"La sombra de lo que fuimos" una muy buena novela del chileno Luis Sepúlveda
Hoy quiero comentarles la novela del chileno Luís Sepúlveda que lleva por título
“La sombra de lo que fuimos”, con la que consiguió el Premio Primavera de
Novela del año 2009. Un premio que convocaba Ámbito Cultural y la Editorial
Espasa. Lo cierto es que me había olvidado totalmente del autor y su obra y es por eso por lo que hoy aparece en estas líneas, porque creo que tanto Sepúlveda como su obra merecen ser conocidos y recordados.
Luís Sepúlveda nos cuenta en esta novela una historia que protagonizan unos
chilenos militantes de la izquierda radical en tiempos de Allende. Con muy
buen pulso y sobre todo con mucho ingenio y oficio pone a nuestra disposición
una novela, que aunque sea en clave de humor, nos va a permitir conocer mucho mejor
lo que sucedió en Chile en aquellos tiempos.
Luís Sepúlveda es un escritor chileno, nacido en 1949 en Ovalle y fallecido en Asturias en el año 2020, que
tuvo un destacado papel como líder del movimiento estudiantil. Tras el golpe de
Estado de 1973, fue encarcelado durante dos años, para después ser puesto bajo
arresto domiciliario. Pasó a la clandestinidad durante un año, pero
fue apresado de nuevo y sentenciado a cadena perpetua por traición y
subversión, condena que finalmente le fue conmutada por la de extrañamiento. Tras un periplo por media
Hispanoamérica se trasladó a Hamburgo, para finalmente residir en Gijón.
Falleció como ya he dicho en Asturias víctima del COVID el 16 de abril de 2020.
Hijo de vasca y de jienense, Sepúlveda se considera miembro
del grupo de escritores latinoamericanos posteriores al boom del realismo
mágico y es autor de una importante obra con de títulos como “Patagonia Express”, “Nombre de
torero”, “Historia de una gaviota y del gato que la enseñó a volar”, “La rosa
de Atacama” y “El viejo que leía novelas de amor” su obra más conocida que ha
sido traducida a 60 idiomas.
“La sombra de lo que fuimos”, fue considerada por
algunos críticos como una novela de exilios y desarraigos, de sueños rotos e
ideales truncados en la que el tono podría haber sido dramático, pero como dice el
propio Sepúlveda, "salvando las distancias me considero un escritor
cervantino" y nuestro autor ha impregnado la historia que nos narra de humor, ironía, ternura y
amor. En un texto en el que abunda la ironía - que no el sarcasmo - y la ternura. Me parece que en ella Sepúlveda hace una reflexión sobre el valor del espíritu. No en
vano tanto en el título de la novela, como en el propio cuerpo del relato un
personaje dice: “Somos la sombra de lo que fuimos y mientras haya luz
existiremos”.
Personalmente entiendo que la novela es un canto a la
supervivencia, a la pervivencia de las ideas por encima de los fracasos, una
historia de esperanza y un canto a la lealtad profesada a las ideologías, por encima del
desánimo que puede producir la derrota, la persecución, el miedo, el exilio,
etc. Un canto en definitiva loando el papel de los hombres y mujeres capaces de
permanecer fieles a sus ideas por encima de las derrotas y el desastre.
Manifestaba el autor que "La sombra de lo que fuimos" era una suerte de entremés
para preparar una obra más larga que se titularía “Los años felices”, un relato
que contemplaría la realidad chilena desde los míticos 68 hasta 1989, coincidiendo con otra hecho memorable, la caída del muro de Berlín y lo que esa
caída supuso tanto para la izquierda europea como para la hispano americana,
pero que jamás publicó, al menos con ese título.
Sepúlveda nos va a contar la historia de Cacho Salinas, Lolo
Garmendia y Lucho Arencibia tres combatientes de la izquierda chilena que se
reúnen después de treinta años para dar un último golpe contra la oligarquía
financiera chilena antes de que la edad se lo impida; un golpe que va a
producirse gracias a la información que les va a prestar Pedro Nolasco. Esperan que se reúna con ellos una cuarta persona que va a ser la clave de toda la historia, un personaje
mítico, conocido como La Sombra, que ha estado al lado de los revolucionarios
en los momentos claves de la lucha contra la dictadura.
La Sombra es una especie de Robin Hood chileno, que ha ido
recabando una información que será clave para entender la profundidad de la
miseria de la dictadura chilena. Un personaje curioso descendiente de un
anarquista que protagonizó muchísimos años atrás el primer atraco a un banco en
Santiago, en compañía de Durruti y Ascaso, míticos anarquistas españoles.
Pero mientras La Sombra se dirige al lugar de la cita, en el
que le espera el comando de los veteranos militantes, una pareja - Coco Aravena
y Concha - se enzarza en una violenta discusión por asuntos domésticos en el
transcurso de la cual la mujer lanza un tocadiscos por la ventana y éste
impacta en la cabeza de La Sombra matándole. Parece que una vez más el gran
golpe no será posible; pero Luis Sepúlveda da un giro a la historia y nos
lleva de la mano a través de un relato que si no tiene final feliz, deja
al menos un resquicio para la esperanza, pues coincide que el marido de la
lanzadora de objetos es un viejo conocido de los miembros del grupo y se pone
en contacto con ellos.
El matrimonio que ocasiona la muerte de la Sombra, la propia
Sombra, los tres veteranos de la guerrilla urbana, además de un inspector de
policía chileno que va a investigar esa muerte y una policía joven, que como
ella misma dice, tiene las manos limpias, conforman el reparto, si me permiten
la expresión, de este relato.
Un relato que, desde mi modesta opinión, está muy bien escrito, con un pulso narrativo hábil y una utilización de los distintos planos del relato que ayudan a que éste resulte ágil y atractivo para el lector. Una buena colección de personajes, sin duda; es uno de los valores más positivos del relato junto a la utilización del lenguaje. Una novela que se lee francamente bien, en la que el autor hace un ejercicio impresionante de distanciamiento de sus sentimientos y es capaz de contarnos la historia de unos dramas absolutos, con una ironía y ternura que son de destacar. Aunque ese tratamiento de la historia que se nos cuenta no hace que ésta pierda ni un ápice de su dureza.
Creo que el relato es un canto a la esperanza, una historia
que nos empuja a pasar por encima de la añoranza de los tiempos pasados para
animarnos a seguir firmes en los ideales, para los que el paso del tiempo y las
tragedias no tienen importancia. Siguen vivos, como vivos seguirán los que
dicen que somos la sombra de lo que fuimos y mientras haya luz existiremos. La
recomiendo, creo que es una magnífica novela.
Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere nos volvamos a encontrar por aquí el próximo martes. Hasta ese momento cuídense mucho.
Un abrazo.
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