"El Camino Blanco" de John Connolly. Novela negra y literatura paranormal.
El otro día andaba dando tumbos por Facebook cuando me
encontré con una publicación en la que se hablaba de una novela de John
Connolly que se titulaba “En lo más profundo del sur" y que se presentaba como una novedad. Me llamó la atención
porque este relato me parece que lo publicó si no me equivoco Tusquets Editores
en el año 2020 y pertenece a la serie de Charlie Parker, que es un personaje
que siempre me ha gustado. Cuando escribía por aquí sobre novela negra y sus
autores, en ocasiones tuve la tentación de escribir sobre Connolly y su
producción literaria, pero me resistí a hacerlo porque la serie de Charlie
Parker es una mezcla de novela negra con unas pinceladas de literatura
paranormal y acaso con cierta carga de comic de terror o novela gótica y eso
frenó mis intenciones por aquello de respetar “la pureza” de la novela negra.
Pero ahora que publico comentarios sobre libros de cualquier
tipo de géneros, comentaré una de las novelas de este autor que comenté en su
día, y hablo del año 2006, que se titula “El camino blanco” y que es una de las
veinte novelas que componen hoy por hoy su celebérrima serie protagonizada por
Charlie Parker. El autor es un irlandés nacido el año 1968 en Dublín, estudió
en el Trinity College y más tarde estudió periodismo en la Dublín City
University. Ejerció diversos trabajos hasta que comenzó su carrera literaria
trabajando como free lance del Irish Times, para el que todavía sigue
escribiendo. Vive en Irlanda, en Dublín concretamente, pero pasa mucho tiempo
en América. Es precisamente en ese escenario, en la América más profunda, donde
se desarrollan sus novelas, en las que lleva a cabo una descripción muy
completa de una parte de esa sociedad rural americana que desconocemos muchas
veces en España.
El protagonista, Charlie Parker es un investigador privado, un
expolicía que arrastra una terrible tragedia tras de sí: La muerte y tortura de
su mujer y su hija por un asesino en serie que marca la vida del protagonista
para siempre, pues la experiencia le proporciona una especial sensibilidad para
recibir mensajes del más allá. En esta novela Charlie Parker se enfrenta a la
investigación que se le encarga para probar la inocencia de un joven negro,
pobre y de Carolina del Sur que está acusado de la violación y del subsiguiente
asesinato de una joven blanca y rica y además deberá hacer frente a una serie
de fantasmas que como siempre le van a perseguir.
Con el racismo y la venganza como trasfondo de la novela,
Connolly se adentra en ambientes teñidos de sangre donde Parker será testigo de
una crueldad inhumana y tendrá que enfrentarse a personajes que creía
enterrados en el pasado, como el reverendo Faulkner, un personaje que proviene
de otra de sus novelas y una serie de elementos sobrenaturales. “El camino blanco”' desprende un racismo
social del que el autor fue testigo en su visita a Carolina del Sur, ya que como
afirma "Allí todavía queman iglesias de negros y el Ku Klux Klan convoca
manifestaciones y si eres joven y negro y encima pobre tienen muchas
probabilidades de ir a la cárcel”.
El protagonista de la novela se hace cargo de la
investigación de un suceso que nadie quiere investigar. Éste ignora que está a
punto de sumergirse en una auténtica pesadilla y de introducirse en un
escenario teñido de sangre en el que se mezclan el espectro asesino de una
mujer encapuchada, un coche negro que espera a un pasajero que nunca llega y la
complicidad tanto de amigos como de enemigos en los sucesos que rodean la
muerte de Marianne Larousse; también va a toparse con la venganza que planea el
Reverendo Faulkner desde la cárcel en la que está preso. Todas estas figuras
deberán enfrentarse a su cruento destino final en los pantanos del sur y los
bosques del norte, escenarios muy alejados entre sí, pero unidos por un frágil
hilo: El lugar donde convergen los caminos de los muertos y de los vivos, el
camino que da título a la novela “El camino blanco”.
