La Catedral del mar, una novela histórica de Ildefonso Falcones
En esta ocasión he tenido serias dudas sobre qué libro
escoger para comentarlo hoy para todos ustedes; pensé en primer lugar comentar una
novela de Lorenzo Silva, “La reina sin espejo”. Lo mismo me sucedió con “El
perfume” de Patrick Süskind y por fin esta misma mañana a las 06,45 horas me
decidí por “La catedral del mar”, de Ildefonso Falcones, que tuvo en su momento
un éxito extraordinario. Un relato con un tema que me llamó la atención y creo
que cumple, aunque rozando el larguero, con las premisas que me autoimpuse en
su momento relativas a los libros que trataría en esta serie.
Ildefonso Falcones es un abogado barcelonés que en su día ha
acertó de pleno en la diana en su primera incursión literaria, de tal manera que la
primera edición de “La catedral del mar” fue de ochenta mil ejemplares, lo que
ya demostraba la fe que tenía en el relato la empresa editora. Falcones agotó en
muy poco tiempo la primera edición y tras ello vendió en unos meses tres
reediciones de veinte mil ejemplares cada una, lo que pone de relieve el grandioso
éxito de ventas de este autor que con su primera novela supo interesar a un
número muy importante de lectores.
Ildefonso Falcones nos sitúa en la Cataluña del siglo XIV y
más concretamente en Barcelona. La ciudad se encuentra en su momento de mayor
prosperidad; ha crecido hacia la Ribera, el humilde barrio de los pescadores. Un
barrio en el que poco a poco se van a ir instalando, mercaderes, artesanos,
nobles que convivirán con los pescadores y marineros, un núcleo que está creciendo,
aglutinando a la gente relacionada con el mundo del comercio marítimo.
Pues bien, en ese barrio cuyos límites los fija la propia
playa, muy cerca de ésta, se alzaba una vieja iglesia románica que pronto quedó
pequeña y, por encima de todo, excesivamente humilde para los nuevos habitantes
del barrio. Pero el Rey y la Iglesia no estaban por dotar al nuevo barrio de un
templo representativo. En aquella época, primer cuarto del siglo XIV, el rey
dedicaba sus esfuerzos a la construcción de las atarazanas (almacenes o
talleres) reales, de la lonja o de las nuevas murallas entre muchas otras obras
civiles, y la Iglesia acababa de iniciar la construcción de la catedral de la ciudad,
obra en la que volcaba todos sus recursos.
Así las cosas, las gentes de la Ribera decidieron construir
ellos mismos su templo, en una nunca declarada competición con la seo
diocesana. Y lo hicieron: unos, los ricos, con sus aportaciones dinerarias; otros,
los menesterosos, con su trabajo personal. En este ambiente vamos a conocer las
vicisitudes de la vida de Arnau Estanyol, hijo de Bernat un campesino, siervo
de un pequeño noble catalán, que tras sufrir las sevicias y la persecución del
noble, decide huir a Barcelona con su hijo recién nacido, para conseguir el
estatuto de ciudadano libre.
Asistiremos al crecimiento personal de Arnau Estanyol que
vivirá una serie de experiencias y aventuras que le permitirán ir escalando
peldaños en aquella sociedad terriblemente cerrada y clasista de la Cataluña
medieval, y asistiremos también al crecimiento de esa iglesia, de esa catedral
que acompañará ya por siempre al protagonista.
Falcones pone a nuestro alcance el conocimiento de la
intrahistoria de aquella sociedad y lo hace gracias a más de tres años de una minuciosa documentación, que se nota en el texto
y por otra parte creo que conviene señalar que las cuestiones legales
medievales están perfectamente descritas, se nota en el texto la profesión del
autor. La vida del protagonista va a permitir al autor relatarnos algunos
episodios históricos tan interesantes como bien documentados: La epidemia de
peste que asoló la ciudad, las guerras sucesivas, la abolición de los derechos
primitivos o las crisis comerciales.
El autor nos presenta un ascenso social difícil de realizar
en aquella sociedad. De hecho el autor manifiesta que: “Arnau Estanyol sería
un ejemplo de ascenso social raro en esa época, aunque aceptable por las
convecciones de la ficción". Un ascenso social que va a pagar muy caro
el protagonista, la envidia de sus iguales llevará a algunos de ellos a
organizar una conjura con la idea de terminar con él, y no encuentran mejor
manera de proceder a su destrucción que denunciarlo a la Inquisición.
Y de la mano de las experiencias vitales de Arnau veremos
como este va creciendo en la ciudad, huérfano de madre y en la búsqueda de esa
madre encuentra como elemento sustitutorio a la Virgen del Mar, una virgen que
se encuentra en esa pequeña capilla que va a transformarse en muy poco tiempo en
esa suntuosa Catedral el Mar. Un templo que es un ejemplo excepcional del gótico
catalán, construida por los pescadores de Barcelona fuera de los canales
oficiales, la Monarquía o la Iglesia. La construcción de la catedral de
Santa María del Mar es, en palabras de Falcones un decorado sobre el cual sitúa
los principales acontecimientos de la historia de Cataluña y Barcelona a lo
largo del siglo XIV.
Conoceremos a una sociedad que será capaz de construir sin que
nadie le apoye una catedral en cincuenta y cuatro años, como ya he dicho los
ricos, con sus aportaciones dinerarias; otros, los menesterosos, con su trabajo
personal. Entre estos últimos destacaron los "bastaixos", hombres libres,
pertenecientes a una cofradía humilde que tenía que destinar sus pocos recursos
a la asistencia de sus viudas o ancianos. Pero el compromiso era de todo el
barrio y los bastaixos asumieron como tarea propia el acarreo gratuito de toda
la piedra necesaria para la fábrica, desde la distante cantera real de Montjuïc
hasta Santa María. Lo hicieron cargando sobre sus espaldas las impresionantes
rocas que después serían trabajadas a pie de obra.
Uno de esos bastaixos será Arnau que contribuirá a la
construcción de la catedral con su esfuerzo mientras convive con otro
adolescente al que debe cuidar. Ya como ciudadano de Barcelona acudirá a
defender los derechos de los ciudadanos libres de la ciudad o los de su rey.
Porque aquellos humildes trabajadores estaban siempre dispuestos a acudir junto
a nobles, mercaderes y artesanos, a defender los derechos de su ciudad cuando
al repique de todas las campanas de las iglesias de la ciudad era convocado el “Sometent”
que reunía a todos los barceloneses que bajo el pendón de Sant Jordi defendían
con las armas sus derechos o a aquel de sus paisanos que hubiera sido
maltratado en cualquier lugar de Cataluña.
Una narración muy interesante y emocionante. Conoceremos a
través de las experiencias de Arnau, hijo de un siervo de la gleba fugitivo,
hijo de una campesina devenida en prostituta, digo que asistiremos a su
crecimiento personal y social, hasta llegar a desposar a una mujer noble. Sufriremos
con él la orfandad en la que crece, la muerte de su padre, las aventuras en las
guerras en las que toma parte, y el descubrimiento del amor y de la sexualidad; el dolor de la pasión y muchas cosas más. Una novela bien escrita, un
relato que les va a atrapar, estoy convencido que les
va a encantar.
Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere nos veamos por aquí el próximo sábado. Cuídense mucho.
Un abrazo.
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