A la rica receta negra XI: Cabrito lechal horneado al limón
Hoy vuelvo a escribir una entrada más de lo que he dado en llamar la serie "A la
rica receta negra", esta vez le toca a un plato que aparece en la primera
novela que Petros Márkaris escribió protagonizada por el comisario Costas Jaritos que se titula "Noticias de
la noche" y que tras su éxito se convertiría en una serie. Esta novela y las dos que escribió después, "Defensa
cerrada" y "Suicidio perfecto" me "faltaban a lista"
en mi biblioteca, tengo todas las que publicó Tusquets Editores, pero estas
tres las editó en su momento Ediciones B y supongo que me pasaría como a muchos
lectores de Márkaris, que hasta que se hizo con un nombre en España nos pasó
desapercibido. Pero el otro día cuando
exploraba el catálogo de una librería de viejo tuve la fortuna de toparme con
"Noticias de la noche" y la adquirí a la espera de encontrar a las
otras dos.
Petros Márkaris a pesar de ser uno de los cuatro puntales
que crearon la novela negra mediterránea, en la que como ya saben ustedes se da
una importancia primordial a la cocina popular de las sociedades que se reflejan
en sus relatos, no es de los autores que gasten más tiempo y espacio en
hablarnos de los platos que consumen sus protagonistas. Nada que ver con
Montalbán o Jean Claude Izzo al menos en ese aspecto, pero a pesar de ese
déficit lo cierto es que ya han aparecido en este blog dos recetas sacadas de las páginas de
sus novelas.
La primera entrada la dediqué a los souvlakis una debilidad
culinaria de Jaritos, un plato decididamente mediterráneo como lo es el de hoy.
Nada raro, al fin y al cabo la cocina popular utiliza los ingredientes que más
a mano tiene y la de cabrito es una carne fácil de encontrar en cualquiera de
los países de la cuenca mediterránea.
El plato aparece en una escena en la que la acción se
desarrolla durante la Navidad. Jaritos se encuentra solo porque Adrianí, su
esposa, ha viajado hasta Salónica para pasar las fiestas con su hija que
estudia derecho en esa ciudad y mientras anda zascandileando con un diccionario,
recibe la llamada de un tal Zisis, un viejo militante comunista al que Jaritos
conoció en sus comienzos como policía, al que le hizo algunos favores que detenido, a cuenta de su pertenencia al partido comunista, lo pasó fatal con
la policía política de la época de los Coroneles.
Me he tomado la libertad de cambiar algo la receta como
verán, porque en el relato el nombre del plato varía en tres ocasiones en algún detalle. En la
página 337 de la novela Zisis le hace una propuesta ante la soledad del comisario:
"...— Ayer hice cabrito al horno, pero no pude con
él. ¿Vienes a echarme una mano”
Más tarde, en la página 340, mientras transcurre la misma escena, se vuelve a hacer otra
referencia al plato:
“— ¿Cómo la encontraste? —pregunto a Zisis.
Estamos sentados a la mesa de su casa, comiendo cabrito al limón y bebiendo retsina…”
La escena continua y pocas líneas más
adelante en la página 341, se lee:
“…Observo como mordisquea lentamente el cordero para
saborearlo…”
Así que, como les decía, a lo largo de la misma escena vamos
a encontrarnos con tres maneras distintas de llamar al plato que están cenando
sus protagonistas. Lo de la última cita entiendo que es un
problema más achacable a la traducción que a Márkaris, pero de cualquier manera
cuando llegó la hora de añadir la receta decidí colocar una que cumple con las
especificidades de la narración, la carne es de cabrito y está horneada al
limón.
Una receta sencilla, sabrosa y al alcance de la habilidad culinaria
de la inmensa mayoría de nosotros. Quede claro que si la receta de las chuletillas que
les propongo no les convence, se puede hacer con un espaldar o con un pata
entera o troceada, sea la carne de cabrito o de cordero, con la condición de
que sean lechales. Personalmente me gustan las chuletas, tanto las de cordero
como las de cabrito y aquí en Fuerteventura a veces es más sencillo encontrar
un buen cabrito antes que un cordero decente, así que tenía esta receta que creo que encontré hace tiempo en Internet, archivada desde hace tiempo y esa es la que les propongo
Chuletillas de
cabrito lechal horneadas al limón
Ingredientes:
·
Chuletillas de cabrito lechal
·
Ramitas de perejil fresco
·
Ajo
·
Aceite de oliva
·
Aceite de girasol
·
Sal y pimienta al gusto
·
Unas gotas de zumo de limón
·
Ramitas de sarmiento o de limonero.
Preparación:
1. En primer lugar vamos
a preparar un aceite ahumado. Para ello quemaremos unas ramas de sarmiento o
limonero y cuando empiecen a hacerse brasas, las añadiremos a un cazo con
aceite de girasol que tendremos previsto dejándolas en reposo durante una hora. Después
colaremos el aceite y con él untaremos la mitad de las chuletas que vayamos a
preparar.
2. Precalentamos
el horno a 190ºC
3. Mientras
se calienta el horno haremos un majado con el ajo y el perejil al que le
añadiremos una pizca de sal y un chorrito de zumo de limón. Repartiremos el
majado sobre el resto de las chuletas a las que habremos untado con el aceite de oliva y las colocaremos junto con las otras en
una bandeja de horno.
4. Cuando
el horno haya alcanzado su temperatura introduciremos la bandeja en el horno y la
dejaremos unos dieciséis minutos, cuidando de dar la vuelta a las chuletas a
mitad de cocción.
Y ya está listo el plato, se puede acompañar con puré de patatas,
con pimientos fritos, una buena ensalada de tomate o lo que a ustedes se les
ocurra. Por cierto si lo del aceite ahumado les parece complicado, hagan lo que
yo hago, olvídense de él aunque sea un buen invento y apliquen el majado a todas las chuletas y aquí paz y más allá gloria.
Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere nos
volvamos a encontrar por aquí el próximo martes. Mientras tanto cuídense mucho.
Un abrazo y… buen provecho.
Como probablemente sepan ustedes he publicado una novela negra "Al madero no le gusta la ropa vieja" cuyo escenario es Fuerteventura y su capital, Puerto del Rosario. Sus protagonistas, dos guardiaciviles que investigarán un homicidio. Por si estuvieran interesados en adquirir un ejemplar aquí les dejo el enlace que les permitirá hacerlo. ¡Feliz lectura!
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