A la rica receta negra XIII: El rosbif de los suecos Per Wahlöö y Maj Sjöwall
Hace ya un tiempo compré una serie de libros de segunda mano
entre los que se encontraba un ejemplar de “Asesinato en el Savoy”, la sexta
novela de las diez que escribieron los suecos Maj Sjöwall y Per Wahlöö y que publicó
en marzo de 1987 la barcelonesa Editorial Versal en su colección CRIMEN&CIA. Lo adquirí porque tengo el capricho de completar la colección dedicada al género negro
editada por Versal entre la que se encuentra la novela de la que les estoy
hablando y “Los terroristas” la última novela que publicaron la pareja de
escritores nórdicos.
Como sea que en casa ya no tengo demasiado espacio para
colocar los libros, dejé algunos en la mesa del comedor y el otro día les estaba echando un vistazo cuando entre ellos me topé con “Asesinato en el Savoy” y me dio por
iniciar una nueva relectura de la novela. Ya he comentado más de una vez que resulta llamativa
la falta de interés que por lo gastronómico exhiben la mayoría de los autores
nórdicos de novela negra, así que tampoco es que estuviera buscando algún plato
que pudiera añadir a esta serie de ¡A la rica receta negra!, pero en ocasiones
tal y como reza el dicho donde menos se espera salta la liebre y en la página
doscientas siete de la novela saltó la liebre y me encontré a dos personajes del relato
dando buena cuenta de un rosbif y en ese mismo momento decidí que una receta de
ese plato sería la próxima entrada en esta sección de mi blog.
El rosbif es uno de los platos de la cocina británica que me
gusta mucho y aunque su origen es el que es, el plato pertenece ya a la cocina
internacional. En casa lo preparábamos con frecuencia, sobre todo cuando
encontrábamos un buen lomo alto de vacuno, pero debo confesar que llevamos unos
años sin cocinarlo. Cuando con auténtica sorpresa me encontré con la
escena de la novela en la que se nombraba el rosbif, automáticamente se me vino
a la cabeza mi querido amigo Felipe Cañellas, que por desgracia abandonó este
mundo hace unos años. Felipe en su momento me había propuesto un viaje a Londres
para comernos un rosbif en el restaurante Simpson's in The Strand que está
justamente al lado del Hotel Savoy o en otro restaurante especializado en servir rosbif del que no recuerdo el
nombre. Me parece reseñable la coincidencia entre nombre del hotel londinense
en el que está el restaurante al que pretendía llevarme mi amigo Cañellas y el
título de la novela en la que aparece este plato.
Como ya he dicho el plato que nos ocupa aparece en la novela
“Asesinato en el Savoy” que firmaban Per Wahlöö y Maj Sjöwall cuyo protagonista
es el policía Martin Beck, que en la página doscientas siete del libro editado
por Editorial Versal en su colección CRIMEN&CIA decían así:
“…Allá abajo se extendía toda la ciudad y se veía como
desde un avión. También se alcanzaba a divisar el Öresund, Saltholm y la costa
danesa. Hacia el norte se veían Landskrona, la isla de Ven e incluso Hälsingborg,
pues el día era clarísimo.
Tomaron rosbif en lonchas y Amstel bien fría, servido
todo por un rubio camarero con chaqueta azul…”
Sin más les dejo una receta del plato que es la que hacemos o, por
mejor decir, hacíamos en casa, espero que les guste pero como en casi todos los
platos existen centenares de recetas de rosbif que quizás les gusten más. Vamos
allá
Rosbif:
• Una pieza de
lomo de ternera de 2 kg.
• Pimienta
• Aceite de
oliva virgen extra.
• Hilo para
bridar
• 1 cucharadita de harina
• 1 vaso de
agua
• 20
mililitros de coñac
• 1 limón
• 1 nuez de
mantequilla
Elaboración:
1. Hay que bridar la pieza de carne con el hilo de cocina, así resultará
más fácil manejarla.
2. Poner a
calentar una sartén con un chorrito de aceite de oliva, salpimentar la carne y
sellarla en toda su extensión. Una vez lista, hornearla a 220ºC durante veinte minutos, cuando haya pasado el tiempo, reservar la pieza. O si lo prefieren y
tienen una sonda, pincha la carne con la sonda por la parte más gruesa de la
pieza de carne métela en el horno precalentado a 180 ºC, hasta que la
sonda marque una temperatura de 60ºC para que quede al punto.
3. Cualquiera
que haya sido el procedimiento para asar la carne, una vez asada, sacamos la
carne del horno y la dejamos enfriar completamente.
4. Ahora llega el momento de la preparación de la salsa. Para empezar, desglasa la
bandeja que usaste para hornear la pieza de carne; con un chorrito de vino y un
poco de calor arrancarás todos los jugos que han quedado. En una sartén añade
un par de cucharadas de este jugo y harina y rehoga durante dos minutos.
Después, integra el zumo de el limón, el coñac y el vaso de agua. Con cocerlo
durante cinco minutos a fuego medio será suficiente para tener la salsa lista.
5. Retira del
fuego la sartén cuando haya transcurrido el tiempo necesario y añade la nuez de
mantequilla a la mezcla. Con el calor residual se irá integrando y añadirá su
sabor. En este momento, rectifica de sal y pimienta hasta que la salsa se
encuentre a tu gusto. También puedes añadir alguna hierba aromática, como una
ramita de tomillo, para potenciar el sabor.
6. Con todas
las elaboraciones terminadas, solo queda montar el plato. Corta finas
lonchas de carne y sírvelas con una buena guarnición. Si quieres seguir fiel a
la tradición, el puré de patatas es lo que manda el canon; aunque unas patatas
fritas al punto de sal son una gran compañía. El remate final pasará por añadir
al filete una cucharada de la salsa.
Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere nos volvamos a encontrar por aquí el próximo sábado. Mientras tanto cuídense mucho.
Un abrazo y… buen provecho.
Como probablemente sepan la mayoría de ustedes, acaban de publicarme una novela negra que se titula "Al madero no le gusta la ropa vieja", cuyo escenario es Fuerteventura y su capital, Puerto del Rosario. Sus protagonistas, dos guardiaciviles que investigarán un homicidio. Por si estuvieran interesados en adquirir un ejemplar aquí les dejo el enlace que les permitirá hacerlo. ¡Feliz lectura!
Comentarios
Publicar un comentario