"Los ojos amarillos de los cocodrilos" el primer gran éxito de Katherine Pancol.
Katherine Pancol nació en Marruecos, en la ciudad de Casablanca.
Cuando cumplió cinco años se trasladó con su familia a Paris. En esa ciudad
cursó la enseñanza primaria y su bachillerato, ya en la universidad estudió Literatura y se doctoró en Letras
Modernas. Ejerció la docencia, especializándose en dar clases de francés y
latín, compaginó la enseñanza con distintas colaboraciones en medios
periodísticos de gran prestigio, para poco a poco ampliar el foco de su
actividad literaria comenzando a ejercer lo que terminó siendo una brillantísima
carrera como novelista.
Había ido publicando varias novelas y la crítica cautamente señalaba que mostraba buenas maneras; el éxito le llegó definitivamente en el año 2006 con la publicación de “Los ojos amarillos de los cocodrilos” del que se vendieron más de un millón de ejemplares en Francia y que en España publicó la editorial La Esfera de los Libros y que también tuvo una gran acogida entre los lectores españoles. La publicación de su novela en España satisfizo mucho a la novelista, no en vano era la primera novela de las trece que llevaba publicadas que se había traducido al español.
Lo cierto es que en nuestro país en apenas unas semanas
los lectores habían agotado tres ediciones de la novela. Ese exitazo movió a la
editorial a firmar un contrato con Pancol para publicar la segunda novela de la serie “El
vals lento de las tortugas” y comprometerse a hacerlo con la tercera novela que
en aquel momento no tenía siquiera título y que terminó publicándose como “Las
ardillas del Central Park están tristes los lunes”
Nuestra autora ha sido traducida en decenas de países. La
autora afirmaba en una entrevista que ese éxito “Es la prueba de que las
inquietudes amorosas y familiares son iguales en todas partes. En todas partes
también el amor caduca, es muy difícil que se prolongue en el tiempo”. La verdad es que los problemas de pareja y los familiares nos alcanzan a todos o a casi todos y quizás por ello el relato atrapara a tantos lectores.
A Pancol se le "acusa" porque el 70% de sus lectores son mujeres, hay quien sostenía que hacía literatura para mujeres, como si eso fuera posible. La literatura si es buena está hecha para los lectores sean del sexo que sean; la novelista acepta el dato pero señala que ese tanto por ciento se debe en gran medida al hecho de que las mujeres leen más ficción que los hombres. Las mujeres, dice la autora, se hacen más preguntas, son más sofisticadas, más complejas. Necesitan entender como suceden las cosas, no las aceptan sin encontrar una explicación razonable; piensan, rumian, se inquietan, razonan y deciden.
Pancol nos señala en “Los ojos amarillos de los cocodrilos”
una característica de nuestra sociedad que la autora cree que es la que mejor
la retrata. Nos enfrenta a seres humanos que como los reptiles cambian de
piel en el transcurso de sus vidas, en definitiva lo que nos narra es la evolución
de los seres humanos a lo largo de su existencia. Es lo que ocurre con
Joséphine, su protagonista, una madre de familia de mediana edad, con dos hijas
adolescentes que ocupa su tiempo leyendo libros sobre la Edad Media. Un mal
día su marido, un hombre bastante superficial, se fuga a Kenia con una peluquera
mucho más joven que Joséphine, lugar en el que se va a dedicar a criar
cocodrilos en una granja montada por una empresa china.
Como es lógico el mundo se le viene encima y busca el
consuelo que le puede aportar su hermana Iris, una mujer bella, brillante e
inteligente, una hermana que siempre ha sobresalido dejando a nuestra
protagonista en un triste papel secundario. Esa relación la mete en un jaleo muy importante porque Iris presume de estar escribiendo una novela situada cronológicamente en
la Edad Media, lo que es absolutamente falso. Joséphine se ve obligada a ejercer de “negro” para su hermana y
tiene que escribir esa novela, que lo que son las cosas se convierte en un exitazo de ventas. Todo
esto le permitirá darse cuenta de su valía que hasta entonces había estado
oculta hasta para ella misma y le permitirá evolucionar en positivo y enfocar su nueva vida.
Desde Henriette Plissonnier, la madre desagradable y trepa,
al padrastro, grosero pero entrañable, Pancol salta de un personaje a otro a
gran velocidad, pero el lector no tarda en comprender que todos están
conectados en una gran familia, rota, muy actual, similar a la de mucha gente. De
tal manera se adueñan los protagonistas de la situación que esta novela que
comentamos se transformó en una trilogía lo que en modo alguno había previsto
Katherine Pancol. El peso del protagonismo lo llevan en esta obra los
personajes femeninos, aunque la autora manifiesta que no trata de establecer en
sus novelas una teoría feminista. Así sostiene que “Mis libros contienen
personajes masculinos excelentes y abyectos, no estoy haciendo un combate de
género”.
Una novela que se lee muy bien, descrita con un reseñable
sentido del humor, un relato que nos habla del carácter depredador de la
naturaleza humana y de la de los cocodrilos. Un relato que nos presenta las
vicisitudes personales, sociales, y profesionales de una serie de personas que
viven en un barrio de las afueras de París. Mujeres en la cuarentena, con
problemas en sus matrimonios, en su trabajo, en la educación de los hijos. Una
serie de personajes que representan una serie de arquetipos y que nos va a
enfrentar al día a día de esta sociedad nuestra, en la que el divorcio es una
constante.
Pero a través de esos personajes nos va a presentar un canto
a la bondad. Ciertamente la autora manifiesta que ella no pretende dar un
mensaje moral, pero en este relato los buenos son recompensados. El relato es
un canto al esfuerzo y a la bondad, un canto que protagoniza Josephine que es
el personaje más importante del relato. Decía Pancol que “todo el mundo se
identifica con ella, hasta los hombres", es una mujer que aprecia y
ejerce los verdaderos valores de la vida.
En definitiva y por resumir “Los ojos amarillos de los
cocodrilos” tiene una virtud, los personajes que integran la trama consiguen
que ésta sea creíble y dejan al lector con la impresión de que las 600 páginas
de la novela se hacen insuficientes. De hecho creo que esto es lo que ha
permitido que la novela que tenía prevista Pancol creciera y se transformara en
una trilogía. Es un relato que se lee fácilmente y que por lo que dice la
autora tiene más lectoras que lectores, aunque yo creo que como ya he dicho no
hay libros para mujeres o para hombres. A mí me ha gustado, entretenida,
ligera, con un buen ritmo narrativo, la abundancia de personajes y de subtramas
permiten a la autora conseguir un resultado ligero y entretenido.
Tuvo un éxito fulgurante, creo que se la puedo recomendar,
no todos los días tenemos la oportunidad de leer un relato en el que ganan los
buenos. Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere nos veamos por aquí
el próximo sábado. Hasta ese momento cuídense mucho.
Un abrazo.
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