La trilogía de la frontera de Cormac McCarthy. Segunda parte
El pasado sábado comenté para ustedes la primera novela de
la trilogía que debemos a la pluma de Cormac McCarthy, hoy comentaré las otras
dos novelas. La segunda novela de esta trilogía es como ya saben ustedes “En la
frontera” que a mí me ha parecido siempre la mejor de las tres novelas que
conforman esta “Trilogía de la frontera”. Una auténtica epopeya protagonizada
por dos hermanos, con una serie de tramas que realmente la hacen una de las
novelas más conseguidas del autor.
“En la frontera”, es un relato en el que se nos va a narrar
el durísimo aprendizaje que sufren los hermanos Parham, Billy y Boyd que solos
ante un mundo duro y desconocido irán descubriendo las reglas de un mundo extraño
y hostil en Méjico. Un relato iniciático bellísimo, salpicado a ratos de un
raro lirismo, a veces de una extrema violencia y siempre narrado con los diálogos tan
característicos del autor, de los que ya hemos hablado. La prosa de McCarthy
tiene algo de mágico y de subyugante, hechizo literario que emociona y engancha
sin entender uno muy bien porqué.
En este relato vamos a asistir a ese viaje iniciático de los
dos hermanos a través de unas serie de subtramas que realmente cada una de
ellas acreditarían una novela por sí mismas. El primer viaje que hace Billy
Parham a Méjico tiene una magia realmente difícil de conseguir. La aventura del
adolescente que decide llevar a una loba caída en un cepo hasta Méjico es
fantástica. Pero ese viaje iniciático que es el relato se divide en una serie
de viajes, éste el de Billy y la loba es el primero, después asistiremos a la
vuelta a casa de Billy. Se encuentra ante la noticia de que sus padres han sido
asesinados y les han robado sus caballos.
Billy recoge a su hermano pequeño que está acogido en casa
de unos vecinos y los dos emprenden un viaje a Méjico en pos de los caballos y
sus ladrones, una aventura magnífica, cruel y lírica a la vez, con Billy y Boyd
unidos en la bondad, la bondad de aquella fraternidad, el aprendizaje del
mundo, del dolor y del amor que no cae en los tópicos de tantas otras novelas
iniciáticas.
Hay un tercer viaje cuando Billy vuelve a Méjico en busca de su hermano que se ha convertido en un personaje de leyenda, un güerito, como dicen los mejicanos, que pasa al mundo de los corridos. Un relato en el que sobre todo está el amor por la vida del vaquero y consiguientemente el amor por los caballos. Y sobre todo el amor por Niño, el caballo de su padre, que en cierto modo representa a lo paterno a lo largo del relato. Todo ello relatado con un estilo casi seco, con unos diálogos extremadamente sencillos casi lineales.
Pero donde reside la riqueza del relato es en el entorno en el que se inscribe la aventura. El viejo Méjico post revolucionario, la bondad de sus gentes y la terrible violencia y crueldad con la que se producen llegado el momento. La actitud de los protagonistas, que simplemente aceptan lo que les va ocurriendo sin buscar motivos o causas, la descripción del paisaje y sus animales les aseguro que es una auténtica maravilla.
Finalmente McCarthy decidió en 1998, cuatro años después de
publicar “En la frontera”, poner el broche final de la trilogía con “Ciudades
en la llanura”, en la que vamos a encontrarnos con John Grady Cole y Billy
Parham, protagonistas de la primera y segunda novela respectivamente, que están trabajando en un rancho de Nuevo Méjico que va a desaparecer
porque el ejército norteamericano lo ha comprado para utilizarlo para usos
militares. Billy es el mayor y parece que actúe in loco parentis para proteger
a John Grady. Los veremos trabajar en ese rancho, preocupados por su porvenir
laboral y los acompañaremos en las tareas en el campo y las diversiones en
Ciudad Juárez o El Paso. John Grady se enamorará de Magdalena, una prostituta
mexicana que trabaja en un burdel del país que tanto aman los personajes de la
novela.
Las reflexiones sobre el destino, la historia, la libertad,
el papel de Dios en la vida de cada hombre, el asunto de la culpa y el perdón simplemente se enuncian, son preguntas que quedan sin respuesta, porque son preguntas
difíciles, porque el autor no puede responderlas, y por eso nos traslada la pregunta. Probablemente
este sea el relato más flojo de la trilogía, pero creo que su importancia dentro
de ese conjunto estriba en que nos proporciona las claves para entender la saga.
El mundo preindustrial de los cowboys se mezcla con los coches y las
carreteras, la violencia medieval de los burdeles mexicanos con ranchos
modernizados.
Destaca sobre todo, su tristísima escena final en un nudo de
autopistas donde, en unos pocos párrafos, McCarthy esboza con gran precisión el
dramático horizonte histórico de tres novelas intencionadamente casi
atemporales. Tal vez McCarthy no sea un autor tan nostálgico como
habitualmente se dice, quizás no sea la nostalgia la que mueve al autor, parece
que el impulso creador de McCarthy responda más a la duda que le produce una
reflexión que me parece es la madre de este relato. Parece que a
lo largo de la trilogía flota una pregunta: ¿Cómo puede ser que aquel mundo que
se nos relata, pleno de violencia, hambre, racismo ..., sea a pesar de toda su carga
negativa mejor que el tiempo presente?
Creo que la trilogía va a poner a nuestra disposición un
mundo, que en ocasiones se antoja extemporáneo, viviremos con estos vaqueros
aventuras y modos de vida muy parecidos a los que vivían los vaqueros de 1850,
y sin embargo lo que se nos relata sucede a mediados del siglo XX.
La riqueza de la obra reside en la descripción de ese mundo
épico, pleno de lirismo y en la diversidad y originalidad de las distintas
historias que se nos cuentan. Creo que es una obra que va a encantar a todos
los que emprendan su lectura, lectura apasionante y fácil. No crean que van a
encontrarse con una historia de vaqueros o quizás habrá que decir que sí, se
van a encontrar con una historia de unos vaqueros, pero no sólo eso.
Cormac McCarthy nos pone de relieve las dificultades de la
vida para unos jóvenes que separados de su entorno se enfrentan a un mundo
difícil y hostil con una capacidad francamente sobrecogedora. Una historia en
la que se nos relata el conflicto entre lo viejo y lo nuevo. ¿Inscrito en el
espacio temporal de mediados del siglo XX? Pues sí, y lo hace en el escenario geográfico
de Nuevo Méjico y Méjico, pero lo que se nos relata es el eterno
conflicto entre lo nuevo y lo viejo y los avatares que sufren las nuevas
generaciones para ganar su puesto al sol.
Hay que leer el epílogo para comprender cuáles han sido las
intenciones del autor. Si aceptan mi opinión léanla. ¿La trilogía completa? Pues
sí, comiencen por “Todos los hermosos caballos” y después todo será bien
sencillo. Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere volvamos a vernos por aquí el próximo jueves. Hasta entonces cuídense mucho. Un abrazo.
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