El Don apacible de Mijaíl Shólojov, la épica historia de los cosacos
Hoy, iba a decir que tras pensarlo un largo rato, pero lo
cierto es que en cuanto vi el texto del programa en el que hace muchos años traté de “El Don
apacible” de Mijaíl Shólojov decidí de inmediato escribir un comentario sobre
esa novela. Aunque la obra merece todos los comentarios del mundo presenta algún problemilla. En primer lugar son muchas páginas, calculen más de dos mil páginas, eso que conste; por otra parte van a
tener problemas para encontrarla porque está descatalogada, pero a pesar de los
pesares es un relato que merece la pena leer aunque para conseguirlo tengan que
acudir a las librerías de viejo o pedirla prestada a algún amigo o pariente talludito
que pueda tenerla en su biblioteca.
Leí “El Don apacible” en una edición de cuatro tomos de Editorial Reno a mediados de los sesenta y me descubrió un universo insospechado, el mundo
de los cosacos de las estepas del Don, un mundo basado en el amor a la libertad
y a la tradición, que fue incapaz de resistir al embate de la historia. Me
apasionó entonces y lo ha hecho las dos veces que he vuelto a leer el relato de
Shólojov.
Mijaíl Shólojov, ganador del premio Stalin y el Premio Nóbel
de literatura, fue un escritor que puso su alma en el relato de la tragedia que
sufrieron los cosacos a partir de la primera guerra mundial, la revolución
rusa y la guerra civil que asoló Rusia y que finalizó con la victoria de los
bolcheviques. Nacido el año 1905 en la tierra cosaca que tan magistralmente
retrataría en sus obras, dejó muy pronto sus estudios para unirse al ejército rojo
cuando la guerra civil alcanzó la región del Don. Después del triunfo
bolchevique, se estableció en Moscú, donde desempeñó oficios manuales y comenzó
su carrera como escritor. Ingresó en el partido comunista en 1932 y en 1937 fue
elegido para el parlamento soviético. La publicación de "El Don apacible”,
que consiguió el premio Stalin en 1941, le llevó a convertirse en el escritor
más influyente de la Unión Soviética.
Recibió el premio Nóbel de literatura en 1965. En 1980 se
había impreso sesenta y nueve millones de copias de sus obras en ochenta y
cuatro idiomas de la Unión Soviética. En sus discursos y escritos periodísticos
siempre respaldó las políticas oficiales. Fue un escritor que sirvió al llamado
realismo soviético, pero también es el primer cosaco que entraba en la
literatura rusa y lo hizo por la puerta grande. Sorprende la madurez que muestra en el primer libro, de los cuatro que componían “El Don apacible”, publicado allá por el año 1929; con apenas veinticuatro años fue capaz de
escribir la epopeya del pueblo cosaco.
Shólojov plantea una novela de estilo sencillo y sin muchas
complicaciones psicológicas, escoge el tono de la epopeya. En ella nos va a
relatar la historia del pueblo cosaco, que, dividido ante la revolución, pierde
su alma y su entidad al compás de los desastres de la guerra y de los cambios políticos. Estaremos
ante héroes, hombres y mujeres que unen sus vidas a los destinos de su pueblo, que caminan
y viven casi en línea recta hacia la muerte o hacia el triunfo, que mueren o
que conquistan la soledad. Esos héroes tienen un
denominador común, son cosacos y cuentan con la atención del autor
independientemente de sus respectivas ideologías.
El pueblo cosaco es un pueblo antiguo, ya a finales de la
Edad Media, poblaciones cosacas quedaron bajo el fuego cruzado de Polonia,
Lituania y Rusia, las tres grandes potencias de la zona. Los rusos de Moscovia
y los cosacos vivían en perpetua tensión, asaltos cosacos seguidos de
expediciones rusas de castigo eran el pan de cada día.
Sin embargo hacia el año 1570, bajo la égida de Iván IV (Iván el Terrible), se
llegó a un acuerdo que permitió establecer un estatuto especial que creó el Voisko Cosaco
del río Don. El estatuto garantizaba la administración autónoma
de las comunidades cosacas, libraba de impuestos a sus actividades comerciales y concedía tierras y títulos de nobleza a los líderes cosacos. Todo ello
a cambio de que estos prestaran un servicio militar permanente, velando
por la defensa y seguridad interna y externa, constituyendo el resguardo de las fronteras de
Rusia de las invasiones enemigas. Ese fue uno de los tratos con el gobierno de
Rusia en lo que se refiere a la obligación cosaca ante el Estado a cambio de
los privilegios otorgados a su comunidad.
Esta es la historia que nos cuenta Mijaíl Shólojov en su “Don
apacible”, la historia del pueblo cosaco del Don, a través de las vicisitudes
de los Melejov, una familia cosaca que vive en el jútor de Tatarsk y que como tantas
otras van a ver como su estilo de vida, organización social y tradiciones van a desaparecer
destruidos por las consecuencias de la I Guerra Mundial y la revolución rusa.
El comienzo de la obra nos describe la vida en la aldea y
los amores desgraciados de Gregori Melejov, el protagonista de la novela, con
Axinia, la mujer de su vecino Stepán Astajov, durante la ausencia de este,
precisamente mientras el marido se encuentra prestando el servicio de armas a
los que venían obligados los cosacos. Este prólogo pasional de la tragedia que
está a punto de estallar presenta un primer dibujo vigoroso de los personajes
que serán sus protagonistas, mientras vemos nacer un amor despiadado y salvaje
que se enfrentará a todas las convenciones y sobrevivirá hasta el final de la
obra.
Enseguida la guerra cambiará el destino de los habitantes
de Tatarsk. La I Guerra Mundial lleva a los hombres a lejanas tierras donde
luchan y mueren. La revolución va a enfrentar a cosacos contra cosacos. Los hay que toman partido por la revolución bolchevique; otros, luchan por la independencia
de la nación cosaca, mientras que los menos pelean todavía por conseguir que el zar
vuelva a reinar en el imperio ruso.
De la mano de Shólojov asistiremos a la terrible lucha a la que se enfrentaron por una parte los rojos, partidarios de los bolcheviques; los blancos, mencheviques y monárquicos y los cosacos que como he dicho pretendían una nación independiente. Una lucha sangrienta pero también una lucha interna, muchos de los cosacos combaten en campos que ideológicamente no son los suyos. Vamos a conocer, desde dentro y a partir de las vicisitudes de los Melejov, la especial idiosincrasia de un pueblo tan extraño como el cosaco.
Creo que es una obra fundamental de las tres que, en mi modestísima
opinión, describen hechos importantísimos para la historia rusa. “Guerra y Paz”
de León Tolstoi, “El Don apacible” de Shólojov y “Vida y destino”, de Vasili
Grossman, unos relatos independientes entre sí pero que nos describen tres
momentos importantísimos de la historia de Rusia.
Son tres novelas que nos hablan del esfuerzo de un pueblo -
frente a Napoleón en la de Tolstoi, frente a sí mismos en la de Shólojov y frente
a Hitler la de Grossman - que fue capaz de unos sacrificios extraordinarios.
Creo que la lectura de las tres nos va a dar mucha información sobre ese pueblo
ruso y su historia. La verdad es que no lo tenía pensado pero mientras escribía
este comentario decidí que con tranquilidad comentaré las otras dos más adelante para ustedes.
Hasta aquí hemos llegado, si no conocen la obra búsquenla y
léanla que no se van a arrepentir, y si ya la han leído espero haberles
despertado el deseo de acometer su relectura. Espero que si Dios quiere nos
veamos por aquí el próximo sábado. Cuídense mucho.
Un abrazo.
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