A mí hay "zurdos" que me pueden (Segunda parte)
Esta tarde presento en la plaza de las 90 Viviendas en
Puerto del Rosario mi libro. Algunos se han mostrado extrañados por la elección
del lugar. Probablemente les esclarezca el motivo de mi decisión el texto que
publiqué en este blog el día 20 de mayo de 2011. Creo que les aclarará muchas cosas, principalmente el vínculo de cariño y admiración que me une a los vecinos de las 90.
Esto de escribir todos los días, en primer lugar supone una
presunción lo reconozco, hay que tener la autoestima bastante alta, como para
pensar que todos los días tiene uno algo que decir y además tener la fe de que
se puede hacer con cierto nivel.
Claro que me empeño en hacerlo, porque me sirve de cura
espiritual, y si no tanto, si al menos de desahogo y como al fin y la postre,
los amigos que me hacen el honor de leer lo que escribo, tampoco se ven
obligados a hacerlo, pues ahí o aquí que me lanzo y me dedico impunemente a dar
la tabarra a través de “Al sol de Fuerteventura”
Hoy debería hablar del movimiento que se está produciendo en
Madrid, pero lo de los blogs tiene una ventaja, esto no es un periódico, nadie
me manda, ni siquiera la actualidad y escribo sobre lo que mejor o peor - en
muchas ocasiones - me parece. Puede suceder que un buen día me ponga a escribir
a los pocos segundos de enterarme de alguna noticia o suceso y otras veces,
prefiero esperar un tiempo y eso es lo que me pasa con el tema de hoy.
Llevaba dos o tres días indignado, rumiando sobre un suceso
que tuvo la virtud de encenderme. Una injusticia repugnante que ha sufrido una
Asociación de Vecinos por la que siento un cariño muy especial. Hace muchos
años, estoy hablando probablemente del año 1976, tuve la oportunidad de tratar
con sus vecinos en un momento muy difícil y tengo que decir que aquellas gentes
sencillas, amables, dignas, corteses se convirtieron, en mi corazón, en el
paradigma de las numerosísimas virtudes que adornan al pueblo majorero.
Estoy hablando de las Asociación de Vecinos de las 90, de
las 90 viviendas dicen los que aman la exactitud. Una asociación que tiene un
mérito extraordinario, una asociación que alguno ha calificado de modesta,
error, es una asociación magnífica, pobre, pero magnífica que son dos cosas
distintas.
Siempre me ha dado la impresión de que, desde el omnímodo
poder nacionalista, desde CC para dejar las cosas más que claras, cristalinas;
digo que desde el poder de CC siempre se le ha intentado machacar a esta
asociación, en castigo de una virtud sobresaliente que les caracteriza: su
independencia. Vivimos en un mundo tristísimo, en el que los que se mantienen
atados al poder, al precio que sea, contemplan a los independientes como gente
peligrosa y por tanto aspirantes obligados a sufrir en sus carnes el ninguneo y
la mordaza… presupuestaria sobre todo.
Una asociación que sin un duro ha montado cursos de
formación, de baile, tertulias culturales y un montón de actividades, que son
seguidas por sus vecinos y por muchas personas, que no viven allí, pero que
participan activamente. Hace poco tiempo, las 90 salían a los medios con un
despliegue extraordinario, el poder político había decidido por fin, que
resultaba imperativo llevar a cabo unos trabajos en las viviendas que se caen
de viejas, y había que salir en la foto.
Allí fue Troya, un día tras otro los periódicos, las radios
y las televisiones más próximas al pesebre nacionalista, publicaban con todo
lujo de detalles “las visitas de los políticos a las 90 Viviendas”, eso era lo
importante, la presencia de los detentadores del poder, lo de menos las
viviendas, sus inquilinos y muchísimo menos su activa e incómoda asociación.
Ahora a cuenta de las elecciones tuvieron la magnífica
ocurrencia de organizar unos debates, primero les tocó a los candidatos a la
alcaldía de Puerto Rosario y después fueron invitados los candidatos a nuestro
Cabildo. Ambos debates - desarrollados de acuerdo con el formato de 59” –
tuvieron un éxito importante y el desarrollo resultó interesante para unos y
apasionante para otros.
Todo el mundo estuvo de acuerdo, aunque hubo ausencias que
se hicieron notar, los medios más próximos al poder nacionalista brillaron por
su ausencia. El primero la TV Canaria, la que pagamos entre todos y que hizo fu
como los gatos a pesar de que se había comprometido a asistir al evento. Los
políticos cumplieron, unos con mejor voluntad que otros, pero estuvieron allí,
debatieron con mayor o menor fortuna y el resultado satisfizo a la mayoría.
Me ha molestado la injusticia, en primer lugar por los
vecinos que pueden estar muy orgullosos de su asociación, y en segundo lugar
porque alrededor de estas actividades existe un equipo humano de una categoría
excepcional. Ciertamente la asociación tiende a utilizar más la mano izquierda
que la derecha, y esos magníficos colaboradores voluntarios son más bien
“zurdos”, pero son de esa izquierda que “hace”, no de la que pontifica, teoriza
o asusta a los niños y a mí la gente que hace me puede.
Un grupo entre los que están amigos míos, de esa izquierda
que hace una labor impresionante, que ya nos irían bien unos cuantos políticos
que hicieran solamente la mitad de la labor de esos voluntarios. Quiero desde
aquí felicitar a los vecinos, a los miembros de la asociación y a Francisco,
Nuria, Anna, Benito, José Luis y alguno más que olvido, seguro y lo lamento,
pero prefiero nombrar a los que recuerdo y olvidar a algunos, que sé lo
comprenderán. Si señor son “zurdos” hasta decir basta, pero trabajan por la gente
y en esa labor ejemplar y que debiera ser ejemplarizante, no distinguen de
colores. Otros no pueden decir lo mismo.
Ojalá hubiera mucha gente como la que hoy he traído a
colación. Gente buena, entregada a los demás, ¿qué son de izquierdas? bueno yo
no he dicho que sean perfectos (es broma). Pero desde aquí exijo que se haga
justicia con la asociación y naturalmente con los vecinos y las viviendas tan
traídas y llevadas, no creo que merezcan el “olvido” presupuestario por
defender su independencia, que independiente hasta decir basta ha sido siempre
el movimiento asociacionista en Fuerteventura, hasta que los nacionalistas
“anestesiaron” a muchas asociaciones, a través del dinero público de las
subvenciones.
De corazón mi felicitación más sincera y desde aquí mi deseo
de que la suerte os acompañe y el poder político no logre cambiaros. Nuestra
sociedad no puede permitírselo.
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