El mundo en el que Charlie Parker se desenvuelve es oscuro y
lacerante, poblado por seres malignos enfrentados a algunas fuerzas del bien en
plan ángeles exterminadores a quienes no les tiembla el pulso cuando se trata
de ejecutar la venganza divina. Connolly con aportes góticos tenebristas inspirados por los cómics de terror, traza un campo de batalla trufado de
penitenciarías, pantanos, regiones sureñas supersticiosas, fundas de almohadas
agujeradas que sirven de caretas a racistas empedernidos, sicópatas deformes,
asesinos en serie, alianzas entre neonazis, iluminados y políticos
manipuladores.
Los resquicios de ese "realismo fantástico" que
resuelven algunos nudos argumentales en las novelas de John Connolly, están muy
en consonancia con esa corriente norteamericana de misticismo satánico y la
predilección por sazonar ciertos discursos con alegorías bíblicas tomadas al
pie de la letra. Aceptando esas licencias poéticas se puede entender y disfrutar de las visiones extrasensoriales que nos ofrece Connolly que por otra parte no son novedosas en la novela
policial, ahí está John Franklin Bardin que incurría también en esa suerte de relato
policial fantástico, una vertiente del relato negro criminal en la que algunos
ven a Borges como precursor. A pesar de cierta densidad en sus argumentos, el
autor, maestro en bosquejar caracteres, consigue el propósito de describir una
sociedad enferma, paranoica y supersticiosa que resulta un campo abonado para la
aparición de demiurgos y demagogos.
En mi modesta opinión “El camino blanco” es una novela que
puede gustar a los amantes del género negro, claro que existen esas
connotaciones religiosas, místicas y paranormales que a algunos les parece que
no enriquecen el relato, pero ya sabemos que para gustos se hicieron colores. Connolly
nos presenta una realidad social que conocemos muy someramente, es cierto que
puede parecer que cae en el estereotipo, pero en mi opinión esa sociedad rural
que describe está muy próxima a la realidad, a esa América profunda que nos
sorprende y conmociona. Los personajes quizás pequen de estar dibujados con
trazo grueso, pero ciertamente son personajes vigorosos que responden a la
realidad del relato y que sirven generosamente a la descripción del tiempo y
del espacio que quiere presentarnos Connolly.
Tiene la novela muchos alicientes para el lector, la poética
descripción de una naturaleza que emite señales amenazantes, una disección del
mal absoluto encarnado por seres diabólicos de carne y hueso, los contrapuntos humorísticos
de esa pareja de compinches sin escrúpulos... Y el pasado, siempre el pasado,
con su carga de odio heredado multiplicándose como un goloso virus
exterminador, resucitando sin descanso para atormentar a los vivos con las
reclamaciones de los muertos.
La recomiendo, aunque creo que debo advertir que esta obra,
como todas las de la serie, no es apta para los que huyen de la violencia, el
odio y las cuestiones relacionadas con la otra vida, aunque a pesar de ello yo
insista en que conozcan ese camino blanco por el que transitan algunos vivos y las
almas de los muertos que todavía no pueden partir...
Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere nos volvamos a encontrar por aquí el próximo jueves, día en el que amenazo con comentar otra novela histórica. Tenía razón una amiga mía que me dijo que le parecía que este verano iba a ser muy "histórico". Hasta ese momento cuídense mucho.
Un abrazo.
Como probablemente sepan la mayoría de ustedes, he publicado una novela negra que se titula "Al madero no le gusta la ropa vieja", cuyo escenario es Fuerteventura y su capital, Puerto del Rosario. Sus protagonistas, dos guardiaciviles que investigarán un homicidio. Por si estuvieran interesados en adquirir un ejemplar aquí les dejo el enlace que les permitirá hacerlo. ¡Feliz lectura!
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