Jaume Fuster, un casi ignorado escritor negro criminal
Me refiero a Jaume Fuster, un escritor de novela negra que
comenzó a publicar a principio de los años setenta del pasado siglo y que tuvo
un papel muy importante en el género negro escrito en catalán, porque hay que
aclarar que Fuster escribió única y exclusivamente en catalán, lo que seguramente le privó de muchísimos lectores. A pesar de ello fue uno de los autores predecesores
del fenómeno que, a través de Manuel Vázquez Montalbán y otros, terminó por
conocerse como la novela negra mediterránea.
Es cierto que su ámbito de actuación se circunscribió a los
lectores que lo hacían en catalán, pero en ese nicho de lectores creo que llevó
a cabo una tarea fundamental. Fuster fue, junto a María Aurelia Capmany, Rafael
Tasis y Manuel de Pedrolo, uno de los autores que escogieron el género negro
para llevar a cabo una crítica política y social y lo hicieron en catalán con
la intención de “normalizar” la cultura catalana. La idea era que si los suecos,
los británicos, los norteamericanos…, podían escribir unas novelas que trataban
los crímenes y su resolución como una plataforma realista de crítica social y
política, había que hacer lo mismo, pero en catalán.
Conocí personalmente a Fuster, éramos de la misma quinta, no
me gustaría que nadie tomara el rábano por las hojas y encontrarme con
comentarios que tengan que ver con la política independentista que hoy nos toca
sufrir a los catalanes y al resto de los españoles. Al fin y al cabo
Fuster, independentista él, actuó de manera coherente con sus ideas y sacrificó
sus posibilidades en el mercado literario en castellano en aras de conseguir
promover la lectura en catalán.
Pero vamos a lo que vamos, Fuster que desgraciadamente murió
en 1998 de cáncer, fue un escritor que reivindicó como tantos otros el género
negro como herramienta para llevar a cabo la crítica y la denuncia que no se permitía
en sus tiempos en los medios de comunicación, trabajó también como guionista de
cine y televisión, colaborador en distintos periódicos y traductor.
Publicó su primera novela, Abans del foc (Antes del fuego)
en 1971 y en 1972 vio la luz la que le haría más popular: "De
mica en mica s'omple la pica" que se tradujo posteriormente al castellano como "El procedimiento". Esta novela, protagonizada por un buscavidas
llamado Enric Vidal, se convirtió en un éxito de ventas en catalán con más de
doscientos mil ejemplares vendidos, sin contar con los lectores que tuvo, cuando en 1985, se tradujo al castellano.
Además de este personaje, crea a Lluís Arquer - en un
clarísimo homenaje al detective Lew Archer, el personaje de Ross Macdonald - para
un encargo de la revista El Món en la que publicaría alrededor de cien relatos
en los que Fuster proponía unos problemas de investigación que debían resolver
los lectores de la revista. Diecisiete de esos relatos convenientemente
reescritos se recopilaron en “Las Llaves de cristal” que se publicó en 1984.
Lluís Arquer es un detective privado de los
años 80, su autor lo hace nacer al igual que él en la Barcelona de 1945. Comienza la carrera de Derecho que no finaliza y consigue trabajo en una
empresa de ventas a crédito, en la que se ocupa de investigar a los clientes; su
jefe es un antiguo policía del que
aprende el oficio; con posterioridad trabaja para un abogado criminalista,
labor que le da la oportunidad de conocer el mundo del hampa barcelonesa. Por
fin se establece como detective privado, es un hombre solitario y extrañamente sensible.
Su otro personaje estrella, es el protagonista de “El
procedimiento”, Enric Vidal un buscavidas que conoce un par de idiomas, tiene
la habilidad de desenvolverse en cualquier tipo de ambiente al que le pierde su amor por el dinero. Esa afición por el vil metal es la que le
lleva a aceptar un encargo que desde el principio parece un asunto dudoso. A lo
largo de la novela el hombre que le ha contratado aparece muerto y Vidal se
convierte en el principal sospechoso de esa muerte. Ello le obliga a huir,
mientras emprende una cruzada contra Jaume Romagosa un financiero relacionado
con los círculos de poder.
En “El procedimiento” nos encontraremos con un relato muy interesante, en
el que lo más importante no es la trama en sí, sino el buen oficio con el que
Fuster nos lo relata. La inteligencia del autor nos presenta un protagonista que no responde al estereotipo de otras novelas negras, no es detective privado, ni policía o ex policía, por el contrario es un
simple buscavidas que peca de ambicioso, este detalle en mi opinión enriquece
el relato. Jaume Fuster nos muestra en su novela una visión descarnada de la
sociedad capitalista, en la que la mano de obra es simplemente un recurso más en
las manos del empresario.
Creo que Jaume Fuster es un desconocido, un ilustre
desconocido por mejor decir, para muchos lectores y esta situación me parece injusta. Así que si sienten curiosidad pueden
ustedes adquirir “El procedimiento” en Amazón, estoy seguro de que les va a
gustar.
Y hasta aquí hemos llegado, si Dios quiere, volveremos a encontrarnos
aquí el próximo miércoles. Entretanto cuídense mucho.
Un abrazo.
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