Carlos Pérez Merinero, uno de los malditos del género negro español
La obra de Carlos Pérez Merinero, olvidada en su momento,
hoy podría servir perfectamente como el testigo de los problemas sociales que
sufría la sociedad española a lo largo del período de la Transición. De todas
maneras nuestro autor no se prodigó demasiado como narrador, tuvo una presencia
destacada en el cine y la televisión como, guionista y también como director.
Fue además poeta, crítico de cine y un hombre no muy dado al trato social,
quizás ese voluntario apartamiento tuviera algo que ver con el olvido que
sufrieron sus relatos.
Carlos Pérez Merinero nació en Écija en 1950, la profesión de su padre le llevó a vivir en varias localidades hasta que
recaló en Jerez, donde vivió diez años y cursó el bachillerato. En el año 1966
llega a Madrid, ciudad en la que residió hasta el año 2012 en el que falleció. De
1981 a 2011 publicó doce novelas, la mayoría de ellas del género negro.
Carlos Pérez escribió mucho, como ya les he comentado, pero
me voy a circunscribir a sus obras más negras. Contrariamente a lo que resulta
usual entre los autores del género, Pérez Merinero no tiene un protagonista fijo, a
no ser que consideremos, tal y como afirmaba Paco Camarasa, que “la amoralidad
pueda ser un personaje”. En sus relatos negros no pretendía justificar los
actos de sus personajes, antes bien describía y criticaba la hipocresía de una
sociedad que prefería ponerse de perfil mientras permitía que tantos de sus
miembros, muchos de ellos empujados por la necesidad, se corrompieran.
Como ya he dicho no tuvo un gran éxito de ventas, pero sí
puedo afirmar que obras como “Días de guardar” (1981), “Las reglas del juego”
(1982), “El ángel triste” (1983), “La mano armada” (1986), “El papel de víctima”
(1988) o “Llamando a las puertas del infierno” (1988) son auténticos clásicos
del género negro español.
Decía Óscar Urra, doctor en Filosofía, profesor y autor negro, en el prólogo de "Días de Guardar" que “Carlos Pérez Merinero es el más conocido de los escritores poco conocidos de novela negra, el escritor maldito al que sin embargo muchísimos han leído, es de los escasos autores que ha permanecido, pervivido e influido en su generación y en los que en las siguientes generaciones hemos querido aportar algo al género negro en nuestro idioma”. Creo que la opinión de Urra deja bien clara la importancia de Pérez Merinero.
La publicación de "Días de guardar", en la mítica colección “Novela negra” de la editorial Bruguera en 1981, supuso un auténtico revulsivo para el género policíaco español. Era la primera vez que un autor proponía a un personaje, Antonio Domínguez, que relataba en primera persona sus aventuras. Pérez Merinero lo hacía utilizando un lenguaje al que no estaban acostumbrados a leer los lectores españoles, nadie hasta ese momento había utilizado un lenguaje tan rotundo, tan cutre e incluso soez. Pero el rigor literario del autor, la originalidad del planteamiento - ya digo que era la primera vez que un delincuente contaba sus delitos y aventuras en primera persona - y la utilización de un humor negro, muy negro, convirtieron a esa primera novela negra en un libro de culto que ha permanecido vivo gracias al boca boca y a los préstamos de viejos ejemplares entre amigos.
Después de su muerte se han reeditado alguna de sus obras y
a partir del año 2013, el hermano del autor inicia, con la publicación del guion
cinematográfico de “El grito enterrado de los muertos”, la Colección Carlos
Pérez Merinero que publicará en ediciones no venales la ingente obra inédita
del autor.
Un autor prácticamente olvidado, pero con una fuerza impresionante; creo que les resultará interesante a los amigos que gustan de la novela negra dura. Si fían de mi opinión y no conocen al autor yo comenzaría a leerlo con “Días de guardar” su primera novela, quizás sea un relato muy áspero e incluso desgarrado pero creo que les va a interesar. No sé si encontrarán sus libros en las librerías, pero pueden adquirirlos en las plataformas de ventas on line que todos conocemos.
Anímense y ya me contarán como ha sido su experiencia.
Hasta aquí hemos llegado, si Dios quiere nos veremos aquí
el próximo viernes. Entretanto cuídense mucho.
Un abrazo.
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