In memoriam. Ha muerto Domingo Villar magnífico novelista gallego
Decía entonces:
"... En este mundo traidor a veces nos suceden cosas que tienen
difícil explicación, ya para que les cuento si hablamos de los recuerdos o la
memoria. Dicen, los que dicen saber de estas cosas - conste que lo he mirado en
la Wikipedia - lo digo por si hay alguien
que disienta, que la memoria a largo plazo “…también llamada memoria
inactiva o memoria secundaria, es un tipo de memoria que almacena recuerdos por
un plazo de tiempo mayor a seis meses, sin que se le presuponga límite alguno
de capacidad o duración...” y lo busqué porque cuando estaba leyendo la
prensa en mi ordenador el pasado jueves se me vino a la mente una frase, la
playa de los ahogados, mientras estaba leyendo un texto que explicaba las
andanzas de Pedro Sánchez en los USA y no fui capaz de encontrar relación entre
lo que estaba leyendo y la dichosa frase que seguía martilleando mi cabeza.
Supongo que muchos años atrás, antes de que se inventara
Google, me hubiera devanado los sesos un ratito y después habría decidido
olvidarme del flash mental que había traído a mi consciencia lo de la playa de
los ahogados. Pero como gracias a Dios, alguien inventó lo de San Google
Bendito, bastó colocar la frase en el buscador y darle a la tecla
correspondiente para que me informara de que había una película con ese título
y profundizando un poco en el inmenso caudal de información que el buscador
ofrece me enteré de que la frase era el título de una novela negra del escritor
gallego Domingo Villar.
No es que la información me permitiera conocer el oscuro
camino que había seguido la frase de marras desde mi memoria a largo plazo, o
donde quiera que estuviera almacenada, hasta mi consciencia, pero al menos comprendí
que de alguna manera me había llegado una información que tenía una base real,
porque conocía al autor y había leído un par de sus obras, así que me limité a
agradecer el fenómeno y decidí que precisamente sobre él escribiría la entrada
que ahora están ustedes leyendo.
En mi decisión pesaron fundamentalmente dos cuestiones, en
primer lugar el fenómeno me había brindado el nombre de un autor de novela
negra, lo que me facilitaba la entrada de hoy que hasta ese momento todavía no
había decidido a quién iba a dedicar y por otro lado el autor me pareció en su
momento un escritor muy interesante, al que por desgracia no pude conocer
personalmente a cuenta de un despiste que sufrí hace ya algún tiempo.
Quizás el flash me estaba regalando algo para enmendar
aquel olvido que me impidió asistir a una intervención de Domingo Villar que
participó el día 24 de octubre del año 2019 en un ciclo literario organizado
por el Cabildo de Fuerteventura que se llamaba “El escritor y tú”, un ciclo que
me ha proporcionado grandes alegrías y también algún cabreo. En “El escritor y
tú” tuve el placer de saludar a Cristina Fernández Cubas, la mejor escritora
española de relato corto, compañera y amiga de la Facultad de Derecho de
Barcelona, o a Espido Freire, Premio Planeta, que hizo una crítica fabulosa de
mi primer libro y también llevarme algún que otro disgusto por no enterarme a
tiempo de que venía Juan Madrid o Domingo Villar, pero así es la vida, ya saben
ustedes eso tan viejo de una de cal y otra de arena.
Vamos pues a hablar del escritor que toca hoy gracias a mi
memoria secundaria. Domingo Villar es gallego nació en el año 1971, se licenció
en Historia en la Universidad de Santiago de Compostela y ha trabajado y trabaja como periodista
en algunos medios de comunicación además de ser un excelente novelista.
Hoy en día está considerado como un referente de la novela
negra gallega, es el padre literario de un personaje, el inspector Leo Caldas,
que ha protagonizado las tres novelas que por ahora componen su serie. Estas
novelas las ha traducido del gallego al castellano el propio autor, pero además
han sido traducidas al inglés, francés, alemán, italiano, ruso, checo, noruego,
hebreo, polaco, holandés, búlgaro o sueco, lo que da idea de la importancia y
el éxito conseguido por estos relatos negros, inscritos en el peculiar mundo de
la sociedad gallega.
