Don Winslow, el genio de la literatura narco
Del otro lado, los partidarios del subgénero afirmaban que
el lenguaje utilizado en los relatos que
era aparentemente coloquial, resultaba ser una herramienta literaria creativa,
eficaz y poética por mucho que proviniera del lenguaje que utiliza el pueblo
llano y a la acusación de que el narcotráfico acababa con cualquier originalidad
en las tramas, respondían que éste solo aparecía en algunas páginas y si lo hacía
era porque estaba inscrito en la realidad social mejicana, por lo tanto era un
contexto y no un tema monográfico.
No voy a tomar partido, cada vez que nace un subgénero aparecen los partidarios y los enemigos del fenómeno, pero me parece que la controversia solamente puede interesar a críticos, estudiosos y a algunos escritores. Al fin y al cabo habrá que recordar que lo que conocemos como novela negra, nació como un subgénero de la novela policial y ha sido capaz, tras crecer y evolucionar, de crear otros subgéneros y si a los aficionados al género les parece bien el nacimiento de la novela negra nórdica o la mediterránea, no veo problema alguno en que se acepte la eclosión de la literatura del narco con la misma naturalidad que aceptamos en su momento el nacimiento de otros subgéneros.
Pero vamos a lo que vamos, que me lío a escribir y me pierdo,
hoy quisiera hablar de un escritor norteamericano que se ha convirtió en todo
un referente de esa narco literatura, me refiero a Don Winslow, que también ha
escrito otro tipo de novelas, negras en su mayoría, pero que es el autor de una
trilogía que, en mi modestísima opinión, es una obra de culto que resulta
absolutamente fundamental dentro del subgénero de la narco literatura y eso es lo que quiero comentar.
Winslow tenía la intención de escribir una novela de acción
sobre el tráfico de drogas y la lucha que protagonizaba la DEA contra la acción
de los traficantes. A tal fin comenzó a documentarse y se encontró frente a una
hidra de más de mil cabezas, un monstruo sediento de riquezas, lujuria y sangre
que desafiaba los límites de la comprensión de la mayoría de los ciudadanos.
Tuvo que ampliar sus horizontes y dedicó cinco años de su vida a la
investigación sobre el fenómeno, unas averiguaciones que basó en el estudio de
los documentos de la administración USA, pero también llevó a cabo una
investigación de campo, estudiando las estructuras de los carteles, las rutas
que seguía la droga hasta llegar a los Estados Unidos y como él mismo explica, entrevistándose a los dos lados de
la frontera, con individuos que daban auténtico miedo.
Por resumir, aquella modesta novela que tenía in mente se
convirtió en un complejo rompecabezas, en un gran relato con tintes épicos que abarca treinta años de la guerra que lleva
a cabo los Estados Unidos contra el narcotráfico mejicano, una auténtica odisea
con cinco personajes principales y centenares de secundarios, un trabajo
ímprobo que parió una novela magnífica.
Como ya he dicho el argumento principal relata esa lucha contra los narcos en Méjico. Pero treinta años dan para mucho, por las páginas de “El Poder del Perro” desfila la CIA, el FBI, la DEA, el Vaticano, las FARC, Chiapas, la guerra contra el comunismo sudamericano, el tráfico de armas desde China, los chanchullos políticos, la prostitución de lujo... Y como no podía ser de otra manera mafiosos italoamericanos, pistoleros irlandeses, policías corruptos, los cárteles colombianos, y un largo etcétera de temas diversos y multitud de personajes.
Los diálogos y la descripción de las situaciones son
extraordinarios, la extrema violencia nunca resulta gratuita, y los personajes,
tanto los principales como los secundarios, no son simples esbozos sino que
cobran vida propia, van evolucionando, y cada uno de ellos consigue su momento
de gloria literaria en esta novela coral donde la venganza acaba imponiéndose
al deber y a la ambición. Winslow consiguió explicar de una manera muy precisa
como trabajaban las organizaciones mejicanas, la relación de los narcos con las
cúpulas policiales y políticas y las maniobras financieras que colocan al estado
mejicano de rodillas ante el inmenso poder financiero de los narcos, todo está
explicado y bien explicado en las setecientas páginas de "El Poder del Perro". Obtuvo un éxito muy importante, en España durante primer año tras su publicación se tuvieron que hacer diez ediciones de la novela.
Unos años después el autor publicaba “El cartel” una especie
de macrorretrato al natural de la que muchos y especialmente Winslow consideran
“la guerra más larga que ha entablado nunca Estados Unidos, la guerra contra
las drogas”. Una guerra en la que la violencia contra los carteles de las
droga contabiliza ya más de 100.000 víctimas. Winslow, que ha seguido muy de
cerca aquellas actividades, se hace eco de ello a través de sus dos personajes
principales, Art Keller y Adán Berrera, creados a partir del clásico
planteamiento, dos amigos cuyos caminos se separaron para acabar enfrentándose,
el primero como agente de la DEA y el segundo para trabajar para el cártel de Sinaloa de Joaquín 'El
Chapo' Guzmán.
Winslow cierra la trilogía, publicando “La Frontera”, en esta novela nos encontramos al protagonista de la trilogía, Art Keller, que sigue en la lucha, aunque ahora es el jefe de la DEA, empeñado en acabar con Adán Barrera su enemigo de siempre, que ahora es el líder del cartel de Sinaloa. Art Keller está en guerra no solo con los cárteles, sino con su propio gobierno. La larga lucha le ha enseñado más de lo que nunca habría imaginado y ahora aprenderá la última lección: No hay fronteras.
Son tres muy buenas novelas, si por casualidad no conocen “El
Poder del Perro” no lo duden léanla, van a disfrutar, es un novelón de los que
hacen época. Las otras dos son magníficos relatos, de hecho “El Cartel” ganó un Premio
Internacional RBA de Novela Negra, así que creo que merece la pena que se
embarquen en la lectura de la trilogía, quizás fuera bueno hacer un descanso entre uno y otro libro, pero léanlos y recuerden que como dice Winslow “El
periodismo te proporciona los datos, pero la ficción te cuenta la verdad”.
Hasta aquí hemos llegado, si Dios quiere volveremos a encontrarnos
por aquí el próximo lunes. Cuídense mucho. Un abrazo.
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