegiada posición que otros disfrutan.
Y por eso hoy quiero - siquiera sea por compensar un poco la situación, a sabiendas que poca o ninguna influencia tiene lo que escribo - intentar equilibrar mínimamente la balanza y hablarles de uno de esos
autores, al que nacieron en Zaragoza y al que la empresa que edita sus novelas
-Mira Editores- resulta que es maña también y de ahí el puñetero título de esta entrada;
así que hoy hablaremos de novela negra pero con acento maño.
Les presento, aunque estoy seguro que alguno de los amigos
que me hacen el favor de su lectura lo conocen, a Ricardo Bosque, un escritor de
novela negra, enamorado del género ¡como todos nosotros! dirá alguno, pues sí
como todos, pero unos con más méritos que otros, porque Ricardo Bosque además
de escribir novela y relato corto, participar con éxito en algún premio
literario, colaborar en antologías, dedica su tiempo y esfuerzo a poner al
alcance de los internautas las novedades negro criminales que le parecen más
interesantes a través del blog La
Balacera o la revista digital Calibre.38.
Ya he dicho que nació en Zaragoza, fue en el año 1964, estudió en la capital maña y se licenció en Empresariales, comienza su devenir literario en el año 2000 publicando la novela “El último avión a Lisboa” (Editorial Combra). Un año después participa en el “Concurso de Relatos Cortos Juan Martín Sauras” con el cuento Aïcha con el que gana el segundo premio. Uno de sus relatos fue seleccionado para el libro “Relatos cortos para leer en tres minutos Luis del Val”y colaboró en el libro colectivo “Relatos para el número cien" (Mira Editores)”.
En el año 2007 publicó su segunda novela, “Manda flores a mi
entierro” (Mira Editores) y en 2009 le incluyeron en la antología
“La lista negra. Nuevos culpables del policial español” (Salto de Página) y
publicó “Suicidio a crédito” (Mira Editores) otra novela que protagoniza Tana
Marqués una florista muy peculiar, a la que ya conocíamos por “Manda flores a mi
entierro”. En 2011 publica en formato ebook: “Cuestión de galones” (Literaturas
com Libros) y en la actualidad sigue en la brecha.
Tuve noticia de su existencia en el año 2009 a cuenta de la
presentación de “Suicidio a crédito” en la añorada librería “Negra y Criminal” que
gestionaba Paco Camarasa (QEPD). Poseo un ejemplar de la novela que me dedicó el
autor que leí a principio de octubre de ese año. Me gustó, tanto, que me
interesé por su persona y producción, lo que me permitió conocer “Manda flores
a mi entierro” en la que también aparecía Tana Marqués como protagonista, la
dueña de una floristería que sirve de tapadera a la actividad con la que realmente se
gana la vida: Tana facilita el suicidio de aquellas personas que deseando
desaparecer de este mundo, no reúnen el valor necesario para hacerlo por sí
mismos.
Una idea original, a la que viste Ricardo Bosque
con un humor tan negro como el género que cultiva con precisión. El autor nos
presenta a una mujer que parece ser otra de tantas mujeres que administran un
negocio modesto, sea una tienda de ropa, una papelería o una pequeña tienda de
alimentación, que viven de su esfuerzo y forman parte de una familia de clase
media. Pero Tana, la protagonista de Bosque siente una pulsión por matar y la canaliza a
través de ese negocio que tiene perfectamente organizado y con el que gana un buen dinero.
Un buen personaje negro como el carbón, esta vez el protagonista no es un
policía, ni un detective privado, la heroína de Bosque está justamente
al otro lado de la acera y sus andanzas le sirven al autor para criticar a la sociedad
en la que inscribe a sus personajes y lo hace desde un humor sarcástico, duro, directo, desgarrado a veces, que le permite aligerar la negrura,
tanto del personaje como de la actividad que realiza, de tal manera que el lector
se siente inclinado a tener cierta empatía con el personaje y sus manejos.
Unos relatos que creo les van a gustar, van a descubrir a un
autor que emplea como armas literarias tal y como dijo en su momento un crítico
“pluma firme, personajes potentes y fondo atractivo que consiguen enganchar al
lector”. En mi opinión tienen un defecto, sus novelas me parecen demasiado
cortas, aunque esa característica, quizás sea un elemento positivo si
consideramos eso tan viejo de “Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Creo que aplicada a este asunto, la frase de Gracián acierta
plenamente, aunque insisto, me gustaría que fueran más largas. Pero sean del tamaño que sean, si sienten curiosidad por conocer las novelas de Ricardo Bosque, las pueden adquirir en Amazon.
Hasta aquí hemos llegado, el próximo miércoles. si Dios quiere, espero que nos volvamos a encontrar en este espacio. Entretanto cuídense mucho.
Un abrazo.
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