Hoy liquidamos el mes de agosto
Buenos días, aquí me tienen otra vez de vuelta, si tenían la
esperanza de haberme perdido de vista definitivamente, olvídense de ello. Puntual como las malas noticias o los vencimientos, vuelvo a la carga. Tenía
previsto comenzar a publicar el día 1 de septiembre, que cae en miércoles, pero a
lo largo del mes de agosto he tenido tiempo para reflexionar y he decidido cambiar
mi calendario de publicación, así que en lugar de los lunes, miércoles y
viernes, les va a tocar soportarme los martes, jueves y sábados, espero que con la misma paciencia de antes.
Pensando de qué podría hablar, decidí que lo suyo era
dedicar la entrada al día 31 de agosto y la importancia que tiene la fecha
para muchos de nosotros, por no decir a todos. Habrá gente que debe llevar toda la
semana intentando olvidar que en cuanto este día termine deben incorporarse a
sus labores, parecía que estaba lejos pero esto ya no tiene remedio, ya no hay
excusas ni aplazamientos, nos guste o nos disguste, hemos liquidado el mes de
agosto.
Más de la mitad de los habitantes de esta nación cierran
cartera y finiquitan sus vacaciones. Entre ellos los jueces que vuelven al
trabajo y si tenemos suerte los del Gobierno, que no se sabe bien cómo ha cogido
vacaciones el Consejo de Ministros al completo con su presidente a la cabeza,
teniendo presente que hay ministros que llevaban cuatro días en el cargo cuando
decidieron que necesitaban urgentemente un tiempo vacacional y se fueron sin siquiera despedirse.
Habrá quien piense que hacen menos daño cuando están lejos de su lugar de trabajo, pero francamente, si todos nosotros los españolitos que pagamos los impuestos de los que salen los sueldazos de esta gente, si no llevamos un año completo trabajado no tenemos derecho a los treinta días de vacaciones, no puedo entender como esta pandilla de progres que dicen estar muy ocupados resolviendo nuestros problemas tengan privilegios por encima del resto de los españoles.
Comienza un nuevo curso y volverán los escolares, los estudiantes y los que todavía
tengan trabajo a sus ocupaciones; para entendernos como lo de las golondrinas
de Bécquer pero en otro tiempo y contexto. Irremediablemente volverán los políticos
a hacer lo que sea que hacen mientras los demás trabajan. Volverán los
madrugones, los desayunos de los niños a paso ligero, los viajes en transporte
público a primera hora de la mañana, lo que sin duda supone una prueba muy dura
y mientras viajamos apretujados, que por lo visto en el transporte público lo de
la distancia social no es necesaria, podremos leer muchos artículos y noticias
sobre la depresión postvacacional, asunto que les va a solucionar el tema a
tantos medios de comunicación, que estarán huérfanos de noticias que “puedan”
publicar.
Lo que sin duda extraña, porque noticias y problemas no resueltos sobre los que hablar, opinar y criticar los hay a montones, que la cosa está fatal y lo del precio de la electricidad sigue igual, perdón igual no, peor, subiendo y sin que nadie sea capaz de explicarnos qué es lo que va a hacer el gobierno para que la paguemos a un precio que nos permita vivir, más allá de recomendarnos que dediquemos la madrugada a realizar las tareas domésticas.
Lo de la emigración
(migración para los modernos y los que se dejan influenciar fácilmente) sigue
igual, tendiendo a peor, aunque ahora nos distraerán con el problema afgano y
así seguirá nuestra vida, entretenidos en debates estériles, mientras que los
responsables de nuestro bienestar se preocuparán exclusivamente del suyo y del de
sus amigos, correligionarios y familiares.
Esperemos que el mes de septiembre cuya puerta se abre a las
24,00 horas del día de hoy nos sea propicio. Claro que por poner uno de los muchos peros
que se me ocurren, mañana comienza el repecho, cuesta la subimos todo el año, del
mes de septiembre. Como todos los años habrá que ver cómo hacemos frente a los
gastos extras del verano, en el que, sálvese el que pueda, todos hemos sido un
poco más cigarras que hormigas; a esos habrá que sumar los derivados de la
vuelta al cole y los que van a surgir irremediables, pero que como todos los
años nos van a coger por sorpresa. Como cada año por estas fechas algunos padres
comprobarán sorprendidos que los zapatos del año pasado no le van bien al
niño.... etc. etc.
A pesar de todo ello, o precisamente por todo ello les deseo
un martes muy feliz que nos sirva a todos para serenar nuestro espíritu y que
nos prepare para lo que viene. Qué Dios reparta suerte y sobre todo fuerza y
prudencia, espero que nos encontremos por aquí el próximo jueves. Cuidaros mucho.
Un abrazo
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