William McIlvanney el padrino del "Tartan Noir"


Llevaba tiempo queriendo hablarles de un autor, William McIlvanney, un escritor que, entre otros méritos, cuenta con ser el que colocó a Escocia en el mapa literario del género negro. Fue - murió en Glasgow en 2105 - un gran escritor, cultivó distintos géneros, el periodismo, la poesía, la novela y la novela negra. Como tantos otros de los maestros del género procedía del periodismo, ideológicamente  era un hombre de izquierdas, aunque como muchos de sus ilustres colegas nutriera las filas de los desencantados y cultivó con éxito la poesía. Supongo que existirán otros paralelismos que lo asemejen a otros autores negros, pero creo que con los que he señalado me parece que quedan claras las concomitancias de tantos escritores que decidieron pasarse al género negro con la idea de utilizar una herramienta que les permitía ejercer la crítica social y moral con una libertad que aprovecharon muy bien para retratar los problemas éticos de las sociedades en las que les tocó vivir.

En ese sentido creo que resulta interesante conocer lo que opinaba Ian Rankin, otro “negro" de primera división sobre este fenómeno. Decía Rankin “Es más que dudoso que yo hubiera acabado escribiendo novelas policiacas sin la influencia del Laidlaw de McIlvanney, un autor literario que volvió su mirada hacia la novela criminal urbana y contemporánea, y demostró que el género servía para abordar dilemas moras y conflictos sociales”. Creo que esta es una afirmación que hemos escuchado a muchos autores que decidieron cultivar el género.

McIlvanney nació en Killmarnock el 23 de noviembre de 1936, hijo de un minero y el cuarto de sus hermanos, estudió y se graduó en Literatura en el año 1960, lo que le sirvió para ejercer como profesor en esa materia hasta el año 1975, fecha en la que abandonó la enseñanza para dedicarse por entero a la creación literaria. Por aquel entonces ya había publicado “Remedy is None” su primer libro que vio la luz en el año 1966, le siguieron entre otras “Docherty” (1975) y “The Big Man” (1985), ambas novelas tienen como protagonistas a hombres muy duros que se enfrentan a serios problemas, en la primera era un minero el que protagonizaba el relato y en la segunda el protagonista era un hombre que se ganaba la vida boxeando con los puños desnudos. En 1996 publica “The Kiln” protagonizada por el nieto del protagonista de Docherty.

Pero lo que trae a estas páginas a McIlvanney son las tres novelas que conformaron su serie de novela negra escocesa, lo que más tarde se ha conocido como el Tartan(1) Noir. En 1977 publicó la primera, “Laidlaw”, le siguieron “Los papeles de Tony Veitch” (1983) y “Extrañas lealtades” que vio la luz en el año 1991. Las tres novelas, excelentes novelas negras diría yo, tuvieron el mismo protagonista el inspector detective Jack Laidlaw de la Brigada de Homicidios de Glasgow, una ciudad que el autor escoge como escenario, seguramente porque sentía un gran afecto por ella - afirmaba que la adoraba - aunque señalaba que vista de cerca se percibía claramente la corrupción y la maldad que subyacía en ella.

El protagonista es un hombre complicado, hijo de una sociedad difícil, la escocesa, que sufre una serie de contradicciones sicológicas muy importantes. Profesionalmente va por libre, tiene un serio problema de comunicación con sus superiores e incluso con sus compañeros; afirma odiar a violencia pero es un hombre violento, es un hombre extremadamente reservado, brusco, que arrastra problemas matrimoniales y laborales. Sufre unas migrañas espantosas, lee a Kirkegaard y a Unamuno y es un hombre atenazado por la culpa, presa de los remordimientos y las dudas.  Su padre literario lo definía como “un hombre que, en el mundo que nos rodea, intenta mantener algo parecido a la moralidad en una situación y unas circunstancias muy difíciles”

De la mano de su autor nos va a enfrentar con la brutal discriminación que sufrían los católicos en la calvinista Glasgow de 1977, en la que, en los tiempos que nos describe, se tenía considerada a la homosexualidad como una enfermedad y la violencia y los maltratos en el seno de la familia y el matrimonio eran mucho más frecuentes de lo que podíamos suponer. Laidlaw es un policía demasiado reflexivo para el gusto de sus superiores que afirma “No sólo sospecho de la gente a la que doy caza. También sospecho de quienes me lo ordenan”.

Disfrutaremos de un protagonista atormentado y muy negro, que trabaja en una ciudad negra también, aunque a primera vista no se distinga su oscuridad. A mí me parecen obras muy interesantes, aunque he de señalar que el estilo literario de nuestro autor es mucho más denso de lo que cabría esperar de un hombre nacido a la creación literaria desde el oficio del periodismo, quizás a algunos lectores les parezca que en la narración ocurren pocas cosas, que el ritmo es demasiado lento o el lenguaje algo complicado, pero lo que no se puede discutir es que son textos literarios de una categoría muy importante.

Puedo estar equivocado pero tengo la impresión de que en España no es demasiado conocido, yo recomiendo su lectura, los lectores se van a encontrar con unos relatos con un estilo menos lineal del que se acostumbra a utilizar en el género negro y una lectura algo más trabajosa de lo habitual. Pero un paseo por ese Glasgow que nos regala William McIlvanney de la mano del inspector Jack Laidlaw, acompañados por su compañero de fatigas, el joven agente Brian Harkness, creo que les puede resultar interesante.

En España se ha publicado pocas veces, pero en Amazon y Salamandra Editorial encontrarán sus tres novelas. Nos queda todavía una novela póstuma que está acabando Ian Rankin, que se titula, al menos por ahora “The Dark Remains” y que se va a publicar en el mes de septiembre del presente año, que espero con curiosidad e impaciencia.

Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere, nos encontremos aquí el próximo viernes. Cuídense mucho.

Un abrazo.


Tartán1

Del fr. tartan, y este del ingl. tartan.

1. m. Tela de lana con cuadros o listas cruzadas de diferentes colores, característica de Escocia.

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