Pero antes de hablar de las novelas, quiero hacer un inciso
para comentarles algo sobre un relato corto que escribió Villar en una de sus
colaboraciones con las páginas culturales de “El País” que se titula “El último
verano de Paula Ris” en el que explica cuál fue el motivo por el que Leo Caldas
decidió ser policía. Les aconsejo su lectura, es un relato corto, pero corto de
verdad, que les va a servir para ponerse en contacto con el estilo y el lenguaje
de Domingo Villar si es que no han tenido la fortuna de conocerlo. Aquí les
dejo un enlace a la página del periódico, lean el relato, no creo que les lleve
ni diez minutos y seguro que me lo van a agradecer.
Domingo Villar publicó en el año 2006 “Ojos de agua” la primera de las novelas de la hasta hoy trilogía, pero que parece tiene vocación de crecer con más títulos. En esa novela nos presenta a sus dos protagonistas de referencia, el inspector Leo Caldas y su ayudante el policía Rafael Estévez. Caldas es inspector de policía en Vigo, colabora un poco a contrapelo en un programa de radio y es muy aficionado al jazz. Amante de la buena mesa y del vino blanco - su padre tiene una bodega - es un hombre tímido, melancólico, reflexivo, pero muy directo en su forma de actuar. Es un adicto al trabajo, muy tenaz en las investigaciones, lo que perjudica su vida particular, tuvo una pareja y sigue en esa situación.
El agente Rafael Estévez es su ayudante. Natural de Zaragoza
está destinado en Vigo hace muy poco tiempo y su integración a la ciudad y a la
idiosincrasia galaica es manifiestamente mejorable. No le gusta la ciudad, ni
el clima, ni el carácter de sus habitantes y lo expresa con cierta acritud
porque tiene un carácter que tiende a la ira. Esta extraña pareja será la que
tendrá que investigar la muerte de un saxofonista y eso nos llevará a
acompañarlos por el ambiente nocturno de la ría de Vigo y de los clubes de
jazz.
En el año 2009 publica “La playa de los ahogados” de la
serie protagonizada por Caldas y Estévez. En una playa de la ría de Vigo ha
aparecido el cadáver de un marinero que aparece maniatado, es su segunda novela
y también la segunda aparición de Leo Caldas y su ayudante Rafael Estévez. La
investigación nos llevará a conocer el día a día de un pueblo pequeño, con su
carga de mentiras, odios y miedos antiguos. Diez años después Villar publica
“El último barco”, que todavía no he leído, en ella nos relata la investigación
producida por la desaparición de una joven, Mónica Andrade, que aparentemente
vivía una vida ordenada y tranquila.
Como creo que ya les he dicho he leído las dos primeras
novelas y me gustaron mucho, Domingo Villar escribe bien y atrapa al lector con
las tramas, con su humor y también con sus protagonistas, es decir la pareja de
policía, pero también Vigo, su ría, sus pueblos y sus gentes. Creo que les van
a gustar, hoy al menos tienen el enlace a ese relato “El último verano de Paula
Ris” que les va a servir de aperitivo, si lo leen que creo les va a convencer.
Hasta aquí hemos llegado, si Dios quiere, espero que
volvamos a encontrarnos por aquí el próximo lunes. Cuídense mucho.
Un abrazo..."
Como probablemente sepan la mayoría de ustedes, acaban de
publicarme una novela negra que se titula "Al madero no le gusta la ropa
vieja", cuyo escenario es Fuerteventura y su capital, Puerto del Rosario.
Sus protagonistas, dos guardiaciviles que investigarán un homicidio. Por si
estuvieran interesados en adquirir un ejemplar aquí les dejo el enlace que les
permitirá hacerlo. ¡Feliz lectura!